Cap.34

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En un principio la fiesta era tal y como Jungkook recordaba había sido la de Tae, tuvo que bailar con cada una de las personas que lo habían invitado, sin poder negarse, todo parecía ir bien, más el pequeño hacía un gran esfuerzo por cumplir con cada pareja de baile que tenía y es que entre tantas vueltas y cambios de ritmo, sus escasas fuerzas lo estaban abandonado.

Cuando un mareo pareció dispuesto a terminar abruptamente con el baile, unos fuertes brazos que se cernieron alrededor de su cintura, y que con delicadeza lo voltearon a la vez que lo sostenían, llegaron a su rescate.

-No me siento bien- susurró para que sólo Osiris lo escuchara.

-Descuida... estoy aquí - el peli oscuro se lo llevó afuera, el olor de Eliseo llegó hasta los sentidos del menor, lo que ocasionó que sonriera, al mirar hacia aquellos campos que tanto le gustaban, pudo notarlos iluminados de más- ¡Ya es tiempo!-

Osiris cargo al menor en sus brazos y se dirigió a Eliseo, Jungkook lo miró entre confuso y sumamente nervioso, aunque esto último lo disimulaba muy bien.

En el lugar, ya se encontraban los generales de cada príncipe, cada uno de los generales de Averno portaba el emblema de su familia, Jungkook notó que el de Marcus era semejante al de su amigo Keun... "¡Así que eres Yung!"... los generales de Jungkook portaban unas joyas que inmediatamente el peli oscuro reconoció como un obsequio que hacía mucho su padre le hiciera a su prometido.

Toda la noche, el príncipe de Tierra había exhibido las elegantes vestimentas de su pueblo con su característico color blanco, su abrigo del mismo color, fue el que Namjoon le pidió le entregase para comenzar la ceremonia, Jungkook se quitó su abrigo, y fue cuando Osiris pudo ver, que este también portaba una esclava, justo en el brazo izquierdo esas joyas eran características de Averno, Osiris se pregunto entonces, si eran las mismas que su padre le regaló, o eran otras.

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La ceremonia fue sencilla y tradicional oficiada por el sacerdote principal del país, primero se llevaba acabo la aceptación del compromiso matrimonial, en el que se juraban lealtad y respeto.

Este juramento se sello con un pacto de sangre, cada prometido debía cortarse la mano derecha, con una fina daga de oro con hermosas incrustaciones de piedras preciosas, la cual tenía un excelente filo, el modo era muy simple, ambos debían sujetar el filo de la daga con su mano derecha.

Osiris colocó la mano de Jungkook en la parte fina de la daga, agarrando él la parte más gruesa, cuando ambos lo hubieron sujetado, el sacerdote estiraba la daga hacia arriba, sujetándola del mago, y de esta manera ambos jóvenes recibían la herida del ritual.

Después una sacerdotisa, que para sorpresa de Jungkook, era Yiyi, unía ambas manos mezclando así la sangre, y según lo rezado por la joven, uniéndolos hasta el fin de la eternidad. A esa parte de la ceremonia, lo siguieron los vítores de los presentes, quienes contenían la respiración de la pura emoción del momento.

Lo siguiente que correspondía era la entrega de las alianzas, Osiris sonrió con superioridad al colocar la sortija en el dedo anular de la mano izquierda de Jungkook, mientras que el menor, con la misma actitud fría que había demostrado durante toda la ceremonia, le colocó a Osiris la suya.

El rito culminaba con un dulce beso entre los recién casados, el príncipe mayor sonrió a los presentes antes de tomar a Jungkook por la cintura para acercarlo más a su cuerpo, mientras con su otra mano, lo tomaba de su mentón para al fin cobrarse el tan anhelado beso, contestó tímidamente al frenesí que demostraba el mayor, cuando se hubieron separado, las danzas y los cantos volvieron, todo eran festejos, Jungkook sintió un cálido abrigo ceñirse sobre su cuerpo, Osiris se había quitado el suyo para colocárselo a él.

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