Cap.5

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Cada cumpleaños del pequeño príncipe, traía la visita, muy esperada por él, de su majestad el Rey Namjoon, quien solía o más bien, venía siempre en representación de su hijo.

Que casualmente para esas fechas siempre estaba en alguna campaña o de entrenamiento, enfermo y eso al pequeño lo tenía sin cuidado.

Después de todo, no toleraba la presencia del mayor  y ese recuerdo no desapareció en todo ese tiempo.

Otro que siempre estaba ausente en esas fechas era su padre, a decir verdad, su padre solía verlo apenas dos o tres veces en el año, no era justamente en víspera de su cumpleaños.

A quien si veía, y a menudo era al príncipe de Atlantis, Jimin  por lo que, en su cumpleaños número siete, el pequeño pensó que sería igual que siempre.

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El camino le resultaba agotador o quizás era el hecho de que realmente no deseaba llegar, era más interesante cazar, o salir a combatir.

Pero no, esta vez su padre se mostró más que enérgico, debido a sus ocupaciones le era imposible ir aún, aunque lo haría, no deseaba que el pequeño ángel (como él lo llamaba) estuviera solo en la víspera de sus cumpleaños.

Un sonoro suspiro  fue la respuesta de su fastidio… “¿En qué estaba pensando?”… Un sonido le alertó.

-¡¿QUIEN ANDA AHÍ?! – preguntó enérgico al momento de desenvainar su espada, siendo seguido en esta actitud por su guardia personal.

-¡Tranquilo, príncipe! – un hombre montando en un negro corcel se le acerca,era Sein - ¡Soy el Rey de estas Tierras!

-¡Su Majestad!... ¡Qué sorpresa encontrarlo!-

-¡Parece que nos dirigimos al mismo lugar!... – dicho esto un solo guerrero salía también de entre las sombras.

Tae creyó que probablemente era el encargado de la seguridad de su suegro, ya le resultaba extraño que anduviera por ahí sin escolta.

- ¿Cómo anda tu padre? – preguntó Sein emprendiendo el camino al castillo.

 -¡El está bien… nos alcanzará en los próximos días! – contestó el joven colocándose alado del corcel del Rey.

En las paradas que hacían, Tae pudo constatar que Jungkook no era tan popular como alguna vez lo fue Sik, parecía que a pesar de los años, el pueblo aún recordaba con cariño a Sik, y que él seguía siendo el predilecto, aún después de muerto.

-Supongo que Jungkook, lo estará esperando ansioso – dijo el joven cuando ya se hallaban a poca distancia del castillo.

-¡Lo dudo!... ¡No avisé que vendría…! – contestó el mayor…

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-¿CÓMO QUE NO ESTÁ? – el Rey estaba furioso, al llegar y preguntar por el príncipe.

Un muy nervioso Hoseok le contestó que este había salido a pasear por el bosque.

- ¡CREI HABER SIDO CLARO!, ÉL TIENE PROHIBIDO SALIR DE ESTE CASTILLO… ES PELIGROSO.

-Tal vez el problema suegro, es quien le diría que no a un príncipe, si usted no está para hacerlo. – Tae se metía en la discusión al ver tan nervioso al gran amigo de Sik.

-¿En qué parte del bosque? – dijo el Rey fríamente, admitía que Tae tenía razón. - ¡Iré por él!

La expresión de Hoseok era de temor, miro de soslayo a Yoongi quien también estaba presente, parecían decirse un… “Debemos avisarle”… a Tae le pareció hasta cómica la situación.

-¡Le acompañaré, su majestad! – dijo el joven sonriendo, después de todo hacía tiempo que no veía a su pequeña calamidad.

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En un claro del bosque, pacíficos se hallaban un grupo de niños, por describirlos de alguna manera.

En el centro uno ejecutaba magistralmente una flauta, mientras que otro, sacaba hermosas tonadas de una pequeña arpa.

Un joven de bella apariencia acariciaba los cabellos de quien aparentaba ser el más joven entre ellos.

-¡Sehun y Lay, son excelentes! – decía Jungkook- ¡Bravo! – dijo al final poniéndose se pie para aplaudir.

-¡No haga eso su alteza! – decía el joven.

-¡Sehun!... no seas modesto – dijo el menor haciendo un puchero.

-¡No es modestia, es simplemente vergüenza! – decía aquel que minutos antes acariciaba el cabello del menor.

-¡No es vergüenza, Keun, por favor no diga eso! – se sonrojaba quien ejecutaba la flauta.

 -Jajajaja No peleen y llámenme por mi nombre - decía el pequeño.

Más calló de golpe, algo había llamado su atención, miró a sus amigos - ¡Quédense aquí!

-¡Pero…!-

-¡Es una orden! – terminó de decir alejándose de ellos en dirección al lugar de donde provenía aquel  alboroto.

Al acercarse, pudo observar a dos hombres que intentaban aprovecharse de un joven como de diez años, eso simplemente lo indignó, no lo pensó simplemente se aproximó y con enérgica voz dijo.
 
-¡Déjenlo en paz!-

Los hombres se dieron un susto por haber sido descubiertos, por la sorpresa soltaron al joven quien huyó despavorido, los hombres al ver de quien provenía la orden, se sonrieron entre sí.
 
A lo lejos dos hombres, uno mayor y el otro joven, también alertados por aquellos sonidos, habían decidido investigar llegando justo al momento en que Jungkook salía a enfrentar a aquellos delincuentes.
 
-¡Pero mira nada más… que belleza! – uno de los hombres miraba lujurioso al pequeño.

-¡No debiste interrumpirnos… ahora tendrás que satisfacernos, pequeño! – decía el otro, yendo en dirección al menor.

Jungkook permanecía en el mismo lugar, miraba soberbio a los hombres,  en ningún momento se sintió intimidado.

A la distancia Tae al ver que Sein no parecía tener intenciones de interrumpir, se dispuso a hacerlo él, más el rey lo detuvo con un gesto.

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