Cap.40

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Las semanas transcurrieron en relativa calma, los recién casados aprovechaban cada momento para conocerse mejor rápidamente se fueron acostumbrando unos a otros, no se tenían noticias acerca de Tierra o Atlantis, el invierno había empezado en Averno y eso siempre era beneficioso para su gente ante cualquier peligro pues la nieve representaba una protección natural de las tierras de esa región.

Un día muy importante para la gente de ese país se acercaba, el aniversario de su príncipe Tae casualmente Osiris también cumplía años ese día aunque la verdad era, que cada uno de los generales de Jungkook tenía pleno conocimiento de la verdadera identidad del peli oscuro y sabían a la perfección que su príncipe también lo sabía, entendían que fuera de lo que representaba Giudecca, era mejor que esa novedad no se hiciera saber.

Jungkook por su parte se sentía muy feliz, aunque no plenamente sus pesadillas no cesaban, y ahora también estaba preocupado por no tener novedades de su padre, quería saber si el mayor, lo había desterrado para siempre de Tierra como hacía tanto tiempo lo había hecho de su corazón.

A Tae le preocupaba mucho aquella lejana tristeza de su niño, lo que más le dolía es que no tenía idea de cómo hacer para quitársela, solía pasar cada noche acariciando sus sedosos cabellos mientras dormía, vigilando sus sueños, más estando él a su lado, ni aún así lograba apartarlos de su mente, le preocupaban los mismos, pues en ellos llamaba insistente a Sik.

...“¿Cómo puede recordarlo aún?... eras tan pequeño, mi niño… ¿qué fue lo que vieron tus ojos, que en sueños tu inconsciente lucha, para que tu consiente recuerde?”… Tae nuevamente vigilaba a Jungkook mientras este, acunado en su pecho empezaba a inquietarse, el mayor se sentía a ratos tan impotente hasta que esos parpados se abrían lentamente, susurrando dijo.

-Amor… abrázame-

-¡Aquí estoy… jamás te he soltado, pequeño! – Tae besaba esos dulces labios, mientras el más joven aún adormilado le correspondía.

-¡Mi Tae… ¿Por qué eres mío, verdad?! – susurró el menor, mirando los ojos del mayor.

-No hay en este mundo, a nadie a quien considere mi dueño, que no seas tú– contestó sin apartar la mirada de esas esmeraldas - ¡Te amo como nunca amé a nadie!...-

-Mi Tae, perdóname no volveré a preguntar, yo te amo tanto pero tengo miedo, hay algo que me perturba no sé que es y eso me asusta– dijo el menor, refugiándose entre los brazos de su esposo.

-¿Pero a qué le teme mi pequeño? – murmuró seriamente el mayor.

Jungkook miró a Tae, acarició su rostro y sin un rastro de duda en su voz.

-¡A perderte!-

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Keun esperaba a su esposo en el lecho, se sentía inquieto cuando el mayor entro al cuarto estaba serio leía un documento con mucho interés.

-¿Podemos hablar? – murmuró.

-¡Después… tengo que analizar esto! – contentó .

-¡Es urgente… y serio! – dijo intentando quitarle a su esposo los documentos, más el mayor los levanto con una mano, tomando la cintura del menor con la otra. 

-¡Ahora no!...-

Keun lo miró indignado se puso una bata y se dispuso a salir del cuarto eso si que había llamado la atención del mayor, que sujetándolo de una de sus muñecas lo detuvo.

-¿Dónde piensas que vas?-

-¡Con mi hermano! -

-¡Dudo que el quiera ser molestado!... -

-¡Quiero contarle algo!... ¡Él siempre tiene tiempo para mí, ¡Suéltame!!-

-¿Y que es lo tan importante que quieres contarle, Keun?-

-¡Que va a ser tío!-

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Ambos miraban sumamente concentrados sus espadas, las pulían con sumo cuidado mientras eran observados por otros dos, que de vez en cuando se dirigían miradas de fastidio, pues los primeramente mencionados trataban a sus armas como si fueran sus bebes.

-Tao… mejor vámonos– susurró el de lisa cabellera. 

-¡Vamos! – dijo el mayor tomando a su esposo de la cintura, le beso cariñosamente en el cuello.

Al verlos salir, los dos dejaron sus armas a un lado, con una mirada de absoluta complicidad sonrieron, el menor se acercó lentamente al mayor, quien lo recibió deseoso en sus brazos.

-¡Pensé que no se irían! – murmuró Chen

-Hubiese sido más fácil que me hubieras dejado decirle a mi hermano, que queríamos privacidad – susurró Xiumin.

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Sehun y Luhan eran los encargados de hacer el recorrido esa noche al igual que el hermano de este y Hoseok, a quienes les tocaba el lado norte, mientras a ellos les tocaba el sur.

Sehun estaba atento a cualquier cosa rara que pudiera estar ocurriendo en esos pasadizos y cuevas que para él eran tan confusas, desde que contrajo matrimonio el mismo Luhan se había encargado de mostrarle todos los lugares de acceso a Giudecca, y las medidas de contingencia, en caso de que la seguridad se vea violada le comento que eso no había pasado nunca, pero que siempre prevenían.

-Vaya… que cueva tan grande– susurró el menor mirando la altura de ese lugar, se acercó a una pendiente, observando hacia abajo, vio lo que parecía vidrio - ¡Parece profundo!... ¡Esta bien iluminado aquí… ¿por que?!-

-Es una de las cuevas principales y su iluminación es un secreto que te revelaré, si me das un hijo – hablo con tono malicioso el mayor - ¡Mejor ten cuidado, la caída no es tan alta, pero es hielo y muy filoso, eso podría lastimarte mucho… además, que de romperse el hielo caerías directo al río! ¡Y ahí sí… se podría decir que difícilmente podrías salvarte!-

-¿Río? – lo segundo que le comento llamó tanto la atención del menor que olvido lo primero que le dijera su esposo.  

-¡Si… un río subterráneo, tiene salida creemos que directa a la catarata aunque no precisamos en que parte exactamente! ¿Y bien… quieres saber cómo es que este lugar esta tan iluminado, aún siendo de noche? – murmuró el mayor arrinconando a Sehun por una de las paredes.

-¡Quizás es otra ocasión! – hablo con nerviosismo el menor, aunque Luhan ya no le prestaba atención a sus palabras, estaba muy ocupado besándole el cuello a su joven esposo, que rápidamente se empezó a llevar por los deseos del mayor.

Mientras tanto, hacia el norte, eran Hoseok y Chuang los que inspeccionaban, las cuevas por ese rumbo, según lo que hablo el peli azul, daban al bosque y al castillo que antes servía de sede de Averno por lo menos para los visitantes.

-¿Y nunca nadie los descubrió?– preguntaba impresionado el rubio, al notar que nuevamente se sentía desorientado.

-A veces logran descubrir una que otra cueva pero son pasadizos todos entremezclados como laberintos, solo nosotros conocemos cada rincón incluso para los habitantes de Averno es complicado pero ellos saben que accesos utilizar... – mencionó el gemelo mayor mirando a su acompañantes, a quien notó nuevamente despistado - ¡Hacia la derecha!-

-Ahh… si claro – Hoseok tomaba el camino indicado por el mayor sintió un aire frío lo que le estremeció, aunque no tanto como el sentir cómo era rodeado su cuerpo por los fuertes brazos de su esposo.

-¡Salida!... ¡va al bosque…! – susurró el mayor a su oído. 

Lentamente Hoseok se volteó para encarar al mayor, había un sonrojo en sus mejillas Chuang sonrió y lo fue atrayendo más dentro de la cueva, lejos del aire frío una vez dentro comenzaron a besarse apasionadamente.

❤+Compromiso Pactado+❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora