❤+Compromiso Pactado+❤

Cap.59

Todos, nobles, soldados, ciudadanos y el propio Sein, habían quedado más que sorprendidos al ver que el que se hacía conocer como Osiris, actual esposo del príncipe de Tierra, era realmente Tae, esa noticia dejó impactados a la totalidad de aquellos que habían presenciado el castigo que recibiría Sein, y que no recibió, justamente por la intervención del príncipe Jungkook.

Conforme fueron pasando las horas, se iban informando de todos los sucesos que se sucedieron en el reino de Tierra en los últimos meses, Namjoon y Sein escuchaban con atención todos los reportes, aunque este último no tuviese voz al respecto en ninguna de las situaciones, quien hablaba era el peli oscuro, en nombre de Kim Taehyung, pues su hijo se encontraba en ese preciso momento en compañía de su esposo.

Tae había dispuesto un grupo de sus guerreros para ir a buscar a Jimin, pues deseaba más que nada en el mundo, verlo bien muerto, pero cuando los guerreros se disponían a retirarse, nuevamente Jungkook lo impidió, alegando que deseaba por lo menos esa noche, sentirse seguro y con todos, en esa misma condición, Tae no pudo ir contra de los deseos de su príncipe, y luego de aceptar, se lo llevó a una recámara que habían preparado para ellos.

Desde el momento en que ingresaron a la habitación el menor no pronunció ninguna palabra, Tae también permanecía en silencio, sólo observándole.

-Lo siento- susurró y el peli oscuro pareció de pronto, algo desesperado.

-¡No... no debes sentirlo, no fue tu culpa... si hay un culpable aquí, ese soy yo... perdóname, no pude protegerte! - se arrodillaba a los pies del menor y se abrazaba a su vientre, permaneció en esa posición un rato - Si es verdad lo que ella dijo... lo querré y atesoraré como si fuera mío-

-¡No...! - Jungkook no lo soportó más, las lágrimas se escaparon de sus ojos y por primera vez, su cuerpo no lo resistió dejándole caer en el suelo de rodillas, su voluntad se quebró... "¡Jamás permitiría que criaras a un hijo que no fuera tuyo!"... -Perdóname... si no hubiera sido tan débil... si no me hubiese dejado vencer, es mi culpa, perdóname-

-¡No tengo nada que perdonarte, mi Tormentosa Calamidad, acaso no lo entiendes... no fue tu culpa... lo importante es que vuelves a estar en mis brazos...! - intentó besar aquellos labios, más estos lo rehuyeron - ¡No, mi niño... no me rechaces!-

-Tae... ya no soy... ya no soy digno de ti...yo... estoy sucio - el menor volvía a sollozar tapaba su rostro con sus manos.

-¡Escúchame... y mírame atento, Jungkook! - Tae levantó el rostro del menor tomándolo de los cabellos, su tono de voz era firme - ¡Tú me perteneces a mí... eres mi esposo, y todo lo que provenga de ti, es mío... no vuelvas a decir que no eres digno, y mucho menos que estas sucio, me oíste... yo...! -

El mayor no apartaba su mirada de la del más joven, y lentamente iba acercando su rostro a la del menor.

- ¡Yo voy a borrar toda huella que él pudo haber dejado en ti...  y después de esta noche, no volverás a hablarme de este tema... esta noche dejaré claro en tu cuerpo y en tu mente,  que tú único dueño... soy yo!-

Quiso alejarse de los brazos de su esposo, más el agarre que el peli oscuro tenía sobre él era muy fuerte, tomándolo de la cintura lo acercó más a él, luego se puso de pié, y cargándolo en brazos lo llevó hacia el lecho, donde lo depositó con cuidado, a pesar de los intentos del menor por zafarse.

-¡No me rechaces! - Tae estaba muy serio, realmente quería borrar todo rastro de Jimin del cuerpo de su esposo, para continuar luego, borrando al propio Jimin de la existencia en ese mundo - ¡Quédate quieto!-

-¡Suéltame... Nooo, no quiero Tae! - Jungkoook intentaba alejar al peli oscuro de él, pero Tae no parecía dispuesto a hacerlo, tomó ambas manos del menor y las sostuvo con una de las suyas por encima de la cabeza del más joven - ¡Tae!-

-Abre la boca - la voz del peli oscuro sonó imperante, el menor lo miró entre asustado y asombrado, mordió su labio inferior, en esa ocasión no obedecería. Con su mano libre, Tae acarició le acaricio el rostro, se veía aún la marca de la bofetada que le diera Jimin; luego acaricio los labios y con su pulgar intentó abril la pequeña bocab- ¡Es una orden que te da tú esposo!-

Tímida y temerosamente el menor fue abriendo su boquita, el mayor sonrió, y lentamente se fue aproximando a esos labios, introdujo su lengua con cuidado una vez que comenzaban a fundirse ambos con ese beso.

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Jungkook se sentía temeroso, pero no podía emitir ningún sonido como réplica, no se sentía capaz de negarse nuevamente a Tae, y menos considerando todo lo que el mayor había presenciado, sintió aquellas poderosas manos recorrer su cuerpo y despojarlo de sus prendas... sus labios, aún aprisionados por los de su esposo, no dejaban escapar ningún gemido.

Tae se había perdido en aquellos labios, y en recorrer aquel cuerpo, intentaba borrar de su mente todo lo que había presenciado, pero lo que más deseaba era borrar de la mente de su pequeño, todo lo sufrido; cuando dejó sus labios para recorrer su cuerpo, lo hizo con lenta devoción, así como fue lenta y cuidadosamente que recorrió con sus labios el pecho ya desnudo del menor.

Sin saber cómo, notó que su boca dejaba escapar tímidos gemidos, sentía como si sudara frío, abrió sus ojos para cerciorarse de que era Tae el que estaba con él.

-¡Tae! - susurró y el mayor levantó el rostro para poder mirarlo.

Vio sus ojitos brillantes y húmedos, que parecían suplicar sin palabras, soltó el agarre que ejercían sus manos, y entonces pudo disfrutar de la caricia que le daban las manos de Jungkook, sonrió al sentir ese toque y volvió a besarlo en los labios.

-Te amo - murmuró el mayor, mientras tomó la mano izquierda de Jungkook y besó cada dedito de esa mano, para luego repetir esa acción con la mano derecha del menor - ¡Te amo!... ¡Jamás lo dudes!-

Jungkook no apartaba la vista del rostro del mayor, sonrió tímidamente cuando este se acercaba reclamando un beso de su parte, el cual le dio, en ese momento se decidió, él también quería borrar el rastro de Jimin de su cuerpo y de su mente,,no iba a rechazar a su único amor por lo menos no esa noche... ya después pensaría en qué hacer.

-¡Uhmmm... ahhh! - se dejaba llevar por las agradables sensaciones que sólo Tae podía hacerle sentir.

Rápidamente ambos cuerpos de encontraron en igualdad de condiciones, ambos totalmente desprovistos de sus ropas. Jungkook se dejaba hacer por completo por Tae, quien no dejaba ni una sola parte del menor sin recorrer, no sólo con sus manos sino también, con sus labios y su lengua.

- ¡TAE! - gemía, mientras su esposo lo preparaba para recibirlo - ¡Uhmmm!...¡Ahhhh... ahmmmm! - el simplemente estaba demasiado excitado, aunque sintió sus fuerzas mermar cuando se corrió en la boca de mayor, rápidamente este lo encendió nuevamente con nuevas caricias y nuevos besos- ¡Amor... ya...!-

-¡No mi ángel... esta noche será sólo nuestra, déjame poseerte por completo... déjame amarte, mi niño! - Tae introdujo su miembro en el menor cuidadosamente, Jungkook se sostuvo con fuerzas de los fuertes brazos de su esposo, intentando alcanzar los labios de este para acallar sus gemidos.

Las embestidas fueron lentas al principio, esto desesperaba al menor quien jadeaba desesperado, luego comenzaron a aumentar en intensidad, convirtiendo aquellos jadeos en gemidos cada vez más sonoros.

-¡Ahhh!... ¡Amor... ya... ya no puedo! - entre gemidos dejó escapar el menor.

Tae sonrió al momento de embestirlo incluso con mayor fuerza, no perdía detalle de aquel rostro totalmente sonrojados, de aquella mirada brillante, que parpadeaba cansada y que se cerraba a cada estocada suya.

Cuando se vino en el interior del menor, se quedó un rato más unido a él, besaba sus labios y este al sentirlo dentro lo miró directo a los ojos, buscó sus labios tímidamente, y se besaron con pasión.

-Te amo, mi tormentosa calamidad... mi adorado tormento... mi niño... ¡Te amo tanto... que duele! - salió del interior de Jungkook, se acomodó a su lado y lo atrajo a su cuerpo, se acurrucó entre sus brazos, ambos se durmieron casi inmediatamente, mañana sería un nuevo día, y el mayor ya había decidido que Jimin, con ese día, había vivido demasiado.