9- Niños.

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April

-No puedo creer que hayan decidido hacer esto casi de la noche a la mañana -Bastián y yo estábamos en una tienda, yo estaba probándome vestidos.

Tenía casi media hora en eso y no podía decidirme por uno, sentía que ninguno me quedaba bien, me sentía inchada, gorda y sabía que no me vería bien con un vestido ajustado. Mi trasero y mis pechos estaban más grandes que antes y aunque se suponía que eso era bueno, a veces sentía que no porque la ropa simplemente no me quedaba bien.

-Sinceramente no entiendo porqué se lo guardaron por tanto tiempo, es cierto que ya sabíamos que se casarían por la iglesia, pero adivinos no somos para saber que sería tan pronto -asentí aunque no podía verme. Yo estaba en el probador y él afuera-. Todavía debemos buscar el vestido para Avril y los trajes para Brendan y Bradley, quien está muy emocionado por cierto.

-Amor, ¿me puedes ayudar? -sin darme respuesta alguna se colocó dentro del probador.

-Te ves hermosa -era un vestido turquesa con decoraciones en blanco.

-No -puse mi índice en sus labios.

-¿No qué? -mordió la llema de mi dedo.

-No seas mentiroso, se me ve horrible, ni siquiera me cierra -rodó los ojos. Hizo que me diera la vuelta y rápidamente me subió el cierre.

-¿Decías? -me giro nuevamente para que lo viera-. Lo repito... te ves hermosa -bajé la mirada.

-No me siento así -pegué mi frente en su hombro-. Me siento inchada, gorda y... No me gusta como se me ve nada.

-Mi amor, ¿confías en mí? -asentí sin despegar mi frente de su hombro-. ¿Entonces por qué no me crees cuando te digo que te ves hermosa? -lo vi e hice un puchero.

-Es que tú me amas y siempre me ves así -sonrió.

-Te amo, sí, pero no estoy ciego y si siempre te veo hermosa es porque lo estás, en serio -acarició mi mejilla-. De no ser porque a fuera hay muchas personas, te haría el amor aquí mismo, con o sin vestido puesto, porque de cualquier forma te ves hermosa.

Lo abracé y besé sus labios. Cada día que pasaba lo amaba más. Nuestro amor no disminuía con él pasar del tiempo, solamente aumentaba más y más.

-Te amo demasiado -le di otro pequeño beso.

-Y yo a ti mi vida -acarició mi mejilla-. ¿Entonces llevamos ese vestido? Me gusta el color, aparte por ahí vi uno de ese mismo color que le puede quedar a Avril.

-¿En serio? -asintió-. Entonces este -salimos del probador, buscamos el vestido para Avril, que era perfecto para ella, pagamos y nos fuimos-. Ahora hay que ir por Brendan y Bradley para buscar sus trajes.

Con cada hora que pasaba y cada gramo de estrés que me provocaba toda la situación, sentía que odiaba más a Summer y Charlie. ¿Qué les costaba avisarnos un mes antes que se iban a casar por la iglesia? ¿Por qué tenían que avisarnos una semana antes? Ahora el último estrés del día era que Brendan no había dormido en casa de sus abuelos por la tarde y estaba de tan mal humor que no se dejaba probar su hermosos traje igual al de su papá y hermano mayor.

-Kyled -no paraba de llorar, nunca lo había visto de tan mal humor, era un Bradley pequeño-, déjame ponerte esto -se retorció en mis brazos.

-Pa -estiró los brazos para que su papá lo cargara y éste no dudó en hacerlo.

-Será mejor venir mañana -Brendan ya hasta tenía hipo de tanto llorar, aunque ya en los brazos de su papá se quedó más tranquilo y empezó a dormirse.

Pequeños West II [West#2.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora