12- Nuevo integrante.

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Bastián

El halloween sin duda alguna era de mis festividades favoritas porque me encantaba disfrazarme con los niños, aunque April no me dejaba usar disfraces terroríficos como me gustaban, normalmente todos los años nos disfrazábamos igual. El año pasado el tema había sido Los Increíbles, no era mi disfraz favorito, pero le tocó escoger a April y a los niños les había gustado, entonces me tocó disfrazarme del papá, pero era mi turno de escoger los disfraces y serían geniales... seguramente, porque aún no se me ocurría nada.

-¡Bastián! -di un salto al escuchar el grito de papá-. Hace veinte minutos te dije que fueras a mi oficina -por estar pensando se me había olvidado.

-Sí, lo siento -me puse de pie y lo seguí hasta su oficina. Él se sentó en su lugar frente a su escritorio y yo frente a él.

-¿Recuerdas que te conté que quería irme con tu mamá de vacaciones? -asentí-. Hablé con ella y le encantó la idea, por lo tanto voy a necesitar que tú te quedes a cargo de la empresa y cuando digo a cargo, es a cargo, Bastián. Tú vas a tomar las decisiones, no me vas a llamar.

-Pero...

-Esta empresa es casi tuya, casi porque aún no me muero -negué. No me gustaba la idea de mis papás... muertos-, pero cuando eso pase todo será tuyo y por lo tanto deberás saber manejarla hasta con los ojos cerrados. Debes conocer todo mejor que la palma de tu mano. Tú mejor que nadie sabes cuánto trabajé por todo esto, así que debes cuidarlo.

-Sabes que lo haré.

-Bien, porque a partir de la próxima semana pasas de ser gerente financiero al CEO de esta empresa -sólo con decírmelo ya sentía toda la responsabilidad.

En otras ocasiones me había tocado hacerme cargo del manejo, pero podía hacerle preguntas y pedirle consejos de qué hacer, pero ya no podría hacer eso.

-Está bien, te prometo que lo haré bien, voy a dar todo de mí porque esta empresa siga como hasta el día de hoy.

-Eso es hijo, enorgulléceme más de lo que ya lo haces.

-¿Ah sí?

-Hijo, me has dado tres nietos preciosos que adoro con mi vida, tienes una familia hermosa, eres un gran padre y un gran esposo. Cada día que pasa me enorgullezco más de ti. A diferencia de mí tú no descuidas a tu familia por el trabajo u otras cosas, para ti la familia está en primer plano y eso me hace sentir orgulloso, no porque hayas aprendido eso de mí, sino porque aprendiste de mis errores y no lo has repetido.

-Por favor papá, tú eres el mejor papá que pudiera tener -se puso de pie.

-Sólo por eso, saca esta empresa a delante sin descuidar a los niños y April. ¿Entendido?

-Es imposible que eso pase.

-Bien, porque si eso sucede te mandaré de asistente -me reí.

-Sabes que sería el peor asistente de todos, tengo pésima memoria.

-Ya me imagino llegando una semana después a una reunión por tu culpa -ambos nos pusimos a reír.

Mi papá no era perfecto, pero lo amaba, era mi padre y había hecho lo mejor, cometió muchos errores, pero todos los seres humanos los cometemos, incluso yo lo hacía. Cuando somos hijos tendemos a juzgar a nuestros padres por sus errores, pero cuando ya somos padres nos damos cuenta de lo difícil que es serlo, de todo lo que sacrifican y de lo poco que sabemos de ese trabajo que es ser papá. No nacemos aprendidos de cómo ser buenos padres, vamos aprendiendo día a día, de los aciertos y de los errores. Con tres hijos eso ya lo tenía claro.


Pequeños West II [West#2.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora