Pequeños West II [West#2.5]

14- Juegos y familia.

Bastián

Era nuestra noche, Shark, Charlie y yo, estábamos jugando bolos, Shark nos iba ganando, era muy bueno en eso. Me senté junto a Charlie, agarré mi cerveza y tomé un largo trago.

—Creo que voy a lanzarle una de estas bolas para desmayarlo y que deje de ganarnos —estaba cruzado de brazos, viendo con el ceño fruncido a Shark.

—Déjalo, de todas formas pronto se va a ir a Londres, tómalo como una despedida —era inevitable, él, Renata y sus hijos regresarían a Londres pronto.

—¿Estás listo para otro sufrimiento de Brad? —me encogí de hombros.

—Ya hablamos con él, está tranquilo y concentrado en aprender con mi papá. ¿Sabes que quiere construir edificios? Creo que a este paso será arquitecto como mi papá.

—Lo sospechaba —dijo Shark acercándose a nosotros—. Siempre le ha gustado hacer edificios con los legos, nunca quiso hacer un dinosaurio.

—A mi hijo no le gustan los dinosaurios, hasta hace poco le parecían lagartijas grandes que se lo podían comer —reí al recordar el drama que hizo al ver una lagartija y decir que era un dinosaurio bebé. Ese día se colgó de mi pierna y no quiso soltarse hasta que no vio más a la pequeña lagartija—. Aunque con Brandon que le gustan le ha perdido un poco el medio, pero aún así prefiere mantener lejos a las lagartijas, cocodrilos, serpientes y cualquier cosa escamosa.

—A mi también me dan asco, casi miedo, bueno... si me dan miedo —vimos a Charlie—. También las ranas, son asquerosas —le dio un escalofrío—. Ay, que asco.

—Como sea —hice un ademán con la mano—. No creo que esta vez le duela mucho la partida de Becca, creo que ya se acostumbró, aparte, sino está en la escuela, está jugando con Brandon, o está en la empresa con mi papá y los fines de semana en el taller haciendo casitas de madera.

—Becca no se quiere ir, pero no queda de otra, sólo serán unos meses más, así que tendrá que acostumbrarse —se encogió de hombros—. Aparte, mientras más lejos esté de Bradley, más rápido se le va a pasar su amor po él —mordió su labio inferior para ocultar su sonrisa. Sabía que estaba bromeando.

—Estás equivocado, podrás llevártela al fin del mundo si quieres, pero nunca va a olvidar a Brad, amigo date cuenta, ese amor no lo acaba ni la distancia —Charlie casi se ahoga con su cerveza por reírse.

—Amigo date cuenta —repitió sin dejar de reír.

—Cuando crezcan se les va a pasar.

—Todo el mundo me decía eso con Summer, ahora es mi esposa y tenemos dos hijos —Charlie levantó una ceja.

—La diferencia es que entre mi hijo y Becca el amor es mutuo, en cambio Charlie para Summer era sólo su amigo y nada más —estaba siendo cruel, pero ya había pasado.

—Al menos ella no le dijo a todos que era gay, ni se acostó conmigo estando borracha —se tapó la boca con ambas manos—. Ay, lo siento.

Shark no dejaba de reír.

—La ropa sucia se lava en casa, chicas —ambos lo vimos.

—Al menos yo no entré en pánico y me fui como imbécil cuando me dijeron que iba a ser papá —era mi turno.

—Al menos yo si estaba seguro de casarme —dijo Charlie y él nos vio a ambos.

—Al menos yo no soy pésimo en los bolos. ¡Malditos envidiosos! —agarró la bola y se alejó de nosotros.

—Quería jugar sucio y ahí está —vi a Charlie y asentí.

—Mejor vamos a consolarlo, pobrecito bebé.