13- Halloween.

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April

-¿Ya tienen sus disfraces para Halloween? -me preguntó Renata a través de una vídeo llamada.

-No, le toca a Bastián y aún no ha dicho de que nos disfrazaremos.

-Nosotros ya fuimos por nuestros disfraces, nuestro tema será Frozen -reí-. Becca está muy emocionada con este Halloween, así que quisimos complacerla escogiendo los disfraces.

-Pues a nosotros nos tocará esperar a que Bastián nos diga de que nos disfrazaremos este año. Sólo espero que sea algo bueno.

Bastián de repente era medio raro y cuando eran cosas así, temía que tomara una mala decisión. Un año quiso que nos disfrazaramos de gatos y por supuesto me negué a tal cosa. Terminé de hablar con renata y seguí arreglando el clóset, Bastián se había ido con los niños a hacer unas compras y tenía esperanzas de que comprara los disfraces también, aunque por el tiempo que ya se había tardado suponía que sí.

-¡Mami! -me levanté de un salto de mi lugar al escuchar el grito de Brad.

-¿Qué pasó? -le pregunté cuando al fin pude verlo-. Ven acá -abrí mis brazos. Al tenerlo contra mi pecho pude sentir que tenía el corazón acelerado-. Amor, ¿qué te pasó? ¿estás asustado?

-Sí -hizo un puchero-. Había un pelo en la calle y yo lo toqué, pelo él se asustó y yo me asusté también, los dos nos asustamos, él salió coliendo y yo también.

-¿Y tu papá? -se cruzó de brazos, eso sólo significaba que Bastián había hecho algo malo.

-Se buló de mí. Ya estoy cansado de Bastián, ya no lo aguanto, siemple se bula de mí.

-No es culpa mía -vi al culpable-, fue muy gracioso -llevaba el celular en la mano-, grabé un vídeo, ¿quieres verlo?

-Quiero que borres ese video y te comportes como un padre en lugar de como un niño -mi tono de voz era serio, porque hablaba muy en serio-. Bradley no es tu juguete ni tu hermanito menor, eres su padre y debes cuidarlo, ¿qué tal si el perro lo hubiera mordido?

Frunció el ceño, no había ni un solo rastro de burla en su rostro.

-¿En serio crees que no lo cuido? Daría mi vida por cada uno de mis hijos. Yo no creo que mi hijo sea un juguete y si no hice nada con el perro porque era más probable que Brad lo matara de un pisotón, aque la rata que llaman perro lo mordiera -dio la vuelta y salió de la casa.

Estaba enojado, yo me había pasado con lo que le había dicho, no debí haber insinuado que no cuidaba de nuestro hijo, cuando sabía que si lo hacía. Pero me molestaba que se burlara de él y sino permitimos que lo hicieran en la escuela, menos en la casa.

-Mi amor, ¿era un perro pequeño? -le pregunté a Brad.

-Sí mami, pelo me asusté -hizo un puchero.

-Chiquito -lo abracé. Me puse de pie y lo cargué en mis brazos.

Salí de la casa con el cargado y afuera me encontré con Bastián y los niños, ambos tenían un carrito rojo en el que su papá les estaba poniendo bolsas del mercado.

-¿Y esos carritos? -pregunté.

-Los compré -respondió serio-. Llevemos esto adentro -Kyled y Carrie empezaron a jalar los carritos, mientras su papá les ayudaba empujando un poco con su pie cada uno de los carritos.

-Vamo -dijo Kyled mientras jalaba sin dejar de sonreír.

Bastián también llevaba bolsas en sus manos y podría jurar que eran los disfraces, también podían ser decoraciones, éramos la única casa del vecindario sin decoraciones de Halloween. Cuando ellos entraron a la casa, aproveché para preguntarle a Brad.

Pequeños West II [West#2.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora