27- Diablito interior.

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April

Estaba en la empresa revisando que los documentos de unas casas que recién habíamos comprado estuvieran en regla, cuando recibí una llamada de la escuela de Brad, para decirme que había golpeado a un niño en el receso.

—¿Qué pasó? —me preguntó Wendolyn, una de las chicas que trabajaba con nosotras. Al escucharla preguntarme eso todas volvieron a verme.

—April, ¿estás bien? —me preguntó Renata.

—Sí, pero... —estaba en shock—. Bradley golpeó a un niño —todas se sorprendieron pues conocían bien a mi hijo, a quien no le gustaba meterse en problemas.

—Pero tuvo que haber alguna razón para que él hiciera eso, la última vez unos niños lo golpearon, ¿no? —tomé mis cosas.

—No lo sé, pero debo ir ya a la escuela —Renata me dijo que ella revisaría los documentos y por eso me fui de inmediato a la escuela, en el camino le avisé a Bastián, que lo tomó por sorpresa, pero aún así no podría acompañarme porque iba a entrar a una reunión.

Me tocaría enfrentar sola el problema.






Me tocaría enfrentar sola el problema

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Bradley

—Ya pueden salir a receso —nos dijo la profesora. Yo guardé todo en mi mochila, porque sino lo hacía algún tonto me iba a tirar todo y eso me enojaba mucho.

Cuando terminé tomé mi lonchera y estaba a punto de salir, hasta que Camile me tomó del brazo.

—¿Adónde vas? —me preguntó.

—A comer, tengo hambre —me solté y seguí caminando hasta donde estaba Brandon. A mi muñequita no le gustaba que Camile se sentara con nosotros, así que no podía llevarla conmigo—. Hola, Brand —me senté a su lado.

—Hola Brad —me pasó una mano por el pelo—. ¿Quieres una galleta, Brad? —me mostró varias galletas de chocolate.

—Sí —tomé una galleta y empecé a comerla—. ¿Puedes darme otra para mi muñequita?

—Claro que sí, traje muchas para los tres —sonreí. Brandon siempre iba a ser mi mejor amigo, porque también quería y cuidaba a mi muñequita, él sabía que era mi novia y siempre la cuidabamos porque era más pequeña.

—¿Quieres jugo? —le di uno de uva, su favorito. Siempre llevábamos más comida para compartir.

—¡Hola! —mi muñequita se acercó a nosotros. Dejé mis cosas sobre la mesita y la abracé.

—Hola, muñequita hermosa —le di un beso—. Ven, te traje un jugo de manzana.

—Laly, mira, él es nuevo —señaló a un niño que estaba detrás de ella—, somos amigos —asentí.

Pequeños West II [West#2.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora