Cap. 5

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Capítulo cinco: Plazos.

Yoriichi me observó en silencio, a pesar de que me ofrecía una sonrisa esta no lucía como todas las anteriores.
Esa sonrisa que alguna vez me calmó, ahora parecía molestarme.

Aparté la mirada de él cruzandome de brazos, no me apetecía mirarlo en éste momento.

Pude sentir que poco a poco se ponía de pie, de reojo observé cómo guardaba su flauta.
Luego, volví a apartar la mirada para darle la espalda.
Pensé que solo se iría y me dejaría allí presa de mis propios pensamientos.
Pero, para mi sorpresa sus pasos avanzaron despacio hasta llegar a mí, dio media vuelta y apoyó su espalda a la mía.

Sorprendida por su actitud separé mis brazos poco a poco para dejarlos caer. El silencio que nos bañaba era purificador.

— ¿Qué se sentira tocar el cielo?—susurró.

Mi cuerpo se sobresaltó, aquella pregunta se ha paseado por mi cabeza más de una vez.

— Cuando tocabas esa melodía y el tierno cesped recibía mis pies, por un segundo creo haber tocado el cielo—confesé observando el paño celeste que cubría nuestras cabezas.

— Entonces esto es el cielo...

Antes de que pudiese indagar más en lo que quería decir, Haru apareció con prisa hasta llegar a nuestro lado.

— Señorita Kimi—su rostro nuevamente se encontraba desfigurado—, el joven Michikatsu la ha estado buscando. Dice tener algo importante que hablar con usted.

— ¿Hablar?—cuestioné. Era extraño que entre nosotros se dieran las oportunidades para hablar. La mayoría del tiempo eran nuestros padres los que se comunicaban todas las cosas.

— Asi es, vamos. La está esperando—dijo Haru para tomar mi mano y tratar de llevarme. Pero mi cuerpo no respondía, sentía que sí me iba, al volver ya no encontraría a Yoriichi.

— Kimi—como sí pudiese leer mis pensamientos interrumpió—, ve tranquila.

Le dediqué una última mirada antes de partir junto a Haru, él volvió a sonreir entregandome seguridad y confianza.

Caminamos en silencio hacia el salón de reuniones que le pertenece a la familia Tsugikuni.
Allí, nos esperaba Michikatsu y su padres, quienes apenas entramos nos recibieron con una fugaz reverencia.
Era solo protocolo, no les salía real.

— Querida Kimi—comenzó a hablar el mayor—, como ya sabes mi señora nos ha dejado.

— Y lamento mucho que haya ocurrido tan pronto, mi señor.

— Sé que lo sientes, hija...,por ello, sé que entenderas nuestra decisión. Ahora que esta casa se ha quedado sin una mujer, dejando a este viejo junto a dos jovenes hombres, necesitamos de una figura femenina que cuide de éste lugar. Una nueva señora para este clan.

— Creo que no entiendo del todo.

— Adelantaremos la boda, será en dos días más. Así podras traer todas tus cosas para que vivas junto a mi hijo aquí y comiencen a crear su familia.

Fue un balde de agua fría, hablar de un matrimonio y para una fecha tan próxima era una pesadilla.
Pero, lo que más me causó pánico fue que él ya pensara en una familia.

— Tengo que...avisarle a mis padres. Sí me permiten—comencé a sentirme mareada. Salí del lugar en búsqueda de aire fresco, el hecho de que mi futuro ya estaba decidido y yo no tenía derecho a opinar era una tortura.

Camine abrazandome hasta llegar a mi habitación. Sentí miedo, no estaba del todo lista para contraer matrimonio, no con todo lo que ello implica.
No hablo de las preparaciones, ni del vestido, ni de los invitados, si no, de lo que viene después del matrimonio.
Pensar solo en ello me causaba histeria.

Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora