Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*

Cap. 26

Capítulo Veintiseis: Un Visitante.

Narrador

Kimi y Yoriichi disfrutaron de la compañía del otro durante el resto del día, el muchacho se encargaba de las labores más dificiles, mientras que la joven le seguía con la mirada o trataba de ser útil en algo, en lo que fuese.

Yoriichi suspiró vencido al intento Número 10 de Kimi para ponerse de pie por sí sola.

— Ya te dije que no necesitas preocuparte—habló el pelirojo agobiado de los intentos de la muchacha.

— Pero, Yoriichi—respondió ella haciendo un puchero—. Estoy bien, ya no me duele tanto.

El pelirojo se cruzó de brazos y se puso de pie frente a ella en silencio.

— ¿Tanto?—murmuró, alzó una ceja desafiante para ver a la muchacha directo en esos grandes y brillosos ojos.

Kimi comenzó a reir nerviosa, le era nueva esta cara sobreprotectora del muchacho, aunque amaba verlo de esa forma con ella.

— ¿Solo un...poquito?—respondió la joven entre sonrisas vagas—, ¿muy poquito? ¿casi nada?

Ni siquiera ella estaba segura de la respuesta, pero es que, estaba agotada de ver al pelirojo con esa culpa en él que le ha agobiado desde lo que sucedió con Haru.

Lo único que Kimi desea es recuperar sus fuerzas para que Yoriichi ya no tenga que preocuparse de ella.

— No mientas—susurró Yoriichi mientras se inclinaba para acercarse al rostro sonrojado de la joven, sus ojos brillaron como nunca ante la cercanía del pelirojo—. No puedes mentirme, Kimi.

Una sonrisa triunfante se dibujó en los labios de Yoriichi, sabía con certeza que la herida aún es molesta para la muchacha, y que aún así ella intentaba sobrellevarlo.

Él realmente admira la determinación de Kimi.

Así que, sumergido y embriagado por esos delicados ojos, se acercó más a su rostro para besarle la boca.
Cada vez estaba más deseoso de estar junto a ella, la vida comenzaba a teñirse de otros colores solo por ver una sonrisa de Kimi.

Él que nunca pudo comprender los sentimientos de otra persona tuvo que aprender a conocer los propios para luego darse cuenta lo que es el amor.

Y, cómo se siente el estar enamorado.

Se percató de ello aquella vez en que el viento le habló, cuando las estrellas le alertaron del peligro y corrió como sí de ello dependiese su vida.

El miedo al ver la sangre, el dolor en su pecho al sentir su aroma. La ira y necesidad de acabar con sus propias manos al culpable de aquel resultado...

Oh, el amor. Aquel peculiar y llamativo muchacho de ojos melancolicos y agobiantes para sus enemigos se ha enamorado.

Se separaron por la falta de aire, el rostro suave de Kimi fue sostenido por Yoriichi, no puede evitar sentir la necesidad de apoyarse en ella cada vez que tiene la oportunidad.

Y, pensar en una vida junto a ella le era el único motor que necesita para poder levantarse día a día.

— ¿Qué sucede?—preguntó la joven curiosa, le era extraño este silencio tan profundo del muchacho.

— Solo pensaba—respondió él acompañado de una sonrisa.

— ¿Qué piensas tanto, Yoriichi? De por sí ya es extraño cuando estas mucho tiempo en silencio, y más aún con esa mirada tuya.