Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*

Último Capítulo

Kimi

Las pupilas de Yoriichi se agudizaron, logre ver mi reflejo a través de sus ojos profundos, y tras de mí, ese extraño desconocido se lanzaba siguiendo mis pasos, sus garras como cuchillos, y sus relucientes dientes brillaban de forma amenazante.

De un solo golpe él pretende acabar conmigo.

Cerré mis ojos con fuerza, todo transcurrió en cámara lenta, aún así, apenas caí en los brazos de Yoriichi, el sonido de la carne desgarrandose y la sangre cayendo al suelo captó el silencio.

Pero, no hubo dolor.

No sentí dolor.

Al ver quien se había lanzado entre el pelinegro y yo, algo en mí ardió amargamente.

— ¡Michikatsu!—grite aterrada al verlo caer ante el hombre de piel clara, este último tenía toda su mano dentro del abdomen de quien salvó mi vida, la sangre salía de su cuerpo en grandes cantidades.

Yoriichi me sostuvo entre sus brazos, sentí su cuerpo temblar ligero.

Nadie lograba reaccionar ante lo sucedido.

El hombre que tenía a Michikatsu en su poder rió fuerte al ver a quien tenía en frente, su risa era aterradora, mi sangre parecía helarse y todos mis sentidos gritaban sin demora que mi vida, y la de todos esta en grave peligro.

— Michikatsu, tú—dijo entre risas ahogadas, llevó su mano libre hacia su propio rostro para ocultar su gran sonrisa, aquellos grandes dientes brillaban ante mis ojos—. Dime, ¿ella realmente vale la pena? ¿Decidiste dejarlo todo solo para que se vaya con otro? Patético, simplemente patético.

Michikatsu tosió sangre, Yoriichi se antepuso ocultándome con su espalda. El hombre que llegó con él apuntó con su espada hacia el pelinegro.

— ¡Kibutsuji Muzan! ¡Ya termina de llevarte vidas humanas! ¡Las almas de todas tus víctimas te atormentaran hasta el infierno mismo!

El nombrado volvió a reír fuerte, su timbre de voz era aterrador, todo en nuestro entorno parecía opacarse cuando Muzan habla o ríe.

— ¿Víctimas? ¿Infierno?—su mirada se volvió arrogante—. Sí no fueron capaces de hacer algo conmigo estando vivos, ¿Crees que lograrán algo estando muertos? Solo son basura inservible, nada más.

Mis manos temblaron al escucharlo, su forma tan sencilla de denigrar a quienes ha matado es espeluznante.

Michikatsu tosió sangre por segunda vez.

— TÚ...maldito bastardo—gruñó con suma dificultad mientras quitaba la sangre de su boca con la mano derecha para luego escupir frente los pies de Muzan, este alzó las cejas de forma curiosa.

— ¿Yo? ¿Y, qué hay de ti? Recuerda que estuviste siempre a mi lado, todas las personas que mataste solo por conseguir lo que querías, ¿y dices que yo soy un maldito bastado?

Rió por lo bajo.

— Los demonios siempre seremos malditos, pero aquel ser humano que camina por la oscuridad pretendiendo ser algo que no es...Michikatsu, tú eres peor que yo.

Yoriichi que estaba frente a mí, sostuvo su katana con fuerza y sin dudarlo se lanzó hacia el pelinegro, este le tomó unos segundos reaccionar, y el filo de la espada logró cortar su mejilla, Muzan quitó la sangre que caía por su rostro para luego saborearla mientras miraba atónito lo sucedido.

— ¿Hmm? ¿Te molesta que hable así de tu querido hermano? ¿Me dirás que ahora, aún después de todo lo sucedido, aún lo quieres?—había algo en la mirada de Muzan que lograba congelarte hasta los huesos.