Cap. 31

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Narrador

El muchacho de cabello rojo agradeció con una inmutable sonrisa a la anciana que terminaba ya de entregarle aquellos regalos para él y su joven pareja.

Yoriichi terminó de arreglar las cosas para luego girarse y volver al lugar en donde había dejafo a Kimi, una extraña sensanción en su pecho le ha estado molestando desde hace un buen rato, por lo que, sin darse cuenta, estaba practicamente trotando de regreso a ella.

Mientras avanzaba con sus manos ocupadas, deseaba profundamente en su corazón que solo se tratase de una mala sensación pasajera, nada que fuese realmente grave.

Pero, al llegar una vez al lugar exacto en donde había dejado a la muchacha, su respuración pareció detenerse por unos breves segundos.
Inquieto, buscó con la mirada por todos lados en caso de que pudiese ver a la joven entre la multitud, la cual increiblemente -y para su mala suerte- ha aumentado en comparación de las personas que se encontraban allí justo antes de partir.

El pelirrojo agudizó aún más sus sentidos tratando de encontrar hasta la más mínima pista de Kimi, pero algo impedía que él pudiese encontrarla.
Era como sí su esencia se hubiese mezclado con tantas otras que ya no le era posible distinguirla, Yoriichi se frustró consigo al sentir incapaz de encontrar a la joven.

La desesperación comenzaba a invadirlo de mala manera, su corazón latía con tanta fuerza que incluso su respiración se agitaba, tan solo por el temor de perderla el muchacho abandonó toda ética y trabajo de concentración.

Antes de que pudiese seguir llenandose de esas malas ideas, unas pequeñas manos tenblorosas alcanzaron la punta de sus mangas, el pelirrojo bajó su mirada alerta de forma brusca asustando un poco al menor que le miraba con el rostro destrozado en llanto y miedo.

Yoriichi no necesitó nada más, pudo verlo en los ojos de aquel niño asustado.
Le ordenó que le guiara por las calles tratando de no volver a asustar al chico, pero la desesperación en su interior a ratos le jugaba una mala pasada.

El niño corrió con mayor prisa ahora que sentía más seguridad con el joven que lleva a su lado, sumado al ver de reojo los ojos afilados del joven sentía temor de demorarse demasiado.

En silencio, ambos llegaron hasta aquel lugar en donde se encontraría ahora su madre con Kimi, Yoriichi le ordenó que esperase afuera mientras él ingresaba a revisar el lugar, el chico asintió en silencio tomando aire y calmando sus nervios.

La puerta de aquel viejo lugar se abrió de forma pesada invitando a que el pelirrojo ingresara, una vez dentro ésta se cerró de un solo y pesado golpe.
Pero, nada de eso logró asustar, ni mover siquiera la más mínima hebra del pelirrojo, él siguió por los caminos obscuros en silencio sacando de su escondite una vieja katana que llevaba consigo de forma cautelosa.

Siguiendo las frías paredes pudo sentir entre todo el polvo y la humedad, un ácido aroma que bañaba sus fosas nasales.
Sus dedos hormiguearon ante tal metalico aroma, corrió hasta llegar a una pequeña habitación, pero como sospechaba la persona que se encuentra tirada en el suelo sucio con distintas heridas en su cuerpo, no es Kimi.

Aún así, Yoriichi se acercó hasta el cuerpo tembloroso sospechando que ella ha de tener cierta relación con el niño.
Se arrodilló a su lado para tomar con sumo cuidado la parte superior del cuerpo y ayudarla a beber un poco de agua, la mujer no se resistió a la ayuda recibiendo con calma el líquido frio que tranquilizaba poco a poco su pesar.

Pero, antes de que él pudiese interrogar a la mujer, esta levantó una mano con suma dificultad para quitar el recipiente de sus labios y liberarlos de todo obstaculo para luego abrirlos despacio con el dolor de partirse la piel al estar tan agrietados.

— Él se la ha llevado...dijo...dijo que ya no podrías volver a estar con ella—la mujer hizo una pausa tragando seco—. Agregó que...mejor será para ti mientras la olvides y hagas tu vida lejos de ellos...te permitira eso...solo por ser hermanos.

Las púpilas de Yoriichi se clavaron en los ahora ojos cerrados de la mujer entre sus brazos, pues la fémina se desmayó por todo el dolor y agotamiento tras las horas de tortura.
Agradeció en silencio por su valentia, ella estuvo esperando con todas sus fuerzas a que Yoriichi llegara para darle el mensaje y luego descansar.

El pelirrojo dejó el cuerpo dormido con sumo cuidado para luego salir y decirle al niño que ya es seguro, que puede entrar y cuidar de su madre.
El menor le agradeció entre mocos y llantos por la ayuda una y otra vez abrazando la cintura del mayor, este le dio un suave golpe en el cabello para que partiera a buscar a la mujer, en el camino Yoriichi encontró un médico y le dio las indicaciones para llegar hasta el muchacho y su madre.

Ahora, él tiene otro objetivo en mente.

Kimi

Un constante malestar en la parte trasera de mi cabeza me hizo despertar luego de un largo sueño.

Abrí los ojos despacio por la incomodidad de la luz que ingrasaba de forma salvaje a la habitación, me encontré rodeada de grandes almohadones que servían de apoyo y comodidad.

Busqué con la mirada algo que me diese una señal de qué tipo de lugar sería este, pero antes de que pudiese seguir buscando algo, me sobresalté al encontrar unos ojos pacientes a mi lado.

Michikatsu se encontraba sentado al lado de la cama que me sostiene, una sonrisa amplia y tranquila se dibujó en sus labios cuando mis ojos chocaron con los suyos.

— Lamento haber tenido que golpearte para traerte hasta aquí—dijo mientras se cruzaba de brazos—. Pero, era la única forma de que me siguieras. Desgraciadamente, al parecer el único que se ha ganado tu favor es el despreciable de mi hermano, ¿no es así?

Fruncí el ceño molesta por su cercanía.

— Acabas de cabar tu propia tumba—dije con la voz irritada—. Conoces a Yoriichi, él no te dejara ir así de fácil.

Pero, en vez de causarle alguna preocupación, una sonrisa aún más extraña en sus labios apareció de forma alarmante.

— Lo sé—suspiró—. Por eso, tú me ayudaras a que él se mantenga lejos.

Reí fuerte por sus palabras.

— ¿Eres idiota?—repliqué—. En ninguna de mis vidas haría algo como eso, mi lealtad está con él, y solo para él.

Michikatsu se puso de pie en silencio borrando toda sonrisa de sus labios.

— Sí no lo haces, temo que tu amado Yoriichi no viva más de éste día.

Se giró de forma brusca y salió de la habitación dejandome a solas con tales pensamientos.

Sin saber lo que Michikatsu planea, el horror y temor por la seguridad de Yoriichu comenzaban a apoderarse de todos mis sentidos.
Los bordes de mis ojos ardieron y ahora al tener esta pequeña soledad, dejé que la tristeza de estar alejados se apoderara de mi alma.

— No vengas...por favor, no vengas...

Susurré

He vueltoo!! Perdón por la demora♡

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He vueltoo!! Perdón por la demora♡

Siempre es un honor escribir de este bebé♡ jajajsloamo

Espero les haya gustado el capi♡

Gracias por leer!

Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora