Cap. 7

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Capítulo siete: Evidencias.

— ¿Señorita Kimi?, ¿Señorita Kimi?—los llamados lejanos de Haru me sacaban de mi profundo sueño.

Abrí mis ojos pesados con lentitud, lo primero que pude ver fue su rostro con esa tan típica expresión de apuro.

— ¿Qué sucede?—mi voz sonaba ronca por estar recién despertando, ella caminó hasta mi cómoda y de allí sacó prendas oscuras.

— En una hora será el entierro de la señora Tsugikuni—hablaba mientras buscaba de un lado a otro lo que necesitaría para arreglarme—. Sería bueno que comience a prepararse desde ya.

Asentí en silencio, no encontraba las palabras justas para responder a la orden de Haru.
Comencé por lavarme, arregle mi cabello
y continue con el kimono.

— Haru—llamé mientras terminaba de vestirme—, no te vi en todo el día ayer. ¿Es muy atarareada la vida aqui?

Por un momento sentí que estaba tardando más de lo normal en darme una respuesta tan sencilla, pero no quise pensar mal de ella, asi que espere en silencio por su respuesta.

— Si—respondió a secas—, siempre estan de un lado a otro haciendo tareas en la casa.

— Lamento hacerte trabajar tanto.

— No es una molestia, después de todo vine por ese motivo.

Le dediqué una fugaz sonrisa, pretendí ser sincera con ella, y comenzaba a sentir que sus ataques de nervios cada vez eran menos frecuentes.

— Haru...,¿qué piensas de la boda?

— ¿Duda de su matrimonio?—creo haber sentido un poco de sorpresa en su voz.

— N-No—mentí—. Me refiero, a que se haya adelantado y sea tan pronto.

— Fue una sorpresa, pero sí el joven Michikatsu lo quiere así no habrá más opción que aceptarlo. De todas formas, ya se fue envíada una carta a sus padres dando aviso de la noticia.

[Maldición, mis padres. Ellos serán los únicos felices con la noticia.]

— Gracias...

En silencio salimos del cuarto para dirigirnos hasta el gran salón, allí estaba el señor Tsugikuni junto a su hijo mayor.
Saludé cortesmente a ambos dandoles todo mi respeto por el fallecimiento de la señora del clan.

Michikatsu sorpresivamente me ofreció su brazo para situarme a su lado.
Llena de dudas y a la defensiva lo acepté, más que nada porque Haru aclaró su garganta tras mi demora.

Esperabamos todos pacientes hasta que llegaron los hombres cargando a la señora Tsugikuni en un hermoso cajón de roble.
Pero, mis ojos se cruzaron con los de aquel pelirrojo, Yoriichi caminaba a pasos lentos siguiendo la lenta y triste despedida.

Mi cuerpo exigía ir en su compañía, caminar a su lado y demostrarle que también sentía su dolor, que podía apoyarse en mí.
Pero, el brazo de Michikatsu que me sostenía de apoyo era el ancla que me amarraba a la realidad, mi triste realidad.

— Yoriichi siempre fue muy unido a nuestra madre durante su infancia—susurró Michikatsu. Su particular amabilidad hacia mí comenzó a inquietarme—. Pero, cuando él se fue mamá ya no sonreía de la misma forma. Por más que traté de hacerla feliz ella nunca sonrió conmigo como lo hacía con él.

Escuché en silencio sus recuerdos, de reojo vi su rostro. Pensé que estaría irritado al hablar de esa forma sobre su hermano, pero en su rostro pude divisar un pequeño rayo de tristeza y melancolía.

Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora