Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*

Cap. 19

Capítulo diecinueve: Fantasmas del pasado.

Desperté temprano por unos ruidos que sentí en la cocina, me levante tomando lo primero que encontraba, pues no es normal que Yoriichi sea descuidado con esas cosas, he notado que se preocupa especialmente de no despertarme.

— ¿Yoriichi?—dije despacio, por alguna extraña razón desperté con una mala sensación.

Caminé con cautela hasta la cocina, sentía el ambiente pesado.

— No hay nadie—susurré apenas llegué allí, pues la cabaña no es grande y la cocina no se encontraba lejos de mi habitación.

— Perdón, ¿te desperté?

Apoyó una de sus manos en mi hombro, di un salto del susto que me dio.

— Yoriichi—chillé, sentía mi corazón latir a mil.

Me giré para hacerle frente, su rostro tan tranquilo como siempre me desconcertó.

— Se cayó un plato—dijo viendo al otro lado de la cocina, en el suelo los trozos de aquella pieza dejaban en claro que era el culpable de todo.

— Aja—susurré—, si. Ya veo.

— ¿Estas bien?—preguntó curioso—, estás pálida.

— ¿Como crees?—reí nerviosa, sí tan solo supiera que casi me muero del susto.

— ¿Te asusté?—añadió sorprendido—. No sabía que te asustabas tan fácil...lo siento.

Comencé a calmarme, la calidez de su voz ayudó bastante para que pudiese recuperar la compostura.

— Hay muchas cosas que tú no sabes de mí—suspiré escondiendome entre mis hombros.

— Tienes razón en eso—respondió con la mirada pensativa, Yoriichi volvía a perderse en sus lejanos pensamientos imposibles de interpretar.

— Limpiare eso—dije ante el silencio que se formaba entre nosotros.

Él asintió despacio.

— Te lo agradezco—dijo suave—. Ire al pueblo del que te hablé ayer, quizás me tome todo el día dar con lo que buscamos. Así que, no te preocupes por mi demora.

— Espero que tengas suerte en la búsqueda—dije con una sonrisa mientras lo veía caminar a la puerta de entrada.

— Kimi—dijo al instante en que detenía su andar—, tú ayer te molestaste, ¿no es así?

No dije nada, sentí un poco de vergüenza por eso.

— ¿Esperabas otra cosa de mi parte?—añadió sin consideración alguna, de nuevo su actitud directa hacía de las suyas.

Una risa nerviosa se escapó de mis labios, rasqué mi nuca buscando rápido una salida de este encerrón.

— No es necesario que me digas ahora—giró su cuello para verme sobre su hombro—, hablaremos cuando vuelva del pueblo.

Sonrió.

Asentí en silencio, mis pupilas se deleitaban cada vez con sus hermosas sonrisas, solo una sonrisa al día sería suficiente para que mi vida sea perfecta.

Tras eso, Yoriichi se marchó de la casa para ir en búsqueda de los cazadores de demonios. Mientras que yo, me quedé en la cabaña con una extraña sensación.

Por primera vez, en mucho tiempo, volví a sentirme sola.

— Pero él volvera, Kimi—susurré, lleve mis manos a la altura de mi pecho como sí estuviese protegiendo el más preciado de mis deseos—. Yoriichi siempre vuelve.