Eres mi Sol - YoriichixTú *TERMINADA*

Cap. 27

Capítulo Veintisiete: Deseada

Kimi

Un par de semanas han pasado y la personalidad de Yoriichi ha cambiado cada vez más.

Su rutina comienza mucho antes que la mía, se encarga de tener todo listo para que cuando me levante no deba preocuparme de nada. A pesar de que mi pierna está mucho mejor, y que ahora soy capaz de caminar por mi cuenta, aunque con un poco de dificultad, claro. Él sigue insistiendo en que debo tener extremo cuidado.

— Ya estoy bien, Yoriichi—murmuré con un puchero, he estado insistiendole de que puedo vestirme por mi cuenta.

Era una dulce y juguetona lucha la que enfrentamos, el pelirrojo intenta de ponerme ropa nueva como sí fuese una muñeca, y yo trato de que él me deje ser independiente de nuevo.

Antes habría sentido vergüenza por esto, pero ya me acostumbre a su rostro inocente y a su mirada inmovil.

— No puedes—respondió decidido, debo admitir que disfruto ver esta faceta sobreprotectora del pelirojo.

He llegado a pensar, que podría ser un buen padre...

Rayos, qué estoy pensando.

Mis mejillas se pusieron rojas de la vergüenza al pensar en esas cosas, un futuro junto a Yoriichi no suena mal. Y, una familia a su lado sería maravilloso...pero, para eso tendría que pasar...

Mi rostro ardió, últimamente he tenido muchos pensamientos desvengorzados.

— ¿Kimi?—preguntó cuando oculté mi rostro rápido con mis manos—, ¿qué sucede?

— Nada, nada—repetí negando con la cabeza rápido sin quitar las manos de mi rostro, sentía que él sería capaz de ver en mi mirada lo que me avergüenza.

Pero, un silencio extraño le siguió a mi rápida respuesta.

En eso, el suave contacto de sus dedos sobre mi rostro para luego dibujar la curva de mi cuello llamó mi atención.

— Sabes que te conozco más de lo que crees, Kimi—murmuró, su voz parecía ser distinta a la normal—. Desde hace unos días, tu cuerpo ha estado actuando extraño...

— ¿Q-Qué dices?

Estoy a punto de desvanecerme. Dios, esto es tan injusto. ¿Será una prueba? ¿Qué hice para merecer esto?

— Puedo verlo cada vez que me acerco demasiado a ti—murmuró, acercó su rostro a mi hombro—, como ahora. He podido notarlo cada vez que te hablo despacio, o cuando trato de ayudarte en cosas tan naturales como estas.

— Yoriichi, tú...

Él sabe que he estado actuando "extraña", pero aún así nunca dijo nada.

— Soy un hombre, Kimi—añadió, su voz gruesa y aterciopelada rozaba mi piel con descaro.

Voy a morir.

— Yo...he estado pensando en algunas cosas de las que me avergüenzo—insistió, quité un poco mis dedos para verle de reojo.

Nunca creí vivir para ver el rostro de Yoriichi sonrojado y apenado tras tales declaraciones.

— No quiero hacerte daño. Puedes confiar en mí, Kimi—susurró—. Soy capaz de soportar cualquier cosa, incluso luchar contra mis propios instintos con tal de que estés bien.

Estoy a punto de darme por vencida.

— Yoriichi...

— Está bien. Lo entiendo—sentí que se puso de pie y dejó mi ropa a un lado—. Perdón por haber insistido tanto, solo quiero cuidar de ti.