Perder al amor de tu vida, te quiebra por completo...
Lo único que me mantiene de pie, es mi hija...
Pero ella acaba de llegar a mi vida a hacerme dudar y acabar con la poca cordura que me queda...
Necesito eliminar estos sentimientos, que me están...
Abro mis ojos de golpe, encontrándome recostado sobre el césped, y rodeado de varios árboles, trato de levantarme pero mi pierna comienza a doler y a quemar.
Bella...Ella nos atacó, me dejó inconscientemente, debido a mi parte de Licántropo.
A pesar del insoportable dolor, logró ponerme de pie y observo como mi ropa está cubierta de sangre, pero obviamente yo no sangro, olfateo un poco la sangre y caigo en cuenta de que es de Ethan.
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Ethan!... Demonios...
Decido dirigirme hacia dónde se supone que están los demás, Ethan debe estar donde los Volturis, y si yo nos los encontré, tal vez Edward y los demás sí.
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Ámbar...
No logro ver nada más allá de la tela carmesí que cubre mis ojos, mientras escucho como se abre y se cierra la puerta más de una vez, el sonido de tacones contra el suelo resuenan en mis oídos, y mis brazos duelen cada vez por la posición en la que se encuentran, al igual que mis muñecas.
- Ámbar te tengo una pequeña sorpresa... Antes de que Aro y los demás vengan por ti- dice Isabella susurrando en mi odio- ¿ Lista...?
Isabella retira la venda de mis ojos, y estos tardan en acostumbrarse un pocos la luz, pero cuando por fin lo hacen me encuentro con Ethan atado a una silla, con la cara ensangrentada y la boca cubierta con una venda, comienza a tratar de moverse en su lugar, pero es inútil.
- Ethan... - digo con un susurro, mientras Isabella se coloca detrás de él, y lo toma de los hombros.
- ¿No te gustó tu sorpresa, fiorellino?- dice con una sonrisa, mientras Ethan trata de hablar pero no puede debido a la venda en su boca.
- No... No le hagas nada... Po...por favor Isabella... A la que quieres es a mi... Por favor...- Digo tartamudeando y sintiendo que mi corazón se acelera.
- No Ámbar, te lo dije muy claro... Quiero verte sufrir... Lentamente- dice mientras se acerca a una mesa y pronuncia cada palabra con lentitud.
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