Perder al amor de tu vida, te quiebra por completo...
Lo único que me mantiene de pie, es mi hija...
Pero ella acaba de llegar a mi vida a hacerme dudar y acabar con la poca cordura que me queda...
Necesito eliminar estos sentimientos, que me están...
Lo que estoy por hacer me está rompiendo por dentro, es un sentimiento que jamás había sentido, quisiera huir, tratar de desaparecer para eliminar todos estos malditos sentimientos, pero lo su seguridad y lo que siento por ella es lo que me mantiene aquí.
Estoy apunto de tocar la puerta de su casa, pero antes de que pueda hacer algún movimiento la puerta se abre repentinamente, se sorprende al verme, tal parece que iba de salida, pero después me da una sonrisa, que me hace sentirme bastante mal.
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- Que bueno que estás aquí, quise darte un tiempo para...- No quiero escucharla, no puedo, así que la interrumpo.
- Ámbar, no te quiero cerca de mi ni de mi familia- digo tratando de sonar lo más seco posible.
- Qué... A qué te refieres? -dice mientras la duda se apodera de su rostro.
- Acaso no entiendes, no te quiero cerca...- antes de que pueda decir algo más me interrumpe.
- Esto es por Bella, verdad? - dice acercándose más a mi, a lo que inconscientemente me alejo- creí... Crei que su llegada no afectaría nada.
- Si... Si es por ella, el simple hecho de volverla a ver, de tenerla cerca me hizo darme cuenta de que la necesito demasiado- digo tratando de sonar creíble.
- Dijiste que me amabas, que nada ni nadie...
- Se lo que dije- digo tomando un suspiro- pero acaso me creíste? Por favor... No te comparas en nada con ella, todos tenían razón solo eras mi nuevo juguete, algo con que distraerme- digo mientras las palabras me queman la garganta - No significas nada para mí, eres tan pequeña cosa a lado de Bella, y si tal vez te use, pero para eso sirve una simple humana solo para ser utilizada.
Las lágrimas empiezan a brotar de los ojos de Ámbar, quisiera abrazarla y decirle cuanto la amo pero no tengo opción.
Me odio...
- Bueno ya sabes la verdad...- Ámbar me da una bofetada, y a decir verdad realmente me dolió físicamente, es algo que hace mucho no sentía, y empiezo a sentir con el área donde soltó el golpe se pone caliente.
- Eres un maldito idiota! No tenías... No tenías... No tenías... Porque jugar conmigo- dice mientras comienza a sollozar- Te odio.
Ámbar da media vuelta y me cierra la puerta en la cara, esas palabras, esas palabras saliendo de su boca son tan hirientes, escucho como se desliza por la puerta y comienza a llorar.
Esto me esta matando! Pero es por tu bien Ámbar, tú vas a conseguir la felicidad.
Sin darme cuenta empiezo a sentir como algo escurre por mis mejillas, caigo en cuenta de que estoy llorando, pero esto es imposible, yo no debería de llorar ni de sentir dolor físico a causa de un humano.
Pero tal parece que ella revivió esa parte de mi.
La frustracion de apodera de mi...
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Ámbar...
-Te odio! - son las palabras que dije antes de cerrar la puerta y deslizarme por esta.
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Las lágrimas comienzan a caer sin control sobre mis mejillas, y el calor se empieza a apoderar de mi cuerpo.
Realmente me merece esto?... Pero claro ese fue mi problema, me enamoré, yo tenía miedo y aún así lo hice. Me enamoré de un estúpido juego, donde yo era el maldito juguete. Pero esto es lo que gane al tratar de que alguien que seguía enamorado de su pasado, tratara de enamorarse del presente.
Decido ponerme de pie y limpiar las lágrimas de mi rostro, no voy a deprimirme por alguien a quien no le importó, aún que realmente me duela.
