XXV: Taken.

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La vi caminando por la acera, tratando de desenredar sus audífonos.
No había nadie a su lado.
Sentí que era mi oportunidad de hablar con ella. No lo pensé ni un segundo más y detuve mi auto a su lado. Ella se giró confundida, su rostro cambió completamente al verme.

—¿Quieres que te lleve? —Le pregunté aun sabiendo la respuesta.

—No, gracias. —Respondió borde para después volver a girarse y avanzar.

—Skyler... —La llamé mientras bajaba del auto. —Tenemos que hablar. —Ella hizo caso omiso a mi llamado. Caminé rápidamente hacia ella, intentando alcanzarla. Cuando por fin estuve lo suficientemente cerca la tomé del brazo sin lastimarla, impidiéndola avanzar. —Por favor.

—No tenemos nada de que hablar. —Dijo, deshaciéndose de mí agarre dispuesta a alejarse de mi nuevamente.

Miré como seguía caminando por la acera. Tan solo mirando su espalda, mientras se alejaba de mi.
—¿Estas saliendo con él? —Pregunté después de unos segundos de silencio, lo suficientemente alto para que pudiera escucharme a pesar de la distancia. Ella se detuvo en seco, se giró lentamente con su rostro neutro y cruzó sus brazos.

 Ella se detuvo en seco, se giró lentamente con su rostro neutro y cruzó sus brazos

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—Eso a ti no te importa. —Soltó.

Me dolía su actitud hacia mi. Ella no solía ser así conmigo.

« Eso era antes de que le rompieras el corazón. »

Suspiré mientras me acercaba a ella. Su mirada insegura se posó en mi.
—Sé que aún estás enamorada de mí. —Le susurré. Sus ojos cafés seguían en contacto con los míos. —Y él no lo sabe.

Ella frunció su ceño levemente.
—Tu fuiste el que lo arruinó todo. —Murmuró dando un paso hacia atrás, manteniendo distancia entre nosotros.

—Y no hay día que no me arrepienta. —Respondí sinceramente. Pasé mi mano por mi pelo, echándolo hacia atrás, estresado. — Y sé qué tal vez lo mejor para ti sería que me alejara y simplemente te dejara en paz... —Sus ojos cafés estaban sobre mi todo el tiempo. —Pero sería hipócrita de mi parte si te digo que solamente deseo que seas feliz, cuando en realidad no quiero que encuentres felicidad sin mi. —Hablé rápidamente, sintiendo como poco a poco mis ojos comenzaban a arder. Tragué saliva con dificultad. —Te amo, Skyler.

Lo había hecho.
Sí, al fin le había dicho que la amaba.
Sus ojos estaban cristalizados.
Odiaba verla así.
Odiaba que aquel chico solo le sacara sonrisas, mientras que conmigo solo eran lágrimas.

—No te entiendo, Luke. —Habló luego de unos segundos, sin preocuparse en detener aquellas lágrimas que salían de sus bellos ojos. —Ahora que estoy con alguien más, ¿me dices que me amas?

Llevé mi vista al suelo al escucharla.
¿Ella en verdad estaba con él? ¿Ella era feliz sin mi?
—¿No crees que es un poco tarde para eso? —Volvió a preguntar mientras sorbía su nariz.

—No lo es, Skyler...

—¡Te lo pregunté hace semanas, Luke! —Me interrumpió, esta vez alzando un poco más la voz. —¡Y solo te quedaste callado! ¿Tú cómo crees que me sentí?

Intenté acercarme a ella, pero se alejó. Quitó sus lágrimas rápidamente con la manga de su suéter.

—¿Quién te crees que eres? ¿Quien crees que soy?  —Me preguntó, mirándome con dolor. —Solo te encanta verme mal, sufriendo por ti.

—¿Cómo puedes pensar eso? Skyler, yo no...

—Tú no quieres mi corazón, solo te encanta saber que eres el único que puedes romperlo. —Dijo, interrumpiéndome nuevamente. Sus palabras dolían. —Ahora que no puedes tenerme ¿de repente me amas? —Añadió, para después soltar una risa sarcástica.

—Siempre te amé, Skyler. —Confesé. Ella sonrió sin ganas.

—¿Sí? Pues creo que tenemos diferentes ideas sobre lo que es amar a alguien. —Soltó.

Sabía que ya no había vuelta atrás.
Nada iba a mejorar.
—¿Aún me amas? —Pregunté casi en un susurro.

Sabía cual era su respuesta.
Pero aun así le pregunté, esperando que me mintiera.
Ella me dió una mirada que no pude descifrar. Miró al suelo y limpió sus lágrimas.
—No.

(...)

Toqué el timbre.
Luego de aquella conversación con Skyler, me sentí de lo peor. Llegué a casa, y me encerré en mi habitación. No podía sacar sus palabras de mi mente, el hecho de que no me amara más me hacía sentir como un hombre muerto. Escribí unas cuantas canciones más para ella, pero es posible que nunca las lea.
Me había perdido tanto en mis pensamientos que casi olvidaba que había quedado con Ashton hoy. Y aquí estaba, 45 minutos después de la hora acordada, tocando su puerta.

—Buenas noches. —Bromeó Ashton al abrir la puerta.

—Hey. —Saludé sin ganas. Él frunció su ceño levemente.

—¿Pasa algo? —Preguntó, confundido. —Tienes los ojos rojos... ¿estuviste llorando?

—Estoy drogado. —Respondí sarcástico. —Traigo un poco ¿quieres?

—Ah, no. Con esa mierda no entras a mi casa. —Ashton intentó cerrar la puerta, pero lo detuve.

—¡No estoy drogado, idiota!

—¿Seguro? —Entrecerró sus ojos, mirándome fijamente. —Entonces, ¿qué pasó?

—¿Me dejarás pasar para explicarte? —Él asintió, haciéndose a un lado.

Entré y me senté en el sofá. Ashton fue a la cocina y volvió con unas cuantas cervezas, él sabía que lo necesitaría. Le conté todo, desde que la había visto con el chico de rulos, hasta nuestra conversación de hoy. Él se quedó mirando a un punto en el piso, sin expresión en su rostro.

—No sé qué decirte, Luke. —Respondió tras unos segundos de silencio. —Normalmente siempre soy bueno dando consejos... pero tu situación esta muy jodida, amigo.

Creí que el venir a casa de Ashton, me haría sentir mejor pero estaba resultando todo lo contrario, pues tenía amigos muy honestos.
Bueno, demasiado honestos.

Ashton bebió de su botella, pensativo.
—No le dijiste a Skyler lo que sentías por miedo a enamorarte y que te hiciera lo mismo que Sierra te hizo ¿no?—Asentí. —y dime... ¿realmente eso sirvió de algo? Pusiste tantas barreras sobre ti para no salir lastimado... y al final del día estás aquí en mi casa, bebiendo cerveza y llorando por una chica que en verdad te amaba y que dejaste ir gracias a las inseguridades y daño que te dejó tu última relación.

Un silencio se hizo presente en la habitación.
—Fui un idiota.

—Un poco. —Él sacudió sus hombros. —Pero por una parte te entiendo, amigo. Es difícil volver a confiar cuando ya te fallaron una vez.

—Siempre estoy extrañando a personas que no debería estar extrañando. —Hablé, llevando la cerveza a mi boca.

—La tuviste, Luke. —Me recordó Ashton. —Perdiste la luna mientras veías las estrellas.

Suspiré mientras me recargaba en el sofá, dejando mi mirada perdida hacía el techo.
Sus palabras se clavaban en mi pecho causándome una sensación desagradable, pues él tenía razón. Había sido un idiota con ella y la había dejado ir.

—A veces es mejor quemar algunos puentes para mantener distancia. Ella es feliz ahora, y creo que lo mejor es dejar las cosas como están. —Añadió.

¿Realmente eres feliz? Por que yo no lo soy.
Sé que no lo hacías, pero cuando te preguntaba si me amabas...
Esperaba que me mintieras.

Lie to me | Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora