XXXIII: Won't ask you to stay.

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L u k e

—¡Luke, tienes que calmarte! —Alzó la voz Calum, mirando como los vidrios de la botella se regaban por el piso.

—Tendré que llamar a seguridad si no se comporta, chico. —Escuché la voz del barman decir.

Mi cabeza daba vueltas, estaba ebrio y lo sabía.
Noté como una manos me tomaban por los hombros, tratando de calmarme.
—Suéltame. —Sollocé. —Esto es una mierda. Todo es una mierda.

—Luke... —Michael resopló. —Son las jodidas cuatro de la mañana, hemos venido hasta acá por ti. Nos llamaron diciendo que llevabas más de 3 horas aquí.

—Yo no les pedí que vinieran. —Protesté arrastrando mis palabras.

—Vámonos a casa, amigo. —Calum intentó tomarme pero una vez más lo alejé.

—No me iré. —Negué con la cabeza levemente, reí sin gracia. —Pero ella sí se irá.

—¿Ella? ¿De quién mierda hablas? —Michael bufó. —Podría estar en mi casa ahora mismo viendo Netflix, pero estoy aquí siendo buen amigo y tu no cooperas. —Se quejó.

—¿Sabes que odio de todo esto? —Le susurré. —Que solo trataba de no salir lastimado una vez más. —Sonreí con nostalgia. —Y mira donde estoy ahora.

—No tengo idea de lo qué pasó pero tenemos que irnos ahora, Luke. Por favor. —Calum insistió, ganándose un "No" de respuesta. Ellos se miraron durante unos segundos para después avanzar hacia mi. Ambos me tomaron por los brazos, arrastrándome a la salida.

—Suéltenme. —Hablé, molesto. De pronto, caí en los asientos traseros de un auto. Calum y Michael se sentaron en la parte de adelante. —Llévame a casa de Skyler. —Murmuré, cerrando mis ojos tratando de disminuir la incomodidad en estos.

—La gente normal como Skyler está durmiendo a esta hora, Luke. —Dijo Calum, encendiendo el motor.

—Ella durmiendo y yo sufriendo por que se marcha. —Suspiré, aún con los ojos cerrados sintiendo como el auto comenzaba a avanzar.

—¿Skyler se va? —Escuché a Mike preguntar, podría jurar que estaba frunciendo el ceño justo ahora.

—¿Se va? ¿A dónde? —Preguntó esta vez Calum.

—Florida. —Susurré, mientras me acomodaba en el asiento.

—¿Aceptó el trabajo? —Preguntó una vez más, confundido.

Michael lo miró de reojo.
—No lo creo. ¿No lo había rechazado ya?

—¿Trabajo? ¿Qué trabajo? —Fruncí mi ceño. Noté como Calum daba una mirada rápida al retrovisor y volvía su mirada hacia el frente.

—El que le ofreció Hannah Darvis, la productora musical. —Respondió, alzando sus hombros.

—¿Qué?

—Se contactó con ella luego de ver su video de YouTube, donde canta en el baile de primavera. —Dijo.

No sabía si era por el alcohol, pero estaba furioso y a la vez decepcionado.
¿Ella estaba dejando todo... y solo por trabajar con una productora al otro lado del mundo?

—¿Lo sabían y no me lo dijeron? —Pregunté furioso.

—¡Nosotros no sabíamos que se iría! —Se defendió Michael. —Ella había dicho que rechazó la oferta, tal vez para que no te dijéramos nada o yo que sé.

—Me bajo aquí. —Murmuré entre dientes, abriendo la puerta del auto aún en movimiento.

—¿¡Estás loco?! —Gritó Calum, frenando de golpe.

Lie to me | Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora