°9°

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Tomó el metro después de una larga jornada de trabajo, su día no podía ir más que peor; su jefe le debía dos semanas de pago y el dinero que tenía ahorrado para su guitarra se iría gracias a las deudas de su edificio; suspiró pesadamente y cerró los ojos para pensar con claridad.

—¿Puedo sentarme aquí?— Izzy escuchó.

Abrió los ojos lentamente y se encontró con un rubio que a kilómetros se notaba que era teñido.

—hay más asientos por allá— indicó secamente.

Solo habían cinco personas en el vagón: dos de ellas dormían, una escuchaba música en sus cascos y los otros dos miraban a un punto fijo.

—no importa— dijo el rubio sentándose a su lado.

Izzy rodó sus ojos, lo que me faltaba se dijo a si mismo.

—oye, viejo, mira, tengo un Zippo— el rubio le mostró.

aja, ¿Y?— miraba hacia una ventana.

—¿Tienes algún cigarrillo?, Lo necesito, ha sido un mal día— se lamentó.

Izzy lo miró como si estuviera bromeando.

—¿Entonces?, ¿Tienes o no?— insistió.— tienes cara de fumador, y no dudo que tengas— dijo.

Izzy negó un par de veces mientras sacaba una cajetilla de su chaqueta de mezclilla.

—toma, ya no hables— le regaño como si fuera un infante.

El rubio encendió el cigarrillo con su amado Zippo, Izzy miró hacia la ventana que estaba frente a él.

—¿Tu no fumaras?— le dijo aquel chico.

—no— contestó.

—anda, fuma conmigo— le dedicó una sonrisa.

—no te conozco, no fumaré contigo.

—mi nombre es Duff— levantó ambas cejas repetidamente—ahora ya me conoces.

Stradlin suspiró pesadamente mientras sacaba un cigarro para el. Duff sonrió triunfal.

—mierda— susurró el pelinegro para si mismo.

—no hay problema, tengo un Zippo— le dijo Duff al ver que el pelinegro no encontraba su encendedor.

Duff le puso la flama en la punta del cigarrillo de Izzy.

—gracias—dijo.

Duff se encogió de hombros y caló de su cigarrillo.

—yo no sé tú nombre— le reprendió.

—soy Izzy— le dijo después de soltar el humo del tabaco.

—¿Cual es tu estación?...la mía es la cinco, ¿La tuya es la cinco? ¿O vives muy lejos?.

El pelinegro parpadeó un par de veces para procesar todas las preguntas del chico.

—yo...

—si, tal vez vivas más lejos que yo, nunca te eh visto en mi vida— interrumpió.

—okey...—asintió.

El rubio lo miró a los ojos de una manera seductora e Izzy se sonrojó por el gesto.

—¿Tienes novia?— preguntó.

—no.

—¿Has tenido una?.

—si, pero me siempre me engañan— se lamentó.

—lo siento—miró su perfil.

—no lo hagas— negó varias veces.

Duff apagó su cigarro de un pisotón e Izzy lo imitó.

—eh llegado a mi estación— Duff le sonrió.

—ya veo...—miró.

El metro paro lentamente y Duff se levantó de su asiento.

—me encanto hablar contigo, Iz— le sonrió.

Izzy rió por el diminutivo.

—y a mi contigo, rubio teñido.

—¡Hey!, Soy natural— susurró.

—si, y yo soy mujer— rodó los ojos divertido.

Duff soltó una pequeña carcajada y lo miró, después de unos segundos salió del vagón sin dejar de ver al pelinegro sonrojado.

Izzy suspiró y sonrió involuntariamente, miró sus manos y puso divisar algo plateado a un costado de el, era el Zippo de Duff. Izzy se incorporó tomando el Zippo y decidió salir del vagón, pero lamentablemente el metro ya había cerrada sus puertas y no podía salir; volvió a su lugar algo decepcionado, miró el Zippo y sonrió al recordar a Duff.



One-shots DUZZYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora