°4°

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Había cosas que Izzy odiaba y una de esas era su nuevo vecino. Era un tal rubio alto que se había mudado frente a su departamento.

Era que el siempre tenía música a todo volumen, llevaba chicas a cada rato haciendo que el olor a cigarrillos y alcohol se pasarán a su departamento y no solo era eso, sino que cada noche escuchaba sus placeres con aquellas chicas diferentes cada día. Cualquiera diría que le tenía envidia, pero no era así, solo le molestaba. Así que se tomó la tarea para terminar aquello. Un día su vecino tenía la música tan fuerte que decidió ir a tocar su puerta para terminar de una vez por todas.

La puerta se abrió, dejando ver a ese rubio un poco más alto que Izzy.

-¿Pasa algo?.- miró a sus costados.

- ¿Enserio?.- preguntó serio.- tienes la música muy fuerte, eso molesta.- estalló.

- vamos viejo, relájate.- le golpeó el hombro.

Izzy se enfureció más que empujó al rubio adentro de su departamento para pasar a desconectar el estero.

- ¡Oye! No puedes hacer eso.- lo miro.

- oh, si qué puedo.- rió cínico.

- ¡Qué no!.- insistió acercándose a Izzy.

El movimiento fue tan rápido que quedaron muy cerca, Duff sonrió nervio e Izzy por su parte le dejo el estéreo en manos y salió corriendo a su departamento.

Este cerró la puerta tras de si, con su respiración agitada era el. Era el chico del instituto de cual se enamoró perdidamente. ¿Como no lo reconocí antes? Se dijo.

Duff sonrió cuando esté salió, el ya sabía que se trataba del pequeño pelinegro Duff sabía perfectamente lo que Izzy sentía por el cuando estaban en el colegio; sería sincero consigo mismo, el también sentía algo por Izzy pero su orgullo era aún más grande y siempre espero a que Stradlin se lo dijera más ese momento nunca llegó, pero claro no llegaría, por qué su mejor amigo lo molestaba, asi que...

La noche llegó el izzy se recostó en su cama, pensaba en Duff y nada más, el sentimiento que sentía hacia el rubio, minutos después quedó profundamente dormido.

Eran las 2:37 am, tocaron la puerta del departamento de Izzy, este a regañadientes se levantó y abrió la puerta.

Sus ojos se achinaron debido a la luz que provenía del departamento de Duff; cuando él se levantó de su cama no prendió algún foco, pero el departamento de Duff (que se encontraba frente a su puerta) estaba más que iluminada. El rubio se enrojeció por ese gesto.

-¿Duff? ¿Qué...?- bostezó, a veces el sueño te antotaba un poco.

- Hola, Izzy- lo miró.

-¿Qué haces aquí?- se sobó la cara para despabilarse.

- vengo a... no lo sé en realidad, solo te quería verte

Eso fue suficiente para que Izzy se despertara por completo.

- ¿A mí?

- si, a ti, al pequeño pelinegro, a mí pequeño pelinegro- sonrió.

One-shots DUZZYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora