- Por el amor de Dios, Ignazio. Su apartamento está completamente destruido, hasta parece que un huracán pasó por allí. – Valentina habló así que pasó por la puerta de la cocina y lo encontró en la mesa tomando café.
- Te dije que rompí todo.
- Humpf – sólo soltó el murmuro rápidamente antes de dar la espalda y volver a la sala. – ¡Eres un cerdo! ¡No encontré una ropa que no estuviera con un olor hediondo! – Ella volvió indignada a la cocina sosteniendo una de sus camisas para luego arrojarla en la cara de él. – ¡No voy a lavar!
- Pero yo no sé lavar... – se quejó colocando la pieza en la mesa y ella miró casi sin creer. – Yo mandaba en la lavandería.
- Comience con jabón y agua, querido... – dijo volviendo a la sala y regresando rápidamente con su cartera y celular y puso encima de la mesa y él la encaró. – No estás esperando que vaya a hacer eso, ¿estás?
- ¿Puedes al menos enseñarme a lidiar con la lavadora?
- Eso todo está tan maloliente que debería hacerte lavar en las piedras del río... – él miró como quien se quejaba – Mejor no, va a contaminar el agua... – ella concluyó negando con la cabeza.
- Estás con mucha maldad para un sábado por la mañana.- Seguro que no estoy de buen humor. Llevé horas para llegar a la ciudad y más tiempo para encontrar alguna ropa decente y la mierda de sus documentos. Tuve que revirar los muebles.... Eso sin contar que ese lugar está una pocilga tan grande que me admira que la policía no apareciera creyendo que tiene un cadáver en descomposición dentro.
- Eres muy exagerada. – Ella lo miró con desdén. Sin duda no estaba de acuerdo con él, ya que además de las puertas y ventanas, todo, absolutamente todo estaba dañado y esparcido por el suelo. Al pasar por la puerta entendió exactamente el por qué él había dicho que podría haber matado a alguien ese día... Sólo una persona totalmente descontrolada y furiosa podría haber dejado el lugar de esa manera. La única cosa que Valentina rezaba era para que todo esto fuera motivado por el alcohol, pues de lo contrario debería tener miedo de encararlo y pelear como habían hecho algunas veces. Si él fuera naturalmente violento, con ese porte físico, ella no tendría la menor oportunidad de defensa. Ella sólo negó con la cabeza y lo llamó, ahora él aprendería cómo se lavaba la ropa.Mientras Ignazio se encargaba de las ropas, Valentina aprovechó el tiempo para bañar a Neptuno, pero todo el trabajo fue inútil ya que el perro resolvió frotarse en un enorme pozo de barro.
incluso contrariado y riéndose hasta el vientre doler, Ignazio resolvió ayudar Valentina a recoger el perro, que corría como si todo se tratara de un buen juego. Y Nazio también se divertía hasta que, en determinado punto, resbaló y cayó de culo en el suelo, ensuciando no sólo el trasero, como las piernas y su ropa limpia en el varal. Valentina que venía atrás se detuvo en el mismo instante, así como Neptuno.
- ¡Ah, perro! – Él gritó, cerró los puños y acertó un puñetazo a cada lado del cuerpo, haciendo que el lodo se extendiera aún más, incluso por su pelo.
Él se levantó rápidamente y con mucha velocidad consiguió alcanzar al animal, casi jugándose sobre el pobrecito para conseguir agarrarlo. Luego lo agarró por el collar y fue de encuentro a Valentina.
- Espero que no dejes que huya más. ¡No voy a correr detrás de él de nuevo! – Sentenció – Y además voy a tener que lavar dos pantalones de nuevo. Si no fueras tan torpe eso no sucedería. – Dijo con tono de represalia. Valentina se bajó, cogió lodo con las dos manos para luego frotar en una camiseta blanca que estaba seca e intacta en el varal. Ignazio abrió bien los ojos, así como la boca.
- Ah, lo siento. Yo soy muy torpe. – Y dio una sonrisa irónica antes de sostener a Neptuno por el collar y arrastrarlo de nuevo al baño.Ignazio apenas maldijo bajito mientras sacudía las manos con la esperanza de deshacerse del barro y con rabia cogió las ropas que estaban sucias y las llevó a lavar nuevamente.
*****
- ¡Ah, finalmente! – dijo Valentina al entrar en la cocina y encontrar a Ignazio con el celular. – Ahora hasta te pareces nuevo. Baño y ropa limpia hacen toda la diferencia. – Dijo con cierto humor y él la miró inexpresivo.
- ¿Vas a seguir molestándome con esa tontería?
- Como eres amable... Y pensar que vine a invitarte a cenar conmigo en la villa.Ignazio arqueó una ceja y la miró rápidamente. No había percibido que ella estaba con un vestido naranja y con una sandalia casi del tono de la piel, pero ahora que se había hecho eso se daba cuenta de cómo era bonita, en realidad, estaba más bonita que cualquier otro día... Y el pelo ondulado pasaba apenas un poco de la altura de los hombros destacaba aún más sus bonitos ojos y por un segundo él se perdió en aquella visión...
- ¿Y entonces? – Ella preguntó casi quedando ansiosa, capturando su atención. – ¿Vamos o no?
- Sí, claro... – dijo bajando la cabeza pasando al lado de ella. Era mejor no mirar mucho hacía ella... Acababa de salir de una relación turbulenta, entonces no era bueno ya empezar a sentirse encantado por una extraña, a pesar de ser una linda extraña...
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Labios Compartidos | Ignazio Boschetto
Fanfiction"Amor mío Si estoy debajo del vaivén de tus piernas Si estoy hundido en un vaivén de caderas Esto es el cielo, es mi cielo Amor fugado Me tomas, me dejas, me exprimes y me tiras a un lado Te vas a otro cielo y regresas como los colibrís Me tienes co...