Poder del ángel.

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Anna estaba parada frente al departamento de Tessa, estaba pensando que decir, estaba nerviosa de decir algo mal.

Se reunió de valor y con la frente en alto entró a él apartamento.
Estaba todo silencioso y vacío, fue hasta la habitación.

Steve estaba de espaldas, mirando la ventana frente a él. Estaba sentado sobre la cama.

- Steve!- lo llamo ella. Su voz se escuchaba ronca así que se la aclaro. Él se giró.

Cuando lo vió su corazón se rompió, su expresión era melancolíca.

- Yo también te amó!- se apresuró a decir ella. Las palabras salieron tan impulsivamente, casi desbordandose de sus labios.
Steve se levanto y comenzó a caminar hacia ella.
- Pero...- sus palabras hisieron que se detuviera al instante. A ella le ardian, sus palabras le ardían como si llevarán fuego. Un nudo se alzaba en su garganta. Su respiración se estaba cortando, era como si sus pulmones hubieran desvanecido y despejado todo el aire que llevaba.

-No.................. de esa forma!- siseo ella, esperaba que no se le rompiera la voz. Sus pies se sentían débiles, intento ocultar que sus manos le temblaban y también intento ocultar el dolor que con cada palabra aumentaba más en su corazón.

- Te amó y quiero que estés a mi lado y quiero que enfrentemos a ese idiota que está creando bebés demonios y armando una organización. Por que se que no podría sin ti.
No quiero que esto cambie nada entre nosotros así que ¡Porfavor! ¿Podríamos seguir siendo amigos?-

Steve se quedó callado, millones de agujas atravesaban su corazón en ese momento, Pero él no quería perderla.

No pudo gesticular ninguna palabra, su pecho se sentía pesado al tomar aire.

¡No puedo hacer eso!. Pensó él.

Suprimió su dolor en sus manos y las apretó, tan fuerte que esperaba que explotarán así como su corazón lo había hecho hace unos segundos.
¡Ella no te ama de ese modo! ¡Eres un estupido!. Se regaño y después de un segundo, no la miró a los ojos, comenzó a caminar, pasando el umbral.

El sonido de la puerta cerrandose se disipo en el ambiente.

Anna no quería sentirse mal, no quería sentir nada en ese momento.
"Magnus" pensó.
Pero no podría ir ahora, no de esta forma. Se sentía inquieta.

El cuarto de baño tenía las paredes en un blanco hueso con flores azules de un color particular.
Había un jabón en particular, Sabía que Tessa los había puesto ahí aproposito.
Habían dos jabones, uno a lavanda y otro a chocolate.
Cuando Anna comenzó a vivir con Magnus, Tessa siempre estuvo ahí, también Catarina y Ragnor. Ellos también eran parte de su familia. Pero Tessa fue como una madre para ella.

Para cuando comenzó a vestirse, tomo unos jeans de mezclilla y tomó una blusa blanca, con flores rojas. Y mientras cepillaba su cabello un poco húmedo, pensó en lo que no quería recordar. Alejó ese pensamiento lo más lejos que pudo y se concentro en otras cosas mientras se dirigía al loft de Magnus.

Pero cuando llamo a la puerta nadie salió. Y cuando entró estaba completamente vacío. Ni sí quiera estaba en su habitación. Tomó uno de sus anillos y trazó una runa de rastreo con su estela sobre su mano.

Pero a dónde la había llevado la runa no se veía como un lugar al que Magnus asistiría seguidamente. Era una librería vieja. Alec y Jace venían al otro lado de la calle. Jace con él seño fruncido y Alec se veía ansioso.

La miraron desde lejos.
- ¿Que haces aquí?- le pregunto Alec cuando estuvo lo suficientemente cerca.
Jace la miró sorprendido pero después cambió su cara a una sería.

- Vine a buscar a Magnus!- dijo Anna.

- Él está ahí adentro, con Clary!- dijo Jace. Pero después Anna los vió mirarse sospechosamente el uno al otro, la mirada parabatai.

- No quieren que entre ahí?- preguntó ella.

- ...No!...- dijo Alec, ella se sorprendió. - Claro, que puedes. ¡Trajimos Donuts!- explicó él.
Alec estaba actuando raro pero Jace solo siguió el camino a la entrada.

Las paredes eran de tonalidades oscuras, cuando entraron a un gran salón, Estaba Magnus, con el cabello húmedo. Clary con sus rizos esponjados y Sobre un sofá cerca de donde estaban había un licántropo que ella no conocía pero a su lado estaba Maia, con los ojos rojos y llorosos.

Solo escucho a Jace diciéndole a Maia.
- Entonces ve a llorar a otra habitación.-

- Jace!- le espetó Anna y también él licántropo.
Maia salió rápido de la habitación. Anna se sintió mal por ella quería preguntarle a la chica si estaba bien o si podría ayudarle pero lo que estaba pasando ahora era más interesante. Jace estaba discutiendo con Magnus y este le espetaba sobre romper promesas.

- Únicamente un juramento por el Ángel tiene algún significado.- le dijo Jace a Magnus.

- Es cierto.- dijo Alec.

Y después discutían sobre peleas y demonios y todos se lanzaron sobre las donas. Alec se acercó a ella y le dio una a ella con un glaseado rosado. Ella la acepto mientras se acercaba a un piano blanco.
No pudo evitar pensar en Jace tocando el piano muy raras veces.

- Yo habría matado al mío pero huyó.- escucho decir a Jace.

- No quisiera ver ofender a ninguno de los involucrados pero el único de ustedes que parece peligroso es Jace.- dijo Magnus -No creo que una cazadora de sombras sin preparación y un vampiro asustado...-

- Creó que debí ser yo, me pareció que le asusté.- dijo Clary.

Magnus parpadeo con sorpresa. -Acabo de decir que...

- No me refiero a que lo asusté por qué me vea terrible.- comenzó Clary. - Creo que fue ésto.- Clary alzó su brazo.

Había una runa, pero era una runa que Anna jamás había visto, lo sabía por qué había estudiado todas las runas del libro gris y estaba segura de que jamás había visto esa. Se sorprendió.

- No sé que significa pero creo que no viene en el libro gris.- explicó Clary.

- No, no lo está. Esa runa no está en el libro gris.- les dijo Anna. Todos la miraron. Se sorprendió ya que todos habían estado tan sumergidos en su plática que ni siquiera la habían notado del todo.

- La ví en un sueño.- dijo Clary.

- ¿En un sueño? ¿A qué juegas Clary?- le dijo Jace furioso.

- No juego a nada!- le respondió ella. - Recuerdas Jace, lo que nos dijo la reina seelie, que eramos experimentos de Valentine-

Anna sintió su estómago apretarse. Sintió náuseas y palideció.

- Que Valentine nos había hecho cosas para hacernos diferentes, especiales?...- era Clary. - Me dijo que el mío era el don de las palabras que no pueden pronunciarse y que el tuyo era él mismo don del ángel.-

Anna se sintió sofocada
¿A si que Clary era un experimento más como lo eran ella y Jonathan? Jace y Clary eran como ella y Jonathan.

𝑳𝑨 𝑯𝑰𝑱𝑨 𝑫𝑬 𝑴𝑨𝑮𝑵𝑼𝑺 𝑩𝑨𝑵𝑬 [𝑪𝑫𝑺] EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora