Prólogo

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La pelirroja corría por el bosque con Aiden, sabía que era casi imposible alcanzarlo.

Él era un alfa y ella una beta, sin embargo, los siete años que llevaba entrenado entre alfas le habían fortalecido de una manera increíble, hasta casi lograr la fuerza y velocidad de uno. Su padre siempre le ha recordado lo fuerte que es desde su concepción por ser hija de alfas, y de unos tan poderosos, recalcando que sólo se puede esperar de ella grandes cosas.

Un leve zumbido en sus oídos la hizo estremecer, poco a poco subió de intensidad hasta hacer que se detuviera y quedara muy por detrás del alfa, quien al percatarse de eso, volvió por ella mientras decía algo imperceptible para la chica.

El castaño la sostuvo por los hombros y la obligó a mirarlo. Cuando comprendió que Sophie no lograría el control, la besó haciendo que la respiración de la pequeña beta se detuviera por unos segundos permitiendo a sus garras desaparecer junto a sus colmillos.

Aiden rió y ella lo golpeó en el pecho antes de mirar la hermosa y terrible luna llena que brillaba en lo alto.

-Nos esperan -recordó-. No podemos demorar otra vez -la voz del alfa, quien aún sostenía la cintura de la chica, sonó agitada. Habían corrido varios kilómetros aprovechando el aumento de sus poderes por la luna.

- ¡Oh! -casi gruñó la menor-. Por favor vamos, Kali enojada es espeluznante. -Ambos soltaron leves risas y volvieron a correr hasta que llegaron al edificio fuera de la ciudad en que vivían.

-Justo a tiempo. -Una voz los sobresaltó-. No puedo cubrirlos nuevamente, chicos -dijo con voz de reprimenda-. Si valoras tu vida hermano, mejor que Deucalion nunca se entere de esto.

Ethan miró a los recién llegados con una ceja alzada y dejó la revista de motocicletas de lado. Sophie rodó los ojos y Aiden lo golpeó en la nuca, antes de tomar el camino que llevaba a su habitación.

- ¡Ah! -exclamo y ambos voltearon a mirarlo-. Y tomen una ducha, aún siento el olor. -La mujer lobo se sonrojó y velozmente salió de allí.

***

Estaban todos reunidos en la sala esperando el nuevo plan Deucalion, la tensión presente en el ambiente.

-Beacon Hills -soltó de pronto y los sonidos de asombro no se hicieron esperar.

- ¿Es en serio? -gruñó Kali.

- ¿Qué hay de bueno en ese pueblucho? -añadió Ennis mirando al alfa ciego.

Sophie se mantuvo en silencio mientras su padre hablaba de un nuevo y joven alfa en la zona.

Un joven alfa de apellido Hale.

Al oír aquello su corazón dio un salto, todos los presentes oyeron como sus latidos se aceleraban y volvieron los rostros hacia ella. Kali sonrió con burla.

-¡Oh! Que linda reunión familiar le daremos a la pequeña. -Ennis le tocó el brazo para evitar que siguiera.

-Ella sabe cuál es nuestra misión querida Kali, no la subestimes -reprendió Deucalion.

Con todo el orgullo heredado de su padre, alzó el rostro mirando directamente a la mujer lobo.

-Recuerdo que hacen muy buena pedicura en Beacon -murmuró con sorna-. Tal vez debas agendar una cita pronto.

Los gemelos rieron y Deucalion sonrió con suficiencia. A pesar de saber que su hija escondía un gran dolor por perder a su madre, la entrenó para que esos sentimientos no la hicieran vulnerable.

-Quizá logres matar un alfa en el camino y cambiar ese color de ojos -rugió cabreada la alfa.

-No te metas con eso y vete a cumplir tu tarea -gruñó Deucalion-. Que Aiden te acompañe. -Sin protestar los nombrados salieron de casa-. Ellos se van hoy, los demás mañana a primera hora partimos -agregó seriamente.

La pelirroja guardó en silencio todas sus cosas en grandes maletas. Mañana sería uno de los días más difíciles de su vida, volvería a la ciudad donde nació, donde fue feliz,. Pero eso significaba también volver al lugar donde la mayoría de su familia murió.

Y por si eso no fuera suficiente, la manada iría por su hermano, a quién no veía hace siete años.

¿Cómo estaría? ¿La recordaría? ¿Cómo sería su manada?



















editado, 27.10.22

GOLDEN EYES || teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora