๑GOLDEN EYES
Siete años lejos y no pensaba volver.
Eso hasta que Deucalion nombró al alfa por quien irían.
Volver al lugar donde nació traerá a su vida un sin fin de recuerdos y emociones que pretendía olvidar, pero reencontrarse con parte de su...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Scott McCall
—El viaje me dejó agotada. —Allison se acerca y acaricia mi cabello.
Detallo su rostro, su piel luce blanca y lisa, sus ojos avellanas están levemente cansados.
—¿Por qué me ves así? —susurra, pero no sé qué responder—. ¿Scott? —insiste y sacudo mi cabeza.
—Buen día. —Es todo lo que puedo decir.
—Hablé con mi padre esta madrugada —susurra—. Tu madre dijo que está mejor —suspira.
—Eso es bueno. —Llevo las manos tras mi cabeza.
—¿Seguro estás bien? —insiste, lleva su mano a mi pecho y sus dedos me acarician.
—Sí... —logro decir, y carraspeo volviendo mi vista al techo.
—Sé que quizás estás molesto porque no volví antes —detiene sus movimientos y bajo la vista hacia ella—, pero tenía que resolver aún algunos asuntos, Scott.
—No estoy molesto —aseguro, porque de verdad no lo estoy.
No sé si es porque estoy aún un poco adormilado, pero es extraño tenerla de vuelta.
Hace casi un año que no nos veíamos, ya que después de la lucha con el nogitsune se fue con su padre e Isaac, estos últimos fueron a Francia, pero ella viajó sola cuando ya controlaba sus transformaciones luego de unos meses.
A mi mente viene el recuerdo de su cuerpo cayendo entre mis brazos, la espada enterrada en su estómago y cómo intentaba despedirse. Cuando la mordí no dimensionaba lo que estaba haciendo, pero aquello le salvó la vida, y gracias a ese impulso ahora está de vuelta... y en mi cama. Sin esperarlo comienza a besarme, por un momento le sigo el beso pero luego la aparto con suavidad
—No puedo llegar tarde —me excuso, asiente y se voltea ver su teléfono.
Aprovecho para ir a darme una ducha, tengo demasiado en mi mente en este momento, me siento realmente confundido.
***
—El cuerpo calloso no es solo la mayor estructura de materia blanca del cerebro, sino también el puente que conecta todas las partes del cerebro en sí —explica la señora Fisher—. Esa habilidad de todas las partes del cerebro de comunicarse y trabajar juntas, nos ayuda a hacer saltos en el pensamiento cognitivo.
