L. Mischief

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"TRAVESURA"


Sophie Hale

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Sophie Hale

Puedo caminar, cachorro —murmuro cuando no me deja salir del auto de Lydia por mi cuenta, sino que me toma en sus brazos con suavidad—. Gracias por traernos, Lyds. —Le sonrío a mi amiga que baja también del auto y camina hasta su casa mientras que nosotros vamos a la mía.

—Estás débil aún, lobita —regaña Scott al dejarme sobre la cama, su mirada penetrante detallándome, mi corazón se acelera ante la intensidad de su mirada—. Eres tan hermosa —susurra antes de dejarse caer a mi lado con cuidado de no mover de más la cama.

—¿Cómo me recordaste? —Acaricio su mejilla.

—¿Te parece si te cuento mientras te ayudo a darte un baño?

—¿Estás insinuando que apesto? —Entrecierro mis ojos hacia él y niega divertido.

—Te prepararé la bañera. —Besa mi mejilla y desaparece por la puerta del baño.

Mientras espero que Scott termine de preparar la bañera, acaricio a Newt que no se despega de mi lado, parece que me extrañó también; pronto se queda dormidito y sonrío al verlo, está tan grande, ya casi cumple un año y debe estar pesando cerca de cuarenta kilos, definitivamente que quepamos los tres en la cama, es todo un desafío.

—Ya está listo, bebé... —me extiende su mano y me guía hasta la bañera.

Me ayuda a quitar su sudadera que es lo único que traigo puesto, ya que toda mi ropa desaparece al transformarme completamente. Suspira y puedo ver cómo su mirada se detiene en mis pechos, desvía la mirada y aclara su garganta antes de ayudarme a entrar al agua que está a una temperatura perfecta.

—¿Te metes conmigo? —Me muevo para darle un espacio.

Parece dudar, pero finalmente cede a mi expresión de ruego. Sonrío victoriosa al ver que se quita la camiseta y luego desabrocha su cinturón, baja la bragueta y sus pantalones desaparecen, para cuando sus boxers desaparecen, un ligero cosquilleo en mi centro me hace saber que lo extrañé en muchos sentidos.

—¿Ahora me dirás cómo me encontraste? 

Me volteo y quedo a horcadas sobre su regazo, lo siento duro en mi lugar más sensible pero no hace nada por ello, y lo agradezco, porque honestamente, duele cada centímetro de mi cuerpo, pero nada es mejor que sentirnos piel con piel, su calor es todo lo que necesito.

Sus manos acarician suavemente mi espalda, nuestros pechos uno contra el otro y no saben cómo amo tenerlo así, es un contacto tan íntimo que nos permite conectar, más allá de lo sexual, porque nos conocemos, y sabemos que este no es el mejor momento para ponernos juguetones.

GOLDEN EYES || teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora