Capítulo 24

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-Danna.

Ya había pasado dos semanas desde que decidimos ser amigos con Edward, la verdad estaba funcionando, el ya empezaba a reír un poco y yo, trataba de acostumbrarme a su sarcasmo e ironía, que no era fácil pero tampoco imposible.

Hoy era lunes y nos dieron el día libre por una convención de profesores o algo así, dormí hasta las 9 y me levante para darme una ducha y alistarme ya que Edward me pidió que lo ayudará con una tarea de su clase de Arte, así que como soy una puta enamorada accedí a ayudarlo, cualquier cosa con tal de estar con el, todo lugar era perfecto, bueno no, pero me gustaba, y estaba enamorandome de el, así que no me iba a negar a ayudarlo.

Me puse una playera blanca, un pantalón azul y los vans blancos de mi hermana, me puse máscara de pestañas, y camine hacia la habitación de mis padres para sacar dinero que dejaban en el velador para cuando mi hermana o yo lo necesitemos, abrí el primer cajón y di un salto cayendo hacia atrás y apoyándome a la cama, inconscientemente comencé a temblar y me levante, fui nuevamente y vi el arma que estaba en el cajón acompañado de una tela manchada de sangre, debajo de ellas había unas fotos que se llegaban a ver, en una estaba un hombre con el estómago abierto y en otra una mujer con disparos en la cara, cerré el cajón con sumo cuidado y corrí al cuarto de mi hermana por una de sus camperas y luego a la mía por dinero de mis ahorros, tome mis llaves, mi celular y salí rápidamente de ahí.

Tome un autobús hasta el colegio donde se supone que Edward me esperaría, bajé del autobús y camine hacia el campus abierto, había algunas personas y parejas caminado tranquilamente,en cambio yo no lo estaba, aun no entendía porque mi padre tenía esas cosas, tenia una leve idea de que era malo, y eso me estremecía, me ponía fría y susceptible, me senté en una mesa, saque mi celular, no debía preocuparme, o si.

De pronto alguien me tomo de la cintura y me tapó la boca desde atrás, abrí mis ojos lo más que pude y deje de respirar.

- No grites ni hagas nada estúpido, esto es un secuestro y no queremos que nadie se entere -.

- Oh Edward maldito idiota- dije cuando reconocí quien era y me daba la vuelta para matarlo con la mirada.

- Que pasa, te asuste de verdad- pregunto riéndose de mi.

- no imbécil, como crees- le dije mientras lo golpeaba en el pecho y el parecía no sentir nada.

- haha bueno relájate- me dijo y se sentó alado de mi.

- Ok, donde iremos- le pregunte sonriendo y cambiando mi preocupación por alegría.

- Mmm no te diré, así que portate bien en el camino quieres- me dijo seriamente a lo que yo solo asentí un poco miedosa, es decir, aun no lo conocía bien, y los acontecimientos de esta mañana no me ayudaban a calmar los nervios.

Vi su motocicleta, y caminamos hacia ella, el se subió y yo lo hice seguidamente, me puse la mochila que el llevaba para que sea mas cómodo el viaje y yo no caiga al duro asfalto, estaba tensa pero aun así sin decir nada me acomode y me agarre de su cintura, el la encendió y salimos del lugar a una velocidad elevada, demasiado para mi gusto, apreté mis piernas y se pusieron rígidas, las apreté tanto que casi ya no las sentía.

Llegamos a un lago abierto pero demasiado lejos y apartado de la ciudad, el apago la moto y yo me solté de el, maldije en voz baja por el dolor en mis piernas, las había apretado tanto que sentía un dolor un poco fuerte con la parte con la que apreté el asiento, respire y baje de la moto, empecé a caminar maldiciendo a lo bajo, no se sentía agradable.

- Que tienes ahora- pregunto Edward mientras bajaba y reía por como caminaba.

- Nada- le dije molesta con migo misma, pero vamos, como iba a saber que me lástimaria.

- Estas caminando gracioso, lo sabes- me pregunto riendo más audible para mi.

- Si, creo, bueno, me duele ok, no me acostumbro a esto de los viajes en moto- le dije y el me miró aturdido un momento.

- Ok chica rara, vamos para allá, yo llevo la mochila- me dijo y me quito esta de mis hombros, caminamos no mucho, llegamos a un gran árbol y el tendió una manta y me dijo que me sentara y me acomodara para ver el hermoso lago que teníamos en frente.

El se sentó más alejado de mi y sacó un cuaderno grande, no tanto pero era grande, sacó su estuche y se acomodo mejor, me miró y vio que yo lo miraba.

- Bien, mira hacia el lago, no ami- me dijo de mala gana y se concentró en rayar su cuaderno, libro, bloc, eso.

Me quede viendo el lago por un rato ya que no podía moverme, después de un rato mas me di vuelta y lo mire, estaba concentrado bastante y aun sin mirarme hablo.

- Deja de verme, eso te hace ver como psicópata- me dijo con una sonrisa pequeña, pero era una sonrisa.

- No te estaba viendo- le dije con una sonrisa y volví a mirar al lago.

Pasamos un rato muy largo así, para mi fueron siglos, hasta que el dijo "Listo" y observo su trabajo con una sonrisa, pero no me dejo ver el retrato.

- Bien, es hora de volver, tengo que terminar por enmarcarlo- me dijo y alistó todo, yo solo lo observe mientras recojia todo.

Después de el viaje el me llevo a casa y nos despedimos en la entrada, lo deje ir pero antes le hice jurar que me dejara ver el retrato, el acepto, y dijo que me lo mostraría cuando estuviera acabado por completo.

Entre en mi casa con una sonrisa ligera, este chico me tenia atrapada, cerré la puerta detrás mío y suspire, fui hacia el sofá y me acomode en este, cerré los ojos lentamente y me quede dormida en el suave y cómodo sillón, y con sólo una cosa, o más bien una persona en mis pensamiento, Edward.

Stay Strong - Edward Styles [Sin Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora