Capítulo 41

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-Danna.

Había perdido la noción del tiempo, me había acostumbrado a levantarme cuando el efecto pasará, no recordaba cuando había sido la ultima vez que me daba una ducha digna, hoy me encontraba atada a una silla porque había intentado salir de la habitación, Edward ya no venía a verme, y así estaba mejor, pero mi corazón se agrietaba de solo pensar que ya no significaba nada para el.

- Cómo amaneciste- me pregunto Edward mientras entraba en la habitación sorprendiéndome.

- No te incumbe- le respondí llena de rencor, tratando de ocultar mi felicidad.

- Te vez desastrosa- me dijo mientras levantaba mi rostro con un dedo.

- Me siento así- le dije mientras me alejaba de su tacto.

- Vine a decirte que nos vamos- me informo.

- No me interesa- respondí mientras bajaba la mirada.

- No me gusta que te veas vulnerable- me dijo mientras apretaba su mandíbula.

- Así me siento- volví a decir y el golpeó la pared.

- Es por eso que no puedo sacarte- me dijo y se acercó a mi.

- Me da igual- le grite mientras volvía al llanto.

- Te propongo algo, nos quedaremos dos noches más, ya no are que duermas todo el día, pero debes prometerme que no intentaras escapar, porque si lo haces, te irá mal, entiendes- me pregunto, yo procese lo que me había dicho, claro que aceptaba, ya vería como escapar luego, primero tenía que adecuarme a todo esto.

- Bien- le dije y asentí.

- Sabía que aceptarías, ven conmigo- me dijo mientras me desataba las manos y pies y yo me paraba con dificultad.

Sin decir nada lo seguí por el pasillo, caminamos un rato, subimos al ascensor y este nos llevó dos pisos más arriba, al llegar caminamos nuevamente por un pasillo y el paro en una de las puertas, sacó su tarjeta y abrió esta.

Entramos en la habitación, estaba iluminada más que la otra, y la decoración era sofisticada, pero pare en seco al ver mi reflejo en el espejo, la verdad, me veía horrible, mi cabello estaba peor aún.

- Cuanto tiempo estuve en ese estado- le pregunte mientras me acercaba más al espejo.

- Casi dos semanas- me confesó mientras se apoyaba a la pared.

Quería golpearlo, pero me tranquilice internamente, trate de verme relajada, esto era inútil.

- Hay toallas en ese estante, y la ducha esta en ahí- me dijo mientras apuntaba otra puerta.

- Encontrarás lo que necesites en ahí- volvió a hablar y luego abandono la habitación.

Tome rápidamente una toalla y entre en el cuarto de baño, me deshice de mi ropa y encendí la regadera, suspire feliz, pero vi nuevamente la puerta, le puse seguro y me relaje, enjuague mi cabello más de 6 veces con el shampo, y el doble con el acondicionador, deje mi cuerpo totalmente limpio, tarde un buen tiempo pero no importo, me sentía mejor.

Me puse la bata que había en ahí, no me importó si era de Edward, con la toalla que había metido seque mi cabello y salí de la habitación, me senté en la cama y empecé a observar todo en mi al rededor, extrañaba mi hogar, me vi nuevamente al espejo, ya estaba mejor, volví a sentarme en la cama y cruce las piernas, no sabia que más hacer, obviamente no tenia ropa limpia, la que había usado, la metí en una bolsa y la deje en el baño.

- El señor Edward nos mando esto- dijo una de las jóvenes a las cuales solo les veía el rostro cuando me iban a inyectar esa droga.

- Gracias- les dije y ellas dejaron tres bolsas encima la cama.

Stay Strong - Edward Styles [Sin Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora