Jungkook estaba a punto de sacar el auto del garaje, el motor ronroneaba suavemente mientras sus manos temblaban sobre el volante, ansiosas por lanzarse a la carretera en busca de su hija. Sin embargo, justo cuando se disponía a acelerar, una figura apareció de repente en medio del camino, forzándolo a frenar bruscamente.
Su corazón dio un vuelco. ¿De dónde había salido esa mujer?
— ¿Pero qué…? Señora, ¿está loca? ¿Por qué se atravesó de esa manera? —exclamó con frustración, su voz tensa por la mezcla de sorpresa y miedo.
La mujer, sin embargo, no respondió. Mantenía su cabeza agachada, el cabello ocultando su rostro bajo la tenue luz de la calle. El ambiente se sentía extrañamente denso, como si algo sombrío estuviera por revelarse. A pesar de sus dudas, Jungkook decidió acercarse a ella, con la sensación de que algo más grande estaba por suceder.
— ¿Señora, se encuentra bien? —preguntó, esta vez con más cautela, mientras daba unos pasos hacia ella.
Cuando la mujer finalmente levantó el rostro, Jungkook sintió que el mundo se detenía. Era un rostro familiar, pero en el contexto más inesperado. La incredulidad lo golpeó como una ola de hielo.
— ¡Young Mi! —exclamó, boquiabierto. ¿Qué hacía ella ahí, justo en ese momento?— ¿Qué… qué hace aquí?
Young Mi, una de las empleadas de confianza de la familia Lee, rara vez abandonaba la mansión donde había trabajado durante años. Verla allí, en medio de la noche y en un momento tan crítico, parecía un sueño, o más bien, una pesadilla. Ella tomó su mano con desesperación, como si el tiempo fuera su mayor enemigo.
— Joven Jungkook —dijo ella con voz temblorosa, los ojos suplicantes—, gracias a Dios he llegado a tiempo. Tiene que escucharme, por favor.
Algo en su tono lo detuvo. Aunque su instinto natural era desconfiar, algo en la urgencia de su voz le hizo asentir lentamente. Young Mi estaba nerviosa, pero detrás de ese nerviosismo había una determinación inusual, como si hubiera guardado ese secreto durante demasiado tiempo y ya no pudiera soportarlo más.
— Esta mañana escuché a la señorita Misuk hablar con uno de los empleados de la hacienda, que se encuentra a las afueras de la ciudad. Le pidió que preparara todo para su llegada… —Las palabras de Young Mi salieron atropelladas por la ansiedad—. Su hija está ahí, joven Jeon. SunHee está en esa hacienda.
El corazón de Jungkook se aceleró, bombeando sangre y adrenalina a una velocidad que apenas podía controlar. El mundo parecía reducirse a ese instante, a esas palabras. Cada fibra de su ser quería creerle, pero su mente, en caos, luchaba con la posibilidad de que esto fuera una trampa o una equivocación. Después de todo, Lee Misuk había demostrado ser capaz de todo.
— ¿Por qué debería creerte? —inquirió, con un tono más frío del que pretendía, aunque sus manos traicionaban su ansiedad, apretadas en puños.
Young Mi lo miró con una expresión que reflejaba dolor, pero también resolución. Sus ojos mostraban el peso de la culpa que había cargado durante demasiado tiempo.
— Porque estoy harta de ser cómplice de las fechorías de esa familia —respondió, su voz rota, pero firme—. Ya no puedo seguir ocultando lo que sé. Esa mujer, la señora Misuk, está completamente fuera de sí. Ella… ella cree que es TN. Se ha convencido a sí misma de que su vida le pertenece.
Jungkook se quedó congelado, tratando de procesar lo que acababa de oír. Ahora todo tenía sentido. El extraño comportamiento de SunHee cuando hablaba de "TN" y de cómo la mujer en el parque había insistido en acercarse a su hija. Todo había sido parte del delirio enfermizo de Misuk. La realidad se presentaba ante él como un rompecabezas que, por fin, empezaba a armarse.
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Burning Desire | JJK ✓
FanfictionEn un mundo donde el amor debería ser libre, el de Jungkook y TN se convierte en algo prohibido, algo que deben ocultar. Una mala jugada del destino los ha convertido en amantes, su amor escondido en las sombras. ¿Podrán resistir los obstáculos que...