Un año ha pasado, pero parece como si hubiera sido toda una vida. La pesadilla que nos envolvió durante tanto tiempo terminó, aunque algunas cicatrices quedaron. Lee Seung fue arrestado y estará tras las rejas por el resto de su vida. Y Misuk... Misuk, lamentablemente, falleció. Su historia trajo una tristeza inesperada cuando nos enteramos de que había sido madre de un niño de la edad de nuestros hijos. No puedo evitar pensar en él, un pequeño inocente marcado por los errores y las sombras de su madre.
Por otro lado, Jimin y Rosé están más felices que nunca. Hace unos meses, nació su hermosa bebé, Ryujin. Ella nació, trayendo luz a su hogar. Cada vez que la veo, me doy cuenta de lo afortunados que somos de estar rodeados de amor y nuevas vidas que nos enseñan a ser mejores cada día. Con respecto a mi familia, podría decir que soy un hombre inmensamente afortunado. Nuestros hijos han dejado atrás los recuerdos oscuros, lo tomaron como un juego y lo dejaron pasar sin mayores secuelas. Pero TN... TN ha estado diferente últimamente, no en un mal sentido, sino que puedo sentir que está escondiendo algo. La conozco mejor que nadie, y sé que hay algo grande que no me ha contado aún.
Hoy celebramos el cumpleaños número cuatro de nuestros angelitos, Sun y Dae. SunHee, siempre llena de imaginación, pidió un pastel de dinosaurios, mientras que Dae, con su espíritu aventurero, quiso uno de camiones. Estamos rodeados de nuestros amigos, familiares y los pequeños compañeros de nuestros hijos, todos reunidos para celebrar la vida y la felicidad que estos dos traen al mundo.
—Es hora de soplar las velas, niños —anunció TN, con esa sonrisa maternal que me derrite. Los niños salieron del inflable, corriendo hacia la mesa donde los dos pasteles esperaban, decorados justo como ellos querían.
Pero antes de soplar las velas, TN, siempre radiante, guiño su ojo con un gesto pícaro, mirando a nuestra pequeña Sun.
—Yo quiero decir algo antes de que soplemos las velas —anunció SunHee, con su dulzura y confianza habitual.
—Adelante, amor —le respondí, dejando que las palabras de nuestra hija captaran la atención de todos.
—Aunque Dae huela a pies y sea un apestoso mal perdedor porque yo te gané en las escondidas... —soltó con una risita traviesa, causando que Dae reaccionara al instante.
—¡Eso no es cierto! ¡Lo que diga no es cierto! —protestó él, provocando risas a nuestro alrededor.
—Claro que lo es —insistió ella, mirándolo con cariño—. Pero, en fin, quiero decir que estoy muy feliz de cumplir años el mismo día que alguien tan especial como tú, Dae. Te quiero mucho.
El aplauso estalló en ese momento, pero yo apenas podía concentrarme en la emoción que inundaba el rostro de TN. Ver a nuestros hijos así, llenos de amor, de risa, compartiendo ese lazo tan único... era como ver toda nuestra vida reflejada en sus pequeños gestos.
Dae pidió también su turno para hablar, y su tono, aunque con la inocencia de un niño, estuvo lleno de ternura.
—Yo también estoy muy feliz de cumplir el mismo día que tú, hermanita. Te quiero mucho —dijo antes de abrazarla.
Ver a TN llorar mientras los envolvía en un abrazo me partió el alma, pero al mismo tiempo, me hizo sentir más agradecido que nunca. No hay nada más importante en mi vida que ellos, mis pequeños traviesos y la mujer que amo. Ellos son todo lo que necesito.
Después de los abrazos y los besos, la fiesta continuó con alegría. Yo charlaba con unos amigos, pero no tardaron en aparecer mis tres grandes amores, interrumpiendo cualquier conversación con su energía contagiosa.
—¡Papi! —gritaron mientras corrían hacia mí. Los levanté a ambos en brazos, riendo con ellos.
—¿Cómo la están pasando mis niños? —les pregunté, observando sus caritas iluminadas de felicidad.
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Burning Desire | JJK ✓
FanfictionEn un mundo donde el amor debería ser libre, el de Jungkook y TN se convierte en algo prohibido, algo que deben ocultar. Una mala jugada del destino los ha convertido en amantes, su amor escondido en las sombras. ¿Podrán resistir los obstáculos que...