Capitulo 2

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Narra Purre

Subí la mirada encontrándome con aquellos ojos verdes, nervioso al pensar que probablemente la mayoría de las personas estaba murmurando sobre el participando de una obra teatral.

- Te amo desde el primer momento en que te vi. - Pronuncié, leyendo el libreto, diciendo que era mejor empezar de una vez por todas.
- Oh, Romeo, mis palabras son como estrellas con las cuelas no puedo formas constelaciones. - Ella continuó diciendo, leyendo los papeles entre sus manos.
- El amor es como un árbol de fruto, puedes tener un manzano, pero deseas un durazno, pero tendrás un manzano. - Agregué, confundido.

Arqueé una de mis cejas al mismo tiempo que ella no hacia, los estudiantes en los cómodos asientes del teatro se encontraban riendo. Bien, la razón por la que estaba haciendo eso era por qué teníamos pruebas de teatro en algunos días para la mejor escuela de actuación, baile y canto de la cuidad. Pero también, era por mi mejor amiga.

- Estoy cien por ciento segura que Romeu y Julieta no se dijeron eso. - Dijo Pilar confundida.
- Si, niños, sigan con la obra. - Comentó nuestra profesora.

Siendo honesto, yo me estaba gustando de eso.
- Julieta, Mi Julieta. Ni los diamantes más finos se comparan con la belleza de su rostro. - Continúe sonriendo y Pilar se echó a reír. Una onda de risas se estaba acumulando en mi garganta.
- Oh, Romeu.. mi Romeu! Si la belleza tuviera dueño, aquel amo de tanta hermosuras sería tu. Dijo, y no pudimos evitar reímos.

Visualice mi grupo de amigos sentados a lo lejos en los asientos, todos ellos hechos un mar de risas. Después baje las escaleras siguiendo los pasos de Pilar, cuyo cuerpo seguía sacudiéndose gracias a las carcajadas que salían de su boca. Le rodee con mis brazos por atras mientras esperábamos a que el resto de nuestro amigos bajarán la segunda planta.

- Vaya, no tengo duda que vas a romper mañana! Giré mi rostro encontrándome con aquellos ojos verdes que los apreciaba todos los días. Pilar Pascual una de las personas más maravillosas que había podido conocer en toda mi vida.
Probablemente podía ser la única persona la cual me hacia cometer miles de locuras por el simple hecho de tener más memorias compartidas con ella.

Al lado de ella se encontraba Carolina más engreída de todas, la cual poseia una autoestima demasiada alta.

- Sabes que te gusta. Comentó Carolina en un susurro, cuando me encontro mirando a Pilar por varios minutos.

"Sabes que te gusta"

Aquellas palabras se quedaron grabadas en mi cabeza mientras la observaba hablar con los chicos. No, no me gustaba mi mejor amiga, aquello era demasiado absurdo y irreal. Pilar y yo nunca habíamos cruzado la fina línea de la amistad que existía entre nosotros.

- Hola, Purre! - Me voltee cuando colocaron una mano sobre mi hombro.

Puse mi mejor sonrisa al verla después de mucho tiempo. Antonella su cabello había sido cortado hasta sus hombros y su rostro ahora poseía varios retoques de maquillaje. Había olvidado lo bonita que era.

- Hola Anto! - Salude - Gusto verte después de mucho tiempo.
- Lo mismo digo, estas mucho más alto desde la última vez. - Comentó, sentándose a mí lado.

Por el rabillo del ojo pude apreciar como mis amigos arqueaban sus cejas al mismo tiempo.

- Hola Chicos! Qué gusto verlos a todos otra vez. - Todos la saludaron tratando de sonar con la misma emoción que ella. Su mirada se dirigió hacia la rubia de ojos verdes, Pilar sonrío. - Y tú debes ser nueva en el grupo.
- Te fuiste por dos años, por supuesto que no la conoce. Dijo Carolina, rodando los ojos.
- Soy Pilar! - Se presentó. - Y tú debes ser Antonella, los chicos me han contado sobre ti. - Agregó sonriéndole.

Decir que la conversación era la más incomoda para mí es poco. Pero yo me encontraba metido en los pensamientos más tontos del mundo, todos relacionados con las palabras de Carolina.

Viernes, el último de la semana en cuál yo y mis amigos hacíamos diferentes cosas entre quedar en mi habitación jugando videojuegos o salir a las fiestas. Mis amigos venían a mi casa junto a Pilar y Carolina.

Después de que trajeran más comida de la cocina, los seis; Yo, Pilar, Carolina, Santiago, Daniel y Simon. Nos sentamos en un círculo en el suelo para empezar con la ronda de siempre. Nuestra ronda de verdad o reto era diferente de las demás: quien perdía el juego de reina de corazones tenia que escoger entre decir una verdad o hacer un reto impuesto por el grupo. Sonreí victorioso cuando la gané a Pilar en la última ronda, ella siendo la primera víctima de toda la noche.

- Verdad. Dijo Pilar, después de unos segundos.

Estaba moviendo la baraja de cartas cuando la pregunta de Carolina salió de sus labios.

- Te gusta uno de los chicos?

Rodé los ojos cuando mis amigos empezaron a limpiarse los hombros y a guiñarle sus ojos a Pilar.

- Sí. - Pilar respondió alzándose de hombros.

- Yo sabia, sé que soy irresistible. - Anunció Santiago, provocando las carcajadas de todos en la habitación.

Sonreí incómodo, ni siquiera sabía él por qué me había molestado el hecho que de todos estuviesen tratando de lanzarse en contra Pilar. Cai en la conclusión de que sentía celos y la verdad me hizo abrir los ojos:

Estaba sintiendo cosas por mi mejor amiga..

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