Narra Purre
Pilar se había quedado dormida entre mis brazos. Estaba aferrada a mi, ella reflejaba miedo. Y Dios sabe cuánto deseaba poder protegerla tan malditamente. La abracé fuerte contra mi y la bese su frente mientras trazaba círculos perezosos en su espalda, ella tenía que saber que mientras esté en mis brazos nada le pasará.
Absolutamente nada.
- Pss! Purre. Susurro alguien.
Me gire a mirar y estaba Facundo, Renata y Santi asomados por el pasillo y ahogue una risa.
- Qué coños hacen?
Murmure divertido.
Ellos salieron.
- Ella esta bien?
Asentí y acaricie su pequeño cuerpo.
- Hermano, algo malo está pasando. Murmuré frunciendo el ceño
- Algo gordo. Concluyó Santiago
Suspiré y apreté mi mandíbula. Si descubría quién o qué estaba afectando a tanto a Pilar juro que lo matare a sangre fría, pero también necesitaba tranquilizarla y tranquilizarme porque.... Por dios!
- Tranquilo hermano! Dijo Facundo, poniendo una mano en mi hombro. - En este momento esta contigo y ella sabe que contigo nada te sucederá. La tienes. Intentó tranquilizarme.
Asentí tomando varias respiraciones profundas. La tenía.
- Creo que es mejor llevarla a su habitación. Siseo Renata que sostenía un vaso de agua.
Asentí y apreté su cuerpo al mío, amando la sensación de sentirla en mis brazos. Luego me removí despacio para soltarme sin despertarla. Ella gimió y me tensé.
- Shh.. preciosa.
Acaricie su brazo.
Ella habló entre sueños y suspiros, se veía adorable. La tomé en mis brazos y su cabeza inclinó hacia atrás caer el pelo rubio y tenía una gran vista de esas pestañas matadoras, esos labios adictivos y ese cuello insitador. Era tan hermosa que dolía mirarla.
Renata camino en frente de mi y abrió la habitación, antes de que pudiera entrar suavemente con ella Renata me paró en la puerta.
- No me gusta verla así, Purre! Murmuró triste.
Renata en lo poco que conocíamos demostró un gran cariño por Pili y eso fue suficiente para que me agradará.
- No te preocupes, Rena! Ella estará bien.
Ella asintió.
- Quieres que le diga a los chicos que te esperen en tu apartamento? Pues... ya sabes, Pili.. Dijo incomoda.
Me reí. Ella nos había visto en el casi beso.
- Si, gracias!
Ella sonrío y entre en la habitación de Pilar, donde semanas antes había dormido. Suspiré y miré hacia ella, era tan increíble como una persona que siempre has tenido en tu tenido vida, se convierta en algo tan especial como es Pili para mí. Las cosas cambiaron, no fue culpa tuya, ni mia. Soló paso.
Le deje en la gran cama de sabanas brancas, mientas ponía delicadamente su cabeza en la almohada ella se removió y me tensé. Ella rodeó sus pequeños brazos en mi cuello y me atrajo hacia ella, enterró su cabeza en el hueco de mi cuello y no tuve más opción que acostarme junto a ella. La abracé fuertemente y bese su frente mientras ella suspiraba. Dios! Santo!
Quería quedarme, mierda. Ansiaba quedarme así con ella toda la noche. Pero ella estaba dormida y se molestaría al despertar y verme, la conocía.
Lá apreté unos segundos más y suspiré ante la esquisita emoción de tenerla entre mis brazos y luego la fui soltando a regaña dientes. Separe suavemente sus brazos de mi cuello y bese su mejilla.
- Preciosa. Eres preciosa, Pili! Murmuré y me puse de pie.
Y Dios sabe que debí parecer un maldito idiota pero me quede allí mirándola dormir, su pierna estaba tirada sobre la colcha, su cabello cubría su rostro soló dejando visible sus labios entreabiertos y su respiración suave. Quise tirarme allí con ella. Quise abrazarla hasta que desapareceria en mis brazos. Quise besarla hasta que se olvidaba su propio nombre pero lo único que hice fue salir de allí.
~*~
Desperté. Estaba jadeando y me encontré con el techo de mi habitación, mi respiración era irregular y mi piel emanaba sudor. Puta pesadilla!
Parpadee un par de veces para alejar las imágenes y me giré para mirar el reloj.
5:00am.
Necesitaba verla, mierda. Sabía que soló habría sido una pesadilla pero la necesito.
Tomé una ducha y puse unos pantalones y salí de la habitación, todo estaba callado y atravesé la sala sin hacer mucho ruido, llegué a la puerta y me di cuenta que no tenía camisa. Mierda! Me encogí de hombros y abrí la puerta del apartamento mirando al pasillo vacío, miré a su puerta y tomé una respiración profunda.
Cerré mi puerta despacio sin hacer ruido y camine hacia la puerta de ella. Mierda! Si estaba aseguraba no podría entrar. Recé en silencio mientras me acercaba lentamente y tomé le picaporte. Lo giré lentamente y bingo! No estaba asegurada. Aunque las regañaría más tarde, les hubiera podido pasar algo! Entre y cerré la puerta despacio y camine por el pasillo atravesando la habitación de Renata.
- Oh Dios! Si oh oh, escuche y me frené.
Al principio la curiosidad no me dejo pensar con claridad. Pero luego me tocó morderme la lengua para no reír
- Dios, Santi! Gritó Renata.
POR MI JODIDA? ERA SANTIAGO? Santiago estaba... CON RENATA?
DIOS. Mío.
Ahora me mordía la lengua, apretaba los labios y tapaba mi boca para no reír a carcajadas. Eso explicaba la puerta sin seguro. Los dejé en su acción y seguí camino a donde se encontraba la mi princesa.
Abrí la puerta y la vi allí tirada, estaba vestida como tal, como la había dejado la noche anterior, soló que la cama estaba más revolcada y pierna estaba encamarada en la almohada y sonreí.
Me acerqué y me acosté a su lado despacio mirándola y apartando el cabello de su cara. Pero mi mano quedó en la mitad de su mejilla porque sus ojos se abrieron haciéndome jadear.
- Qué haces acá? Murmuró somnolienta
No quería despertarla.
- Lo siento, no quería despertarte, soló que no puedo dormir.
Me encogí de hombros. No quería contarle él pesadilla, no quería ni pensar en perderla.. Ella me sonrío dulcemente y levantó las mantas en signo de que me acostara junto a ella.
Rápidamente me acomodé y ella se acostó en mi pecho abrazándome, la apreté contra mi y gruñí de satisfacción. Ella soltó un suspiro y me abrazo más fuerte.
- Por qué no podías dormir?
Preguntó. Acaricie su cabello.
- No lo sé.
Me limité a decir. Ella levantó la cabeza y encontró mi mirada. Maldición era hermosa recién levantada.
- Le vas a ocultar algo a tu mejor amiga?
Bromeó
Solté una risita
- Duerme mejor amiga, duerme. Dije
Ahora ella se rio.
- Está bien, no me digas.
Fingió estar dolida y se recostó.
Me reí y seguí acariciando su cabello. Entonces las imágenes de lá pesadillas vieron, Pilar algún día tendría una familia, una gran familia, eso tenía que entrar en mi estupida mente sí o si. El hombre con que ella se casaba, su rostro era familiar, pero no podía descifrar cuál era porque se veía borroso. Imbecil!
- Está bien? Preguntó Pilar sacándome de mis pensamientos.
La mire y sus ojos estaban oscuros de preocupación.
- Si, por qué lo dices? Pregunte acariciando su mejilla.
El toque le afectó. Por qué se estremeció y intentó disimular pero fui más rápido. Dios! Mi toque la afectaba. Gemi y acaricie su cuello y ella cerró los ojos.
- Purre... para! Gimió.
Pero su cuerpo decía todo lo contrario.
Me levante y la acosté sobre la cama, cerniéndome sobre ella, mis labios tocaron su lóbulo y luego el punto en donde su pulso saltaba, justo detrás de la oreja. Ella gimió más fuerte y agarro a puñados mi cabello. Me necesitaba. La necesitaba.
- Quieres que paré? La provoqué.
Ella abrió sus ojos, esos atrevidos y lindos ojos llenos de lujuria me gritaban que la tocara.
Entonces su boca capturo la mía y fue mi perdición absoluta.
