Narra Purre
Desde pequeño había desenrollado un costume muy mal o una virtud, no sé si puede llamar así. Era muy posesivo. Con todo lo mío. Lo era: mis jueguetes, mis padres, mi guitarra, mi habitación e etc. Y eso se veía aún más reflejado ahora. Con Pilar y su hermoso rostro y tentativo cuerpo era todo un reto mantenerme a ralla, y más aún cuando salía con ella.
En ese momento quería estampar estas palomitas en la cara del imbecil que la vendía en el cine. El hijo de puta se la estaba comiendo con los ojos. Y Pilar ni cuenta se dio. Me aseguré de mandarle unas cuantas advertencias para no alarmar a Pilar y hacer que salga corriendo. Pero no me la ponía fácil, entonces justo cuando pagábamos, la bese. Duro y fuerte introduciendo mi lengua en el fondo de su hermosa y deliciosa boca justo delante del chico.
Pilar jadeo de sorpresa y sonrío contra mis labios, entonces me separe viendo sus ojos cristalizados y sus labios hinchados ligeramente. Por mi.
- Gracias por su compra!
Dijo el hombre y la saqué de allí.
- Eres un posesivo.
Pilar gruño por lo bajo.
La mire y fingí estar confundido mientras llevaba un puñado de palomitas a mis manos.
- No sé qué hablas
Dije con la boca llena de palomitas
Ella me envió una mirada de " Te conozco" y sonreí. La ayude a entrar a la sala y nos sentamos, habíamos escogido una comedia: ella lo había escogido en realidad. A mi no me importaba pagar millones y millones de dólares por verla feliz y sonriente a mi lado, ella reía y yo estaba simplemente hipnotizado mirándola, quería todo de ella. Absolutamente todo.
Ella me miró y su sonrisa se tambaleó en sus labios mientras se acercaba a mi de la manera más sensual que alguna mujer se ha acercado a mi, me hizo gemir y la bese.
Jamás tendría suficiente de ella. Y mucho menos de lo que pasó hoy..
Horas antes!
- Gimenez! Eres un gilipollas con suerte.
Gritó una voz reconocible. Me gire y vi que Juan caminaba hacia mi como un idiota. Dios, ese imbecil me aburría, le entregue el planilla del grupo de fútbol y la botella de agua a Santiago.
- Que pasa? pregunte encajando mi mandíbula .
Santiago se hizo a mi lado
- La última notícia que rodea, eso pasa.
Dijo Juan y sonrío travieso.
No me gustaba de sus malditos juegos.
- De que coños estas hablando?
Pregunte.
- Ya tiraste a la rubia que está bien, gritó como se hubiera ganado un premio. - Dime, Gimenez! Como ella es en la cama? Igual de ardiente como se ve?
Eso fue todo. Mis oídos se negaban a los gritos del entrenador y a los de Santiago, mi vista se tornó roja y sangre hervía en lava! HIJO DE PUTA! Me abalance hacia él estampándolo contra la pared del cuello, su mirada de terror me lleno un placer.
Nadia, hablaba de mi chica así. Nadie!
- Mira pedazo de mierda. Escupí en su cara. - Creo que te deje muy claro que no tienes DERECHO alguno a hablar de MI novia así, hijo de puta. - Le estampe un puño duro y sentí el "crak" de su nariz estallar. - Ahora te vas a comer su maldita mierda hasta lavar tu estupido cerebro de lo que acabas de decir, entiendes?
Grité.
Él asintió y cuando lo solté el maldito hijo de puta se lanzó sobre mi rasguñando mi mejilla, le di una patada de bolas. Santiago se abalanzó por él quitármelo de encima de él.
Santiago me ayudo a parar y mi sangre aún hervía.
- En que estabas pensando?
Gritó Santiago
- Ese imbecil estaba hablando de Pilar, mi chica. Grité
Él negó y me llevo a la enfermería, donde mi puño estaba siendo inmovilizado y la herida desinfectado. A mi no me fue tal mal. Entonces tocaron la puerta de la enfermería, rece para que fuera Pili.
- Adelante! Dije
Entonces entro unas piernas largas, seguidos de una falda y una blusita. Juana. Rodeé los ojos con ganas de hacer un berrinche como un niño de cinco años, necesitaba ver a mi novia.
- Hola, lindo! Ronroneo. - Me contaron lo que había pasado. - Sabes? Se tu fuera mío no te hacia sucedido esto, susurro en mi oído y me aleje lo más que podía.
- Vete, si? No estoy de ánimos para hablar contigo, le dije
Ella suspiro y hizo un puchero
- Oh lindo! No me extrañas? Yo sí.. murmuró acercándose y la puerta se abrió de golpe.
Había una Pilar preocupada y sorprendida ahí. Dios! Soló verla y mi corazón saltaba de alegría. Entonces miré la escena de Juana y me apresuré a ponerme de pie. Pero, Pilar ya había salido.
- PILAR! Pilar por DIOS!
Grité intentando alcanzarla.
Ella paró cerca a los casilleros y se dio la vuelta jadeando por aire y llorando. Por dios, no llores.
- TE INTERRUMPÍ? ES ESO?
Grito.
Dios! Necesitaba llegar a ella más rápido, apresure el paso.
- Si lo hice déjame que puedes volver ahí. Dijo atragantada.
Llegué a ella sin aire y recosté mi frente a la suya recuperando al aire.
- No interrumpiste nada mi vida. Murmuré. - Yo quería verte a ti pero ella entró y empezó a decir cosas pero te juro que no hay nada. Rogué
Ella solo me miraba, la abracé y correspondió al abrazo, lleno de alivio bese la parte superior de su cabeza.
- Te quiero, Pilar, solo eres tú y nadie más.
Ella se apretó más contra mi
- Como seguiste? Que pasó?
Preguntó preocupada examinando mi rostro.
Tomé sus manos de mi rostro, bese cada dedo suyo con gramo de amor que sentía por esa chica y las entrelace con los míos.
- Mucho mejor ahora, sigues en pie lo del cine?
Ella se rio.
- Supongo que si te sientes mejor si
- Entonces si, sonreí y la bese.
