Capitulo 8

526 47 4
                                    

Narra Pilar

Tal vez era por tenerlo tan cerca y seguramente estaba mareada, o tal vez mi imaginación, pero Purre se estaba acercando más y nuestros labios estaban a milímetros de distancia. Y yo no podía hacer eso.

Conte hasta cinco antes de empujarme con su pecho hasta tener una distancia prudente, tal vez, una parte de mi maldecía por no permitir que casi nos besáramos. Él frunció el entre cejo y parecía confuso.

- Lo siento.
Articulé pasando mi cabello detrás de mi oreja.
- No, no fue tu culpa.
Dijo en un susurro ronco.
Y me trague un jadeo
- Qué.. qué querías hablar?
Intente caminar el ambiente que se había desenrollado, mirando hacia el suelo, evitando hacer contacto visual.
- Mmm me puedo sentar?
Preguntó buscando mis ojos
- Oh, sí, claro. Le di la espalda y me dirigí al sofá.

Él me siguió y nos sentamos desafortunadamente para mis hormonas se sentó a mi lado. El sofá parecía ser demasiado pequeño. No!, el apartamento parecía ser demasiado pequeño con él al lado.

- Juana no es mi novia.
Soltó de repente y me sorprendí mirándole.
- Qué? Pregunte, tal vez había escuchado mal.
- Lo que escuchaste, Juana no es mi novia, digamos que fuimos algo sí, pero hace mucho terminamos.
Se apresuró a decir, como si hablarlo en voz alta le resultará un alivio.
La curiosidad llenó cada parte de mi
- Por qué terminaron?
Pregunte, ladeando la cabeza.
- La pille en la cama con otro chico. Respondió tranquilamente
- Uh.. lo siento.. respondí, hundiéndome más en mi propio sofá.
Pobre Purre.
Él soltó una risa
- No tienes que hacerlo, no nos quisimos, de vez en cuando nos acostábamos o a veces salimos, pero era solo eso, no tenía algún sentimiento, ella aún me busca porque aún me quiere.
Ah, ya voy entendiendo más o menos
- Es horrible! Dije horrorizada. - Ya nadie está con alguien por amor? Dios! Esto parece películas, siempre hay un muerto donde hay amor.
Purre soltó una profunda risa y noté que estaba mucho más cerca.
- Hay cosas más importantes que el amor.
Dijo Purre mirándome
Lo miré, no de acuerdo con su filosofía
- No, no las hay.
Dije firmemente

Él me miró y alzó las cejas, sorprendido porque no estaba ese comentario
- Para mí la hay, Pili. Te fuiste y he cambiado mi manera de ver todo, en exclusivo... Debo parecer tonta, pero él me miraba fijamente. - El amor.
- El amor no es como lo pintan por así, Purre. Le dije, - Hoy en día todos sacan provecho del amor, por dinero, por etiqueta, por posición social y otras cosas. Le respondí, - Soló lo toman como una herramienta más para vivir pero no es así, el amor es más que eso, el amor es la única cosa del mundo que no duele.
Me miró por unos segundos antes de responder.
- Sí duele, respondió en voz baja
Negué fieramente
- No, no duele. Soló que las personas no saben cómo tener un amor limpio y sano.
Respondí.
Ambos nos quedamos en silencio pensando, y ya no toda la química que había en la puerta se había desaparecido, y había un abismo entre ambos.
- Tienes razón. Finalmente Purre dijo, - Pero eso a Juana no le importa, créeme
Asentí y solté un suspiro
- Está bien, me alejé porque no quería problemas y menos estorbar en tu vida.
Me encogí de hombros.
Era la verdad, en ese momento me sentía que estorbaba en la nueva vida de Purre.
Él por otro lado, me miró y frunció el ceño.
- No vuelvas a repetir eso jamás, Pili. Él se acercó más, - Podrán estorbar todos en mi vida, pero tú.. Tomo mis manos que estaban en mi regazo. - Tú nunca.

Lo miré y regalé una enorme sonrisa, entonces lo abrace y me maldije en seguida porque no recordaba su perfecto torso desnudo. Abdominales marcados, brazos ridículamente perfectos y su piel suave, entonces sin culpa solté un pequeño gemido aún abrazándolo. Él se tensó y me abrazo más fuerte haciendo que quedara ahorcajadas en su regazo, quede más alta que el, así que su cabeza quedo acunada en mis brazos, sus manos deslizaron lentamente por mis costados hasta donde acababa mi short y empezaba la piel de mi muslo. Me estremecí y me separé.

Él no me dejo ir, puse mis manos en sus hombros y pude notar lo excitado que estaba escaleras abajo. Un agudo dolor de placer atravesó mi cuerpo cuando mi punto estaba presionado contra el tuyo.
Entonces sus ojos se elevaron a los míos oscuros de deseo.

Lo siguiente ocurrió tan rápido que no pude evitarlo, mis manos entraron en su cabello y gimió débilmente antes de inclinarse hacia arriba y atrapar mis labios, inmediatamente mis caderas se presionaron contra su erección de nuevo y Purre gimió de una manera salvaje y algo burbujeante exploto en mi pecho, lo besé acercando mi cuerpo lo más que podía hacia él, la pasión del beso me hacia debilitar las rodillas. Me acostó en mi espalda sin soltarme y quedó entre mis piernas, sus manos viajaban por mis muslos y sus dedos quedaron dentro de la tela del short, llegando al mi trasero, levanté mi cuerpo contra lo de él, deseando más, y otra vez nos rozamos, ambos gemimos, su mano se deslizó por mi trasero encima de la tela del short y los apretó haciéndome gemir en voz alta, su lengua explotara mi boca y yo arañaba débilmente su espalda para no dejar rastros.
Tras unos minutos de un agonizante y esquisito beso, me separe de él.
- Purre, no podemos...
Dije, jadeando.
- Shh.. Dijo mordiendo débilmente mi labio, - Lo sé, perdón, susurro
- No, descuida.
Dije.

Se puso de pie y se organizó un poco, DIOS! Era tan sexy. Me miró y sus ojos se oscurecieron aún más.
- No tienes idea de cuán hermosa te vez así, toda lujuriosa y desaliñada.
Gruño, haciéndome sonrojar.
- Purre, suspire poniéndome de pie, - Esto no puede volver a ocurrir
- Lo sé, lo sé, suspiro frustado. - Es mejor que me vaya.
Asentí.
- Te acompaño a la puerta, dije y caminé tras él hacia la puerta.

Se dirigió a su apartamento y pude ver pequeño arañazos en su espalda y apreté con fuerza el picaporte de la puerta evitando soltar un gemido. Entonces Purre tocó él timbre. Nada. Lo intentó de nuevo y nada llamo a Santiago y a Facundo pero ninguno abría o respondía.

Jorder!

- No tienes llaves?
Pregunte desesperada y aterrada.
Se giró hacia mi y negó
Mierda!
- Dios, Purre! Reí frustada, golpeando la palma de mi mano con mi rostro.
Él soltó una risada
- Puedo... quedarme esa noche en tu..?
Empezó
- Sí, sí, claro, entra.
Me apresure a decir, derrotada.

Dios! Ayúdame a pasar la noche con El Purre, mi mejor amigo, después de semejante numerito.

-
Dios ayude la pobre Pili
😂😂

Mi Suerte 🍀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora