Narra Purre
No soló rieron mientras cocinaba, se sentaron juntos en la mesa y rieron mientras hablaban de algo cuando estábamos en el sillón. Yo me recordaba una y otra vez que ella era mi mejor amiga y eso no iba a cambiar y prácticamente me obligue a sonreír y hacer como si nada pasara, aún cuando tenía este nudo en el estómago que me gritaba que la reclamara. Era tan absurdo.
Ahora encontrábamos en el sillón viendo una película, yo los estaba mirando los dos fijamente y Santiago mira todo el caos con una lata de cerveza.
- Tú mejor amiga.. murmuró Santiago para que soló yo escuchara.
Lo miré con indiferencia
- Qué pasa con eso? Pregunte
Se inclinó descansando sus codos en sus rodillas y me miro.
- Si fuera por ese brillo posesivo que tienes en tus ojos me estuviera comiendo ese cuento.
Espetó con una con sonrisa.
Solté un suspiro y entorte los ojos hacia el.
- No me jodas, vale?
Dije y me puse de pie.
Eso llamo la atención de Pilar que me miro curiosa.
- A donde vas? Pregunto tímida
La mire y apreté la mandíbula! Oh no! Ella no podía hacer eso mientras tenía a Facundo babeando por ella.
- A otro lugar, dije sin esperar que el tono frío de mi voz.
Santiago me envió una advertencia con su mirada y Facundo me miraba curioso.
Imbecíl.
Tomé las llaves del apartamento y salí asegurándome de azotar la puerta demasiado, no muy seguro porqué. Salí apenas cuando el ascensor abría y corrí escalares abajo mientras buscaba un táxi.
Él conductor paró
- Diga, joven. Respondió el conductor
- Llevaba a la jet club, por favor
Ordene
- Si señor, encendió el auto.
Jet club es unos de los clubes a qué viene con mis amigos siempre. Aparte a la pista del baile, hay secciones de lo club que son más privadas y alejadas donde se pueda ir a conversar.
En verdad, no se para que me dirigía allá, pero aún así fui. Qué se podía perder?
Varias personas de allí me reconocían, cada fin de semana Facundo y Santiago y yo veníamos a tomar uns tragos y recorrer algunas chicas. Me encamine a la barra, donde había un asiento a cada lado dos mujeres guapas. Suertudo.
Me senté y el mesero inmediatamente me atendió.
- Quieres beber algo?
- Tequila.
- En seguida.
Miré sobre mis hombros para ver la primera chica, ella tenía un cabello rubio, pero su malito cabello estaba tan tieso y artificial que solo me había pensar en el suave, dulce y natural cabello rubio de Pilar. Maldición! Eso no estaba bien, pero necesitaba ponerme en mis pantalones, ella solo era mi mejor amiga! La otra chica era de cabello castaño y ojos verdes, malditos ojos verdes, pero esos estaban adornados con demasiado maquillaje, en cambio los de mi Pilar, eran tan naturales y perfectos...
Enfadado a donde iba mis pensamientos no me di cuenta cuando el mesero dejo la bebida con la cuenta, la tomé un sorbo furioso y pedí otra y otra y otra. Y más otra. Las chicas estaban a mi lado y cuando reaccione de nuevo en un ascensor y dos pequenos corpos me mantenían de pie , me gire bruscamente y eran las chicas del club. Ellas reían pero yo no sabia de que, el álcool se deslizaba por mis venas tan rápido que mareaba.
El ascensor abrió, me arrastré! O Bueno, ellas me arrastraron y pude escuchar la pregunta de la rubia.
- Cuál es el tuyo? Preguntó mirando a los apartamentos.
- Eh....mmm.. Sh.. 5ceber.
Arrastre las palabras consiente de lo pesada que estaba mi lengua.
- Qué? Chillo la chica de ojos verdes.
- 5... c..b, cb. Me obligue a decir
Caminamos por el pasillo hasta llegar a la puerta del apartamento. De pronto sentí una mano en mi trasero y me sobresalté entonces la rubia soltó una risita.
- Lindo, trasero! Pero necesito tus llaves.
La dejé buscar y una sonrisa se tambaleaba en mis labios.
- Dios ayúdame a no dejarlo caer
- Estoy ocupada buscando las llaves
- Oh no! Se caerá
- Oh mmmm.. Mira a esa chica del frente dile que nos ayuden, susurro.
Otra chica? Que yo sepa.. soló habían dos en ese.... OH MIERDA! Me giré rápidamente y la vi, parecía un ángel. Estaba con una sudadera amarilla mientras me miraba, mierda, mierda, mierda, mientras las chicas miraban ella.
Intente ir hacia ella y explicarme pero mis pies no funcionaban el desespero me hizo caer y sus ojos se abrieron mientras me miraba.
- Pili... Alcancé a susurrar antes de caer en un sueño profundo.
