Capitulo 25

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Narra Pilar 🔥

Sentí mi cara arder cuando sus ojos llenos de deseo se filtraron en los míos.
- Dios, nena! Murmuro apasionadamente devorando mi boca.
Había tenido dos novios, pero ninguno hacia que mis rodillas temblaran cuando lo miraba como Purre hacia, ninguno hacia mi agua boca como cuando Purre me sonreí, ninguno me hacia desearlo como cuando Purre me toca. Era nueva en esto de la cama. Pero sabía que quería eso. Lo quería a él.
- Estás segura?
Volvió a preguntar con dulzura.
Sonreí y asentí, alcé su camisa por la cabeza mirando esos pectorales, bíceps y tríceps de muerte. Y era mío. Lo acaricie necesitaba de su piel y él gruñía bajo con satisfacción ensordecedora. Sus manos subía por mis mulos haciendo mis bragas húmedas, llego a mi trasero y apretó fuerte haciéndome gemir en voz alta, él se tensó y saco mi camiseta rápidamente dejando al vislumbre una ropa interior negra. Beso mi cuello, mi clavícula bajo por mi pecho hasta mi sostén de encaje negro también, beso el centro de ambos pechos y arquee la espalda gimiendo y necesitándolo.
Sus manos acariciaron mi cintura y se deslizaron hasta la parte de atrás de mi sostén y sentí el "clic" y luego deslizó los tirantes por mis brazos desesperado, cuando mis pechos salieron el tomo en la boca y el otro apretó con su mano. Me retorcí y mis bragas se mojaran más y más. Gemi y sostuvo su cabeza dejándolo allí.
- Oh, sí, sí, por favor!
Gemí! Entonces me di cuenta que mis caderas se elevaban presionando su sexo con él mío. Él gimió audible contra mi pecho mi otro pecho. El deseo y el placer era los únicos protagonistas en nuestros cuerpos. Nadie más. Su mano deslizó por mi ventre arrancando mis shorts, pero yo lo necesitaba a él desnudo. Me libere de su boca y baje mis manos ansiosas a el broche de su pantalón, pero el puso su mano el la mía.
- No, cariño! Jadeo, sus ojos oscuros de puro deseo, - Primero te probare.
Gemí asintiendo y deseosa, entonces abrió mis piernas delicadamente y empezó a besar mi cuello, pechos, vientres, haciéndome gemir y retorcer bajo el. Mi zona estaba tan húmeda y necesitada. Sus dedos pulgares alcanzaron la delicada tela de mis bragas y subí mis caderas dándole mejor acceso.
Él gruñía y bajo de la un tirón, di un gritó ahogado.
- Shh, Pili.. Murmuro y asentí elevando mis caderas a su rostro. Él sonrío. - Dios, estás húmeda. Gruño.
Gemí de desespero. Entonces su lengua toco mi piel sensible y grité su nombre alzando mis caderas. Algo se construía en mi y necesitaba más.
- Dios, Purre!!
Grité presa del placer enredando mis dedos en su cabello, manteniéndome ahí.
- Córrete para mí, nena!
Susurró y fue mi perdición. Miles de colores nublaron mi vista y sólo fui consciente de mi grito mientras yo estaba en el éxtasis absoluto.
Entonces Purre salto y arranco sus pantalones, se puso el condón y presiono la punta de su pene en mi entrada y me retorcí. El parecía nervioso.
- Entra, por favor!
Supliqué. Él trago fuerte y asintió, una poca presión y mis paredes se abrían para él, gemí y me removi para que entrara más rápido.
- No, amor, no te muevas! Suplico
Chillé y él se inclinó para besarme con tanta ternura y dulzura que me succiono por completa. Entonces un dolor agudo me atravesó y mordí mi labio gritando. Él se tensó y beso mi cuello.
- Eres tan hermosa y preciosa! Sussurro, - Dios! Eres tan perfecta.
El dolor se fue apaciguando y un placer lo reemplazo entonces el empezó a mover más lento y profundo, gemí y me aferré a él disfrutando del placer vivo y sin límites. Sus embestidas me hacían gritar y gemir, el placer era máximo.
- Estoy cerca, jadeo
Grité y me moví para hacerlo más fuerte. Todas mis paredes temblaron y el placer se reunió en mi punto G. Sí entraba de nuevo explotaría en pedazos. Él gruño y apretó la mandíbula entonces entro, y sí, me deshice en pedazos junto a él.

Entonces callo a mi lado y me arrastro con el besando mi cuello. Mis respiración agitada y mi sangre bombeando fuerte. Me quede dormida en sus brazos.

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