7. El ataque en el café

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Annie se levantó de un salto y se sintió mareada. Buscó su bolso y se lo colgó de manera en que no pudiesen quitárselo. Sacó su varita y la alzó rápidamente. Observaba como Theo, Daphne y Blaise los imitaban. El último protegía a Issa tras él.

El silencio se extendió hacia fuera
en frías ondas desde el lugar en que había aparecido el Patronus. Entonces alguien gritó. Ese fue el interrumptor para que todos corrieran dentro de la tienda. Annie corrió también. Los invitados corrían en todas direcciones; muchos Desaparecían; los encantamientos protectores que había alrededor de la Madriguera se habían roto.

-¡Hermione! ¡Ron! -gritó Annie mientras Harry la tomaba de la mano. Mientras se abrían paso a empujones hasta el otro lado de la pista de baile, Annie vio como unas figuras enmascaradas salían de entre la multitud

-¡BLAISE! -gritó Annie lo más fuerte que pudo para atraer su atención. El moreno se giró después de lanzar un hechizo, mientras que protegía a Issa con la otra. Annie le dedicó una mirada de súplica. Blaise asintió seriamente y se giró nuevamente para combatir a los demás.

En ese momento, aparecieron Ron y Hermione tomados de la mano, corriendo hacia ellos. Tomó el brazo libre de Hermione, y Annie la sintió girar sobre sí misma; la
visión y el sonido se extinguieron mientras la obscuridad se cernía sobre ella; todo lo que podía sentir era las manos de Hermione y Harry mientras era lanzada a través de espacio y tiempo, lejos de la Madriguera, lejos de los Mortífagos que descendían, lejos, quizás, de Voldemort mismo.

-¿Dónde estamos? -dijo la voz de Ron. Annie abrió los ojos después de respirar hondo.

-En Tottenham Court Road -jadeó Hermione-. Camina, simplemente camina, tenemos que encontrar un sitio para que nos cambiemos.

Annie soltó el aire que retenía y caminó lo más normalmente que pudo. Sentía su corazón acelerado por la adrenalina de hace unos momentos. Medio anduvieron medio corrieron subiendo la amplia y oscura calle, atestada de trasnochadores y llena de tiendas cerradas, mientras las estrellas brillaban sobre ellos.

Un autobús de dos pisos rugió al pasar y un grupo de parroquianos alegres se los comieron con los ojos cuando pasaron. Harry gruñó y apretó su mano.

-Hermione, no tenemos nada para cambiarnos, -dijo Ron, cuando una mujer joven se echó a reir tontamente al verle.

-¿Por qué no me habré asegurado de traerme la capa de invisibilidad? -dijo Harry, maldiciendo interiormente su propia estupidez-. Todo el año pasado la llevé encima y...

-Yo la tengo, Harry -dijo Annie tranquilizándolo. Hermione los condujo a una calle lateral, y luego a la protección de un callejón sombrío.

-Cuando dicen que tienen ropa y la capa..

-La ropa está en el bolso de Hermione -dijo Annie una vez que estuvieron ocultos en el callejón. Hermione metió la mano en el bolso y comenzó a sacar varias prendas.

-¿Cómo demonios…?

-Encantamiento de Extensión Indetectable -dijo Hermione-. Difícil, pero creo que lo hemos hecho bien; en cualquier caso, me las arreglé para meter aquí todo lo que necesitamos. Annie tiene más cosas en el suyo -Dio una pequeña sacudida a la aparentemente frágil bolsa, que resonó como si fuera un cargamento con varios objetos pesados rodando dentro-. Oh, maldición, eso deben ser los libros -dijo, mirándolo con atención-. Y los tenía todos apilados por tema...

-Necesitamos cambiarnos -los apuró Annie.

-¿Cuándo hicieron todo esto? -preguntó Harry mientras cubría a Annie que se estaba cambiando.

Annie y las Reliquias de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora