37. La Sala de Menesteres

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-¡Black! -gritó McGonagall. Annie se detuvo y le dio una mirada a Harry. Este asintió y retomó rápidamente su camino.

-¿Si, profesora?

-¿Podrías colocar el hechizo de protección donde están los demás estudiantes? -pidió. Annie asintió y la siguió. Bajaron a las mazmorras. Fueron muchos escalones, y Annie no sabía que aquella parte del castillo existía. Estaba sumamente alejada de todo y bajo tierra.

-Es aquí -dijo señalando una puerta y abriéndola. Era una sala inmensa. Todos los demás estudiantes estaban murmurando y los más pequeños muy asustados.

-¿Annie?

-¿Issa?

La rubia se notaba que había estado llorando. Annie la abrazó.

-Lo lamento mucho -sollozó. Annie la apretó contra si.

-Está bien, lo entiendo. Pero tu seguridad es lo más importante aquí, ¿si? -ella asintió y se separó de ella.

Al notar todas las miradas sobre ella, Annie se sonrojó y carraspeó.

-¿Podrían alejarse un poco, por favor?

Todos los estudiantes retrocedieron. Annie inspiró hondo y procedió a hacer lo mismo que había hecho momentos atrás. Los estudiantes jadearon, especialmente los mayores. Annie había cerrado los ojos murmurando los hechizos y el aura dorada la rodeaba. Al final, el hechizo explotó de nuevo y en la estancia se creó esa cúpula protectora con resplandores dorados. Todos la miraban boquiabiertos.

-Estarán bien aquí -les aseguró Annie. Se dirigió hacia la puerta y cuando salió se giró a mirar a todos.

-Dile a Harry que lo quiero.

La voz llorosa de Annissa rompió el silencio.

-Se lo diré.

Les sonrió, para después cerrar la puerta, y lanzar todos los hechizos de protección que se sabía. Annie corrió escaleras arriba y se sobresaltó cuando escuchó un grito. Conjuró un tempus. La lucha había empezado. Inspiró hondo y cerrando los ojos, tomó el dije de rayo entre sus manos, apretándolo. Annie podía sentir la magia de Harry en él.

Con una última mirada hacia atrás, siguió su camino. Annie corrió cuando se encontró en el primer piso y se echó a un lado cuando la profesora Sprout pasó con estruendo llevando detrás a Neville y a una media docena más de alumnos, todos con orejeras y lo que parecían ser grandes plantas en macetas.

-¡Mandrágoras! -bramó Neville a Annie por encima del hombro mientras corría-. Vamos a lanzarlas por las paredes... ¡no les va a gustar!

Annie soltó una risa pero siguió corriendo. Casi cae al suelo por un temblor que recorrió el castillo entero. Estaban tratando de pasar por su escudo.

Giró en una esquina y pudo ver a Fred y Hannah Abbot junto con otro par de estudiantes con las varitas en alto. Y un poco más allá..

-¡HARRY!

El azabache se detuvo tan abruptamente que casi cae al suelo. Annie corrió a su encuentro.

-¡Necesitamos encontrar a Ron y Hermione! -exclamó el azabache tomando la mano de su novia y volviendo a la carrera.

Derraparon en una esquina, y ahí pudieron ver a Ron y Hermione,
ambos con los brazos llenos de grandes objetos curvados, sucios y amarillos, y Ron con una escoba bajo el brazo.

-¿Dónde demonios han estado? -gritó Harry.

-La Cámara de los Secretos -dijo Ron.

-¿Qué? -cuestionó Annie mirándolos.

Annie y las Reliquias de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora