9. La visita de Sirius

10.2K 1K 418
                                    

Annie dibujaba a la vez que miraba por la ventana. Habían estado esperando a que Kreacher volviera con Mundungus después de descubrir que él había sido el que entró a robar a la casa y la historia del hermano de Sirius, Regulus, que se convirtió en mortífago y después se arrepintió, muriendo en aquella cueva, reemplazando el horrocrux real por la copia que Harry y Dumbledore habían encontrado.

Ella sentía que nunca se acabarían los secretos en el mundo mágico.

Levantó la vista una vez más y observó a un par de hombres vestidos de negro, mirando fijamente en dirección a la casa que no podían ver.

-Harry -llamó Annie sin despegar la mirada de la ventana y levantándose. El azabache se acercó rápidamente. Escuchó también los pasos de Ron y Hermione.

-Mortifagos, seguro, -dijo Ron- ¿Seguro que no saben que estamos aquí?

-No creo -dijo Hermione, aunque parecía asustada-. o habrían enviado a Snape a por nosotros, ¿verdad?

-Nadie puede ver la casa a menos de que sepa que está aquí -declaró Annie firmemente.

La presencia de los mortifagos fuera incrementó el humor amenazador dentro del número doce. No habían tenido noticias de nadie que estuviera más allá de Grimmauld Place desde el patronus del Señor Weasley, y la tensión empezaba a pasar factura. Inquieto e irritable, Ron había desarrollado el molesto hábito de jugar con el Desiluminador en sus bolsillos. Esto enfurecía particularmente a Hermione, que había abandonado la espera por Kreacher para estudiar Los Cuentos de Beedle el Bardo y no apreciaba la forma en que las luces seguían encendiéndose y apagándose.

-¡Quieres parar! -gritó la tercera noche de ausencia de Kreacher, cuando todas las luces se apagaron de nuevo en el salón de dibujo. Annie se sobresaltó e hizo un rayón en su dibujo. Se quejó.

-¡Lo siento, lo siento! -dijo Ron, accionando el Desiluminador y restaurando las luces-. ¡No sé qué estoy haciendo!

Annie bufó y miró la hoja. Arrugó la nariz. Cerró los ojos y decidió salir de ahí, ya que la pelea no tenía signos de acabar pronto. Fue hasta el sofá y encontró a Harry mirando por la ventana.

-Volvieron a discutir -se quejó dejando sus cosas en la mesa de café. Harry ocultó una risa y abrió sus brazos. Annie fue y se sentó junto a él, recargándose en su pecho, mirando hacia la ventana- ¿nada interesante?

-No por ahora.

Se oyó un golpe en la puerta delantera, después chasquidos metálicos y el rechinar de la cadena. Annie sintió como Harry se tensó y ella se levantó de un salto, corriendo hacia la cocina mientras sacaba su varita. La puerta se abrió. Vio un destello de luz de las farolas de la plaza de abajo, y una figura encapuchada se adentró en el vestíbulo y cerró la puerta tras ella. El intruso dio un paso hacia adelante y la voz de Moody pregunto.

-¿Severus Snape? -Entonces la figura de polvo alcanzó el final del vestíbulo y se lanzó sobre él, alzando su mano muerta.

-No fui yo quien te mató, Albus, -dijo una voz tranquila.

La maldición se rompió. La figura explotó de nuevo, y fue imposible divisar al recién llegado a través de la densa nube gris que esta dejó atrás.

Harry apuntó su varita en medio de ella.

-¡No te muevas!

Había olvidado el retrato de la Señora Black. Al oir su grito, las cortinas que la ocultaban se abrieron y ella empezó a gritar "Sangresucia y basura deshonrando mi casa...".

Annie también alzó su varita. Sirius estaba frente a ellos con ambas manos arriba.

-Soy Sirius.

Annie y las Reliquias de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora