Annie y las Reliquias de la Muerte

26. Shell Cottage

Harry volvió a la cabaña después de haberse quedado junto al sepulcro de Dobby durante un rato. Se sentía sin fuerzas de nada, pero hizo un último esfuerzo para subir aquella colina e ir en busca de Annie.

Antes de entrar a Shell Cottage, miró una vez más a la tumba del elfo y al mar, sintiendo una dolorosa sensación en la boca de su estómago. Se giró y abrió la puerta, observando a Griphook, Luna, Dean y Ron en la mesa de la cocina. Fleur estaba en esta agitando algunos platos y cacerolas.

-¡HARRY!

Este se giró algo desconcertado y sintió como un pequeño cuerpo chocaba contra él. Parpadeó y miró hacia bajo para ver a Edward aferrarse a él.

-Hey -murmuró agachándose. El niño subió los brazos y Harry lo alzó, sintiendo como le rodeaba el cuello. Sintió los espamos de su cuerpo y lo aferró contra sí.

-Annie no se veía bien -sollozó el niño. Harry apretó los ojos, sintiendo todas las miradas- ella estará bien, ¿verdad?

-Sí.. -murmuró Harry, intentando calmar al niño, aunque él no estaba en condiciones de eso.

-Edward cariño... deja que Harry vaya con Annie -dijo Fleur acercándose. Él negó, aferrándose aún más al azabache.

-Está bien, lo llevaré conmigo -dijo Harry reafirmando al niño en brazos y siguiendo a Bill que lo esperaba en el pasillo.

Edward lo apretaba contra sí.

-¿Cómo está? -preguntó Harry.

-Despierta, Draco y Hermione están con ella -le informó Bill abriendo la puerta. Lo primero que notó fue que Annie estaba sentada contra el respaldo de la cama, con una manta cubriéndola. Draco estaba en una silla a su lado y Hermione frente a ella en la cama.

Edward se removió en brazos de Harry y corrió hasta Annie. Suavemente la abrazó por el cuello y la castaña sintió sus ojos llenarse de lágrimas. Se veía frágil.

-Te extrañé -murmuró. Annie le acarició el cabello.

-Yo también.

-Creo que será mejor que los dejemos solos -dijo Hermione mirando al rubio. Este asintió y se levantó de la silla, al tiempo que Hermione se levantaba de la cama- Edward, Annie y Harry deben hablar.

El niño hizo un puchero pero terminó por seguir a Hermione fuera de la habitación. Cuando la puerta se cerró, Harry miró a Annie nuevamente.

Tenía una venda en el hombro derecho y en el cuello, lo que le recordó demasiado al quinto año y se estremecio. Avanzó hasta sentarse frente a ella en la cama.

Annie trató de sonreírle, pero falló cuando sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas y soltó un sollozo. Harry sintió que las propias hacían lo mismo y abrazó a Annie contra sí.

Los dos sollozaron al mismo tiempo, abrazados el uno con el otro. Se permitieron sacar todo lo que no habían hecho antes, mientras se consolaban mutuamente, aunque los dos estuviesen tan rotos como el otro.

-Tenía tanto miedo -sollozó Harry sin importarle nada. Creyó una vez más que la perdería y aquello lo quebraba por dentro. Sus lágrimas caían en el hombro sano de la castaña y se perdían. Annie se aferró a él.- te amo tanto.

-Yo también -lloró Annie soltando otro sollozo- creí que no volvería a verte.

Harry no tenía mas que decir, por lo que sólo se aferró a ella lo mejor que pudo.

Separó su rostro de su hombro y posó sus labios sobre los de ella. Sabían a lágrimas.

-¿Sabías que soy media hermana de Theo? -murmuró Annie cuando se separaron. Harry parpadeó procesando aquella información. Al parecer Annie lo encontró divertido por que soltó una risita que hizo a Harry calmarse.