Capítulo 32 - El virus y la canción de cuna

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Zero.

El agua helada cae sobre mi cuerpo, llevo cerca de diez minutos debajo del agua, estoy cabreado por la actitud de Lili, por sus putos reclamos, por sus putos celos, por su insistencia en que debo hacer ciertas cosas y que debo olvidar otras.

Estoy harto que todos me miren y crean que tienen algún derecho de decirme que hacer o como se supone que debo actuar o qué coño debo decidir. Jake es la única jodida cosa en este momento que me hace sentir bien y ahora resulta que todo el mundo quiere alejarla de mí.

Es más ¿desde cuándo a los Smith les importa las chicas que me follo? O desde cuando Lili me cela de alguien en particular. Todo se resume a lo mismo, no se trata del porque se trata del quien y es obvio que es por ella. La jodida niñata que tiene mi puta cabeza hecha un lio.

No sé cuánto tiempo más demoro debajo del agua pero repaso mentalmente lo que ha sido este día, empezó terriblemente mal, pero luego ella se encargó de volverlo un día distinto, interesante y divertido. Hacia siglos que no sonreía tanto y que se deba a ella o cosas relacionadas a ella no deja de sorprenderme.

Pienso en las pocas palabras que hablamos en el risco y respiro profundo, porque aunque ambos sabemos que es solo sexo, pasan cosas demasiado intensas entre ambos. Cierro el grifo y permanezco de pie inmóvil, ahora tengo que salir y enfrentar posiblemente la tormenta de preguntas que deben estarla carcomiendo.

No solo por como la he follado, sino también por las palabras de Thomas, tomo una toalla y medio seco mi cuerpo, necesito permanecer frio y tratar de enmendar esto, que se quede pero sin pensar que solo voy a usarla o que la quiero solo para follar.

Cuando salgo del baño Jake esta tumbada sobre la cama, esta acostada de lado hacia la puerta del baño por lo que lo primero que veo son sus ojos cerrados, parece estar profundamente dormida, me quedo un instante allí contemplándola y no puedo evitar sonreír. Camino hacia el armario y tomo un bóxer azul me lo coloco y regreso a mi habitación, donde me tumbo junto a Jake.

Trato de no hacer ruido, ni ser tan brusco para no despertarla, aparto algunos mechones de cabello y comienzo a detallarla, la he visto dormir antes, pero en ese instante estaba demasiado confuso y obstinado por descubrir que había una chica que conocía a Nico y que no tenía ni idea que había muerto.

Acaricio su mejilla con mi dedo índice y desciendo hasta sus labios, se remueve ligeramente y noto como su piel se eriza bajo mi tacto, tomo las sabanas que se han corrido ligeramente dejando a la vista parte de su hombro y cuando estoy por taparla descubro que sigue desnuda.

Cierro mis ojos y respiro profundo, esta chica es una jodida tentación para mis hormonas, no sé porque demonios me pone tanto si no es la típica chica despampanante que deja poco a la imaginación. Vuelvo a taparla y me acomodo a su lado sin dejar de verla. Simplemente no puedo hacerlo ni quiero hacerlo.

Permanezco quizás treinta minutos contemplándola hasta que se remueve y siente mi cuerpo, abre un poco sus ojos sonríe ligeramente y se acurruca contra mí, permanezco inmóvil porque esto no es lo mío, no sé cómo hacer estas cosas, pero mi cuerpo y el suyo se acoplan a la perfección dejando que todo lo demás sobre.

Poso mi mano sobre su hombro y la dejo descansar sobre mi pecho, acaricio sus brazos y respiro su aroma mientras poco a poco comienzo a quedarme dormido.

Los rayos del sol comienzan a molestarme, me remuevo tratando de encontrar la posición para que estos no me sigan molestando mis ojos pero no logro hacerlo, porque una pierna que me lo impide. De pronto recuerdo a quien pertenece esa pierna y abro los ojos sin dudarlo.

Zero Feelings ©️ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora