Capítulo 6. Parte 1.

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Por primera vez en mucho tiempo había dormido en mi cama y durante varias horas, pero esa tranquilidad se esfumó bien rápido cuando miré a mi izquierda y me vi a Tyler durmiendo. No podía creer lo que habíamos hecho anoche, ¿Cómo pude ser tan estúpida? ¿Qué creía? ¿Qué Tyler iba a dejar a la caniche por mí? Lo de anoche solo pasó por el alcohol y ahora tendríamos que llegar a una solución muy vergonzosa para olvidarlo.

Maldiciéndome por dentro, una y otra vez, me levanté y me dirigí al baño. Qué habías hecho Julia...

Me di una ducha rápida y cuando salí hacia la habitación ya no estaba Tyler en la cama.

-¿Tyler?-Pregunté sin obtener ninguna respuesta.

En mi cama había una nota. 'Lleva los informes a la oficia el lunes y mándalos por fax a Nueva York. Tyler Blue'

Cerré mis ojos y respiré hondo, la había cagado y bien.

Como era sábado hice una pequeña limpieza en la casa, quizás para mantener mi cabeza en otro sitio. Más tarde vino Matt a casa, cosa que agradecí, sus tonterías me sacarían de mis pensamientos durante un buen rato.

-Jul, no sabes lo que te perdiste anoche.-Reía mientras me contaba todas las anécdotas divertidas que anoche habían pasado.-Por cierto, ¿Dónde te metiste?

-La verdad es que en una cena de negocios, cosas de trabajo y tal.-Deje que mi tono de voz saliese lo más aburrido posible.

-Ah, con Ty ¿no?

-¿Cómo sabes que fue con Tyler?-Pregunté un poco desquiciada.

-Hombre, es tu jefe Jul.-Rió.

-Ah, ya.-Respiré hondo. O me tranquilizaba o esto iba a peor.

Alguna que otra risa, y Matt que notaba que estaba un poco rara me convenció para ir a cenar a un restaurante con los chicos. Volver a ver a Tyler no era lo que necesitaba, no sabía cómo reaccionar cuando viese a la caniche, si podría mirarle a la cara o si ella lo sabría ya.

Durante la cena el matrimonio no apareció, y aquello me tranquilizó. Y aunque los chicos sacaban siempre multitud de temas para hablar, yo no pude casi ni integrarme en la conversación. Mi mente estaba en otro sitio.

-Ah casi se me olvida deciros algo.- Dijo Kevin intentando llamar nuestra atención.- Antes me llamó Tyler.- Dejé de remover con el tenedor mi comida y le miré con atención.- Dice que él y Amanda se van por un tiempo a Nueva York, que no saben cuándo volverán pero que ha sigo urgente y no han podido despedirse.

-Bueno, estamos acostumbrados a que se vayan y vuelvan a los meses.-Resopló James para no darle mucha más importancia al tema.

-No sé tío.-Bebió un poco de su cerveza Kevin.- Por el tono de voz y la despedida, creo que esta vez tardarán un poco más.

En ese momento me quise morir.

-Lo siento chicos, me encuentro un poco mal esta noche.-Dije algo pálida levantándome de la mesa.- Os veo otro día.

Y sin darle la oportunidad de despedirse me fui de allí. Arranqué mi coche y me fui a casa.

Todo esto había sido por mi culpa, si me hubiese controlado estaría segura de que él no habría tenido que abandonar la ciudad. Él se había ido para poder salvar su matrimonio, él me había afirmado esa noche que nunca le había sido infiel a su esposa, y que estaba siendo yo la que estaba estorbando. En vez de dejar de beber me dejé llevar y ahora él tenía que dejar de ver a sus amigos por mí, por su esposa y por no tirar todos los cimientos en los que su vida se basaba antes de que yo apareciese.

Me metí en mi cama, intentando dormir, pero no, esa noche no dormí.

Al llegar el lunes me dirigí hacia mi trabajo vi a Helen un tanto preocupada.

-¿Ocurre algo? –Pregunté mientras me quitaba la bufanda el abrigo.

-Lee el fax que te he dejado en tu mesa, a mí me han mandado uno exactamente igual pero con mi nombre.

Miré mi mesa y lo cogí.

'Estimada señora Thompson, tras la decisión del presidente de la empresa Blue S.A de volver a las oficinas de Nueva York por un periodo indefinido, las oficinas en Bristol quedan obsoletas y por lo tanto se cree de manera prescindible su actividad allí. Las oficinas quedarán cerradas de manera indefinidas, invitándole a usted a continuar su puesto de trabajo en las oficinas de Nueva York si lo desee. Si no fuese su decisión el traspaso a Nueva York, agradecerle sus servicios a la empresa. Atentamente el señor Blue.'

Miré patidifusa a Helen, la cual estaba muy confusa.

-¿Qué harás Julia? Yo creo que iré a Nueva York, no puedo quedarme sin trabajo.

-Yo no, yo sé que no me quieren allí.-Cogí mi bufanda y mi abrigo y salí de las oficinas.

Dudaba si contestarle el fax con otro fax, con una llamada, un mensaje o un correo electrónico. ¿Qué sería lo más formal? No quería más equivocaciones con él, bastantes había tenido ya.

Finalmente elegí que lo más cordial era un correo electrónico, lo cual sabía seguramente que leería.

Tomé mi teléfono móvil y escribí...

'Buenos días señor Blue, tome este correo como mi negación a la invitación de Nueva York. Ha sido una muy buena experiencia y agradezco su invitación, pero creo que mi periodo en la empresa ha finalizado. Atentamente, Julia Thompson.'

Miré, miré y seguí mirando mi móvil sin respuesta alguna. Sabía que lo había leído y no me había contestado. Quizás mejor así.

Ese día estuve pronto en casa, tendría que buscarme otro empleo, quizás volviese al burger mientras encontraba y no otro empleo, porque no podía quedarme sin sueldo.

A las horas sonó mi móvil y vi que me había llegado un correo electrónico.

'Buenas tardes señora Thompson, veo que ha tomado una decisión y espero que sea la correcta. Le dejo adjunto una carta de recomendación para que pueda encontrar otro empleo hecho a su medida. Gracias por confiar en la empresa Blue y por su labor, aunque breve, en ella. Michael Butler'

¿Michael Butler? Ni siquiera se ha tomado él la decencia de contestarme. Borré el mensaje, y con ella su estúpida carta de recomendación. ¡Mira lo que hago con tu carta, gilipollas!

Me sentía sucia, usada y decepcionada, aunque no sabía si por él o por mí.

-¡Gilipollas!-Grité con fuerza mientras aguantaba mis lágrimas.

Esa noche tampoco dormí, ni la siguiente, ni muchas de las noches que predecían.

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