Capítulo 24

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Arranqué, incorporándome en la carretera dirección Bristol. ¡Por fin vería a mis amigos! Estaba tan emocionada que ni siquiera me daba cuenta que iba algunos km/h por encima de lo permitido.

—Ay Julia, relájate o la multa no te la quitará nadie. —Me dije a mí misma levantando el pie del acelerador.

Cuando entré en Bristol la paciencia se me agotaba. ¡Mueve el put* culo, lento! ¿Por qué no se mueven los coches cuando está en verde el semáforo?

Por fin se había movido el coche y además abandonó la avenida por la que circulaba, por lo que pude acelerar un poco más. Para mi suerte había llegado al restaurante donde cenaríamos. Era un restaurante no muy lujoso pero al que nosotros teníamos mucho cariño, pues siempre cenábamos ahí.

Entré en el restaurante, guardando la llave en el bolso. Cuando levanté la vista vi a mis amigos sentados mirándome sonriente.

—Madre de dios, ¿esta es Sophie? —Pregunté y miré a Emma, a la cual podía jurar que no veía de hace meses.

Ella asentía con una sonrisa, se levantó y me abrazó.

—Hace tanto que no te veo, Julia.

— ¡Eres tú la perdida! —Exclamé y me acerqué al carrito del bebé que dormía. Le toqué con suavidad la cara y miré a Emma. —Está preciosa.

—La verdad es que estuve muy ocupada y apenas podía salir, ya sabes, Sophie acaba conmigo cada día. —Rió y yo sonreí.

Miré al resto de mis amigos pero no pude acabar de verlos cuando sentí que me levantaban del suelo y me hacían girar. Cuando me dejó en el suelo volteé para ver quién era el graciosillo.

— ¡Maldito gordo! —Grité y le abracé con fuerza.

— ¡Ay mi gorda! —Me correspondió el abrazo de tal manera que casi me deja sin respiración. ¡Pero es que nos queríamos tanto y nos habíamos echado tanto de menos que ese abrazo era inevitable!

— ¿Por qué no me llevaron con ustedes? —Preguntó haciendo puchero cuando nos separamos. —Yo nunca doy la lata.

—Necesitábamos tenerte lejos para poder ligar. —Bromeé mientras guiñaba el ojo.

—Ya, ya. Si ligar has ligado, y mucho. —Me guiñó ahora él un ojo.

Pero he de decir que se me había quedado la cara bien blanca. ¡Como una pared! ¿Cómo se había enterado él de esto? Habíamos prometido no decirlo a nadie. Y hablando de él, ¿dónde se había metido? Desde que llegamos a Bristol no supe nada más de Tyler. No me había mandado ningún mensaje ni nada, ¿estaría bien?

Me acerqué al resto para saludarles y evitar el tema de Matt, ya hablaría con él seriamente.

Durante la cena, nadie preguntó por Tyler, ni siquiera James y era algo que me extrañaba. ¿Habría pasado algo y no me había enterado?

Cuando todos estaban metidos en la conversación del partido de anoche, me esfumé mentalmente y saqué mi móvil del bolso para enviarle un mensaje a Tyler.

"¿Dónde estás, Ty? Todos estamos cenando en el Roxanne, pensaba que ibas a venir. Jul"

Miré y miré mi teléfono sin ninguna respuesta, y era raro porque Tyler siempre estaba pendiente a su móvil. ¿Sería que no quería contestarme?

Sentí la mano de mi amigo Matt en mi pierna, levanté la mirada y vi como intentaba descifrar mis pensamientos.

—Hablaremos luego, he visto el mensaje. —Susurró en mi oído sin que nadie pudiese escucharle.

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