#24

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Se estacionaron un lugar lejos. Pues fueron hasta un lugar lejano, en la costa, estacionando el auto, no había nadie allí. Pues las personas de ese país eran muy reservadas. No había nadie por allí.

El auto estaba encendido, cada quién en su lado. Miraron a lo lejos, no se veía casi el mar. Estaba muy oscuro por allí.

¿A ambos les gustaba esos paisajes así de oscuros?

TaeHyung le tomó la mano con cariño, mirándole la mano y los dedos entrelazados. Suspirando, no tenía nervios, pero tenía en mente que decir, pero no estaba preparado.

Se miraron fijamente.

—Eres tan bonita.-—le susurró él con voz suave, dirigió su otra mano al cabello de ella, soltando. Dejándole el cabello suelto por sus hombros, espalda y más abajo de espalda media.

—Me estás asustando, ¿que me ibas a proponer?-—preguntó ella nerviosa.

Ambos miraron al mar.

Apreciaban el principio del mar, es decir, apreciaban esas olas, y esa espuma

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Apreciaban el principio del mar, es decir, apreciaban esas olas, y esa espuma. Pero no escuchaban más que sus respiraciones. Ya que, ni el motor del auto se escuchaba.

Por lo tanto, continuaron su interesante conversación.

—Con calma, quieres todo a la prisa.-—le dijo él.—¿Recuerda lo que hicimos antes?

—Sí, lo re-recuerdo.-—le dijo ella mirándole.

—Eso es mírame. Me agrada tanto en lo más profundo de mí corazón que.. lo recuerdes.-—le confesó.

—No podría olvidar algo así, me encantó mucho.. nunca lo había experimentado. Eres el primero en todo..-—le confesó ella jugando con sus dedos y las manos de él.—, y eso me hace sentir bien.

Se unían sus corazones a la par, cómo un rompe cabezas.. se unían. Se entrelazaban, se mezclaban. Un cariño especial.

—También eres la primera para mí. Yo nunca le había echo eso a una mujer.

—Hmhg..-—ella bajó la cabeza.—, ambos somos el primero en lo que hemos echo, yo no me arrepiento.

—Yo tampoco me arrepiento. Es qué, vivir contigo.. me ha dejado completamente cegado, amado, me hace sentir que me entiendes.

—Son fuertes declaraciones, TaeHyung, no sé que decir.-—dijo ella, subiendo la mirada.

—No digas nada. Fuimos hasta aquí para hablar, quiero que me escuches.

—Está bien.-—le dijo con voz suave, ella.

—Cómo decirte, me encantas, y en el sentido de que te quiero conmigo, formalicemos algo, ó comencemos a salir.. no sé si me has comprendido.

—Tengo que decirte qué yo ta--

Interrumpida por él.

—No digas nada.-—dijo acercándose. Le besó el mentón con cariño. Se aprovechó para besarle la comisura de los labios de ella. Todo esto, lo hacía acariciándole el cabello largo de ella.—Sube en mí, puedo acariciarte más.

Ella se acomodó encima de él.

El chico tenía unos pantalones negros largos. Una camisa gris, más una gorra negra, también una chaqueta. La chica portaba con unos pantalones largos negros también. Tenía un abrigo color gris, debajo su sujetador, no traía nada, casi no le daba tiempo de cambiarse cuando llegó a la casa. Pues, TaeHyung le dió un chance de cambiarse.

Cómo era celoso, fue a su cuello rápido, le besó, le pasó la lengua, y le mordió. La chica al sentarse encima de él, suspiró con suavidad, no había sentido tanto aquella erección cómo esa noche, cómo está noche. Estaba tan apretado, qué el roce los volvía locos, más al chico allí en aquella escena. Sus manos se dirigieron a los glúteos de ella.

¿Estaba mal aquello?

¿Podrían seguir sin ningún problema?

¿Ó no harían más que solo unas cuantas caricias?

La chica le quitó la gorra, dejándola caer en los sillones de atrás. ¿Estaban conscientes de que era un auto alquilado? no podían hacer tanto.. tanta cosa en aquellos sillones color negros. Cómo quiera se vería algo, cualquier cosa.

—Debo confesarte qu--

—Sh, Cassie.

La mandó a callar. Muy en el fondo él estaba celoso por aquello de la cafetería. Pero no prestó más la atención al tema, ella era suya, es suya, y por siempre.. si es que todo marchaba bien. Ella le tocó con anhelo la nuca, donde tenía tanto cabello para halar. Le acariciaba el cuello con sus dedos, él gimió bajo.

—Áah..-—ella se había quejado, él la había agarrado de la cintura para hacerla sentar justo en su entrepierna.

—Aquí, siéntate aquí, sh, nada de ruidos.-—le dijo él en forma dominante, y en unos susurros coquetos, eróticos, mejor escrito.

¿En qué terminaría aquella noche?

A ESCONDIDAS | KTH [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora