Creía que sería fácil llevar a cabo mis funciones como protectora de la Tierra. Pero los enemigos de Atenea reviven una vez más para llevar a cabo sus malvados planes y someter a la humanidad a un mundo lleno de de dolor y oscuridad.
Empiezan las ba...
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Decidí continuar, ahora que los caballeros se separaron para encontrar los zafiros, sería suerte si me encuentro con uno de ellos por ahí ya que fueron hacia diferentes direcciones. Pero antes de alejarme más quería saber si se Kiki y Freya se encontraban bien. Mi báculo estaba con ellos así que podía hablarles por medio de mi cosmo.
—Kiki, Freya, ¿se encuentra bien?
—¡___________! —respondió Kiki aliviado. —Es bueno saber que te encuentras bien, nosotros estamos a salvo. ¿Dónde están los demás?
—Fueron a buscar los zafiros para poder salvar a Hilda.
—¿Atenea, en serio se puede salvar a mi hermana? —pregunta Freya.
—La hay, aunque no será nada fácil, pero confía en los caballeros que se han enfrentado a los caballeros dorados que son los más poderosos entre todos los caballeros del Santuario. Freya, esta pesadilla pronto se acabará y la paz volverá a reinar en Asgard. Pero les sugeriría que se alejen, el hielo se está descongelando e Hilda no está poniéndonos las cosas fáciles.
—Eso le decía a la señorita Freya para irnos de aquí a un lugar seguro, pero no quiere.
—¿Perdón?
—Ya escuchaste a ___________, sería peligroso si nos quedamos aquí, además, los guardias del palacio del Valhalla podrían venir a buscarte para encerrarte de nuevo. —Kiki intenta convencerla, pero si no se han movido de ahí es que Freya no cederá.
—No importa. —respondió.
—Kiki tiene razón Freya, deberías dejar que te lleve a un lugar seguro.
—Eres una persona maravillosa Atenea, pero me quedaré aquí. Además, esto fue causado por mi hermana Hilda, por favor, déjame quedarme contigo hasta el final, estás haciendo mucho ahora entregando tu cosmo para detener lo que mi hermana ha provocado.
Aunque uno de mis temores ahora sea que Hilda, sabiendo que no hay ningún caballero protegiendo a Freya, quiera llevarse a su hermana para tomarla como rehén sabiendo que estaría de nuestro lado y en su nueva personalidad, no dudaría en hacerle daño. Pero confiaría en que Kiki la protegería.
—De acuerdo, tu determinación demuestra que no podremos hacerte cambiar de opinión. Pero en caso de que pase algo, tendrás que hacerle caso a Kiki, estará protegiéndote. Tengo que dejarlos, aún no sé a quienes me encontraré en el camino.
Una vez terminé de hablar, seguí por uno de los tantos caminos a los que podría ir, aunque después me arrepentí de haber tomado ese camino ya que tenía que subir unas escaleras que para mala suerte estaban incompletas y no eran muy seguras que digamos. Pero eso no me detuvo, al llegar a la cima, un poco más a lo lejos podía ver una especie de cueva de puro hielo.
No sabía si continuar por ahí hasta que sentí el cosmo de Shiryu, estaba disminuyendo, era obvio que estaba en una pelea con uno de los dioses guerreros. Tenía que llegar rápido hasta ellos, confiaba en que mi cosmo que estaba con cada uno de los caballeros los protegería.
