ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 23

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A la mañana siguiente desperté antes de lo planeado

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A la mañana siguiente desperté antes de lo planeado. Guardé la ropa que me habían dado para dormir, ordené todo el lugar y salí de la habitación para dirigirme al salón donde Hilda me esperaba.

Después de instalarnos, ayudamos a Hilda y a Freya a recuperar los cuerpos de los dioses guerreros, se les dio la sepultura con todos los honores correspondientes, las lágrimas no faltaron por parte de ambas hermanas, cada una perdió a alguien que apreciaban mucho. Pero ahora ellos protegerían este lugar.

Antes de irnos a descansar, Hilda me dijo que quería hablar conmigo al día siguiente.

—Buen día diosa Atenea. —me saludó. —Espero que haya descansado bien.

—Lo hice. —respondo. —Mejor de lo que esperaba, me acostumbré a la temperatura del lugar y la ropa que me brindaste me ayudó. Ahora estoy lista para un nuevo día, ¿para qué me llamaste? ¿Sucedió algo?

—Quería darle un recorrido por Asgard antes de que partiera, planeaba hacerlo con los caballeros, pero después de lo de ayer, era mejor que descansaran. —asiento de acuerdo con ella. —Espero pueda agradarle Asgard.

—Asgard es un país muy hermoso. —comento. —Aunque esté alejado del resto del mundo, estoy segura que esconde hermosos lugares en los cuales uno quisiera permanecer ahí. Empecemos con el recorrido Hilda, no sé si volveré, pero quisiera llevarme un buen recuerdo.

Hilda y yo comimos algo antes de partir, durante ese momento le hablé un poco sobre mi vida antes de llegar al Santuario y los conflictos que tuvimos que afrontar. Una vez terminamos, Hilda y yo salimos del palacio para dirigirnos a los establos.

—¿Iremos en caballo?

—Tardaremos mucho si vamos a pie. —responde. —Además, será divertido.

—Hace tiempo que no lo hacía. Estos caballos son muy bellos. —me acerco a uno con cautela y acerco mi mano a un caballo blanco muy hermoso, era como si brillara. —Son muy bellos, jamás había visto uno así. Me sorprende que no tengan frío.

—Están acostumbrados al frío de Asgard, son una especie muy fuerte y bella, solo pueden vivir aquí. —responde.

Me subo al caballo con un poco de dificultad ya que hacía años que no me subía en uno. Mis padres e incluso mi abuelo me ayudaban, cuando iba con ellos a las granjas o de paseo. Incluso hubo una vez que para uno de mis cumpleaños recibí un caballo de regalo, pero no me acostumbraba mucho a ellos, así que tuvimos que regalárselo a mi prima Saori, ya que a ella le encantaban los caballos.

—Me alegro que no me haya causado problemas. —digo refiriéndome al caballo ya que al ser la primera vez que me veía, demostró confianza hacía mí y no se mostró agresivo. —Podemos ir. —Hilda asiente y ambas salimos del establo.

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Tras pasar las montañas, llegamos hasta un bosque muy bello donde la gente se encontraba recolectando unos frutos, Hilda me contó que la comida en Asgard era muy escasa debido al clima frío, muy pocas veces se podían encontrar frutos en buen estado y eso era uno de los factores por el que la gente desea salir de aquí, Freya llegó a pensar así también alguna vez.

𝔈𝔩 𝔫𝔲𝔢𝔳𝔬 𝔬𝔯𝔡𝔢𝔫 𝔡𝔢 𝔄𝔱𝔢𝔫𝔢𝔞 ▬ 𝔖𝔞𝔦𝔫𝔱 𝔖𝔢𝔦𝔶𝔞 #𝟸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora