ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 2

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Seiya había viajado para visitar a Mino y a los niños del orfanato, Hyoga, Shiryu y Shun habían regresado a sus lugares de entrenamiento

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Seiya había viajado para visitar a Mino y a los niños del orfanato, Hyoga, Shiryu y Shun habían regresado a sus lugares de entrenamiento. Ahora que las cosas estaban en orden en el Santuario, los nuevos aspirantes a caballeros y aquellos que sufrieron por las órdenes del mismo podrán estar a partir de ahora tranquilos sin temor a alguna represalia.

Había decidido ir al Santuario a recorrer el lugar con más calma y también para supervisar que esté todo en orden, pero digamos que en un inicio no quería hacerlo. El cansancio casi me gana.

Me estoy arrepintiendo de ir al Santuario, estoy muy cansada, quisiera seguir durmiendo, pero hace unos minutos mi alarma sonó y ahora no puedo volver a cerrar los ojos aunque sea unos minutos más.

—Demonios —murmuro. Tenía mi rostro tapado con la sábana, así que iba a apagar mi alarma por segunda vez, pero en vez de eso terminé botándola al suelo— ¿Es en serio? —Al menos dejó de sonar, creo que ya se malogró—. Un rato más. —Cierro los ojos e intento dormir, pero ya no podía hacerlo. Me levanto de golpe y sujeto mi cabello entre mis manos—. Tú tienes la culpa.—Señalo la alarma y la miro con molestia.

En algunas ocasiones, cuando mi sueño es interrumpido, me es difícil volver a dormir.

Salí de la mansión y me dirigí a los templos en ruinas donde encontré a muchos visitantes, a estas horas del día era algo común. Hasta este punto todas esas personas creerán que no hay nada más después de las ruinas, eso fue gracias al poder del Patriarca.

Llegué al pueblo de Rodorio que estaba cerca del Santuario. Es un pueblo pequeño con pocos habitantes según lo que me dijeron, ellos saben de la existencia del Patriarca, de los caballeros y de Atenea. Aún no se les había informado quien era la diosa Atenea; además, ellos no tenían permitido entrar al Santuario.

Tal vez era mejor así, una forma de protegerlos.

Al llegar a una de las zonas de entrenamiento para los aspirantes a caballeros, pude ver a un caballero femenino con otras jóvenes que llevaban máscaras, así que me acerqué a ellas por curiosidad.

—¿Qué hace usted aquí? —Preguntó alguien a mis espaldas. Volteo y era una joven más baja que yo con cabello oscuro—. No puede estar aquí, esta es un lugar solo para los caballeros y Atenea, debería irse si no quiere tener problemas.

—Perdona, pero yo... —intenté decirle quien era yo y terminar con esta confusión, pero alguien interviene.

—¿Qué sucede aquí? —Era Shaina. Cuando me mira se da cuenta del tono que usó—. Perdóneme diosa Atenea. —Hace una pequeña reverencia— ¿Qué fue lo que le dijo esta niña? Espero que no le haya dicho nada malo.

Miro a la niña y tal vez tenga la máscara puesta, pero podía percibir su miedo en el momento que bajó la cabeza como si mirara al suelo. Al parecer esta sería la primera vez que me veían, por eso les pareció extraño que esté por aquí. Si digo la verdad, Shaina podría darle un castigo que no olvidaría, conocía el carácter de la mujer.

𝔈𝔩 𝔫𝔲𝔢𝔳𝔬 𝔬𝔯𝔡𝔢𝔫 𝔡𝔢 𝔄𝔱𝔢𝔫𝔢𝔞 ▬ 𝔖𝔞𝔦𝔫𝔱 𝔖𝔢𝔦𝔶𝔞 #𝟸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora