Creía que sería fácil llevar a cabo mis funciones como protectora de la Tierra. Pero los enemigos de Atenea reviven una vez más para llevar a cabo sus malvados planes y someter a la humanidad a un mundo lleno de de dolor y oscuridad.
Empiezan las ba...
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Siempre disfruté ver a Poseidón perder ya que siempre actuaba dejándose guiar por su malhumor, al contrario de Hades, él sabía cómo dejarme en una difícil situación, pero no imaginé que en esta nueva era las cosas serían diferentes con Poseidón, parece que aprendió mucho después de los tantos enfrentamientos que tuvimos.
No sabía cuánto tiempo había pasado exactamente desde que empecé a derramar mi sangre en la fuente, pero me estaba sintiendo un poco débil. Era obvio ya que después de unos días no he comido bocado alguno, pero sin importar ello tengo que poner todas mis fuerzas en esto, tengo que ganar tiempo, espero que los caballeros lleguen pronto.
—Atenea. —volteo y ahí estaba Poseidón. —Tus caballeros ya están aquí.
Aquellas palabras hicieron que formara una sonrisa en mi rostro, sabía que vendrían. Tengo que encontrar alguna forma de vencer a Poseidón, pero primero hay que descubrir cómo es que su alma fue liberada porque lo último que recuerdo es haberlo sellado.
—Dudo mucho que tus caballeros logren llegar hasta aquí. —dice. —Los siete generales que cuidan los pilares son muy poderosos casi como los caballeros dorados, supongo que recuerdas lo que pasó en la Batalla de las doce casas, los caballeros de bronce casi no lo consiguen. Como te había contado antes, puedo darme cuenta de muchas cosas y lo más importante es estar al tanto de los movimientos de mis enemigos. Será mejor que te rindas y aceptes mi propuesta.
—Tengo fe en mis amigos y sé que lograrán vencer a los generales. —la vista se me nubla un poco y siento un leve mareo. —Ni se te ocurra decirme que ahora tienes razón, pues no te haré caso, haré lo que sea necesario para apoyar a mis amigos y defender a la Tierra.
—Lo único que te diré es que no habrá más oportunidades Atenea, pero no soy un monstruo como dices, no has comido nada desde que despertaste, te traeré algo, tranquila, no estará envenenada, sabes que la intención del alma de este joven es mantenerte con vida.
El comportamiento de Poseidón me confundía, a este punto con mis palabras él ya habría perdido la paciencia, pero es el alma de Julián el que hasta ahora me ha mantenido con vida como dijo antes.
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Seiya y Shun decidieron separarse y el primero ya estaba frente a un pilar, el caballero de Pegaso estaba seguro que solo su ataque del Meteoro bastaría para derrumbar el pilar, concentró todo su poder y lo lanzó, pero alguien lo sostuvo de repente en su mano como si fuera una esfera cualquiera, luego, apareció un general.
—No te pases de listo muchachito. —dijo. —Si alguna vez intentaras destruir este pilar, perderías la vida en ello. —la esfera que sostenía en sus manos se desvaneció. —Sobre todo para alguien tan débil como tú.
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