Creía que sería fácil llevar a cabo mis funciones como protectora de la Tierra. Pero los enemigos de Atenea reviven una vez más para llevar a cabo sus malvados planes y someter a la humanidad a un mundo lleno de de dolor y oscuridad.
Empiezan las ba...
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Tras unos días preparando todo, llegó el día de la fiesta del joven Julián Solo. Gracias a Saori, pude escoger un vestido apropiado para esta noche y también un regalo que le pueda gustar a uno de los socios más importantes de mi abuelo. Mi abuelo conocía a la familia, pero no tuve la oportunidad de conocerlos en persona. Se ha hablado muy bien de esa familia por muchos años, siendo los líderes en el comercio marítimo de Grecia.
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—Muy bien __________, te voy a ayudar y haré de ti el centro de atención de la fiesta. —Saori aplaudía con emoción. —Estuve viendo unos vestidos muy hermosos y te los probarás todos. Quédate tranquila, yo, tu prima, te conseguirá lo mejor.
—Admito que no me gusta ser el centro de atención, hay algo que siempre he tenido claro: Sea cual sea la situación, debes lucir bien. Demuéstrale al mundo quien eres.
—Opino lo mismo. —revisa su agenda y luego la cierra. —Tenemos tiempo suficiente, además, somos las herederas de las empresas más importantes del mundo, así que basta con una llamada y tendremos todo aquí. Apúrate, anda vístete que saldremos pronto.
Minutos después, ya estábamos en camino al centro comercial donde Saori conocía a alguien de su entera confianza que podría ayudarme a escoger algo según mi estilo y eso también incluye el peinado y los accesorios.
—Aquí es. —llegamos a una tienda con puertas adornadas con pequeñas luces alrededor. —No te vas a arrepentir prima. —dice y entramos.
La amiga de Saori era alguien muy divertida y me cayó bien, nos llevó a ver la sección de vestidos cortos, muy lindos todos, pero la fiesta era de gala y la familia Solo aún conservaba las costumbres de sus antepasados, así que su importaba mucho.
Después de unos minutos nos mostraron vestidos muy hermosos que me gustaron al instante y no sabía cuál escoger. Pero al final, gracias a la amiga de Saori que me aconsejó elegir algo en el cual me sintiera cómoda y combinara con lo que llevaría. También buscamos en el mismo lugar unos zapatos y unos cuantos accesorios.
—Si deseas, puedo recomendarte algunos.
—Pero que no sean tan altos por favor. —pido. —No estoy muy acostumbrada a usar tacones altos.
—¿Cuándo fue la última vez que te los pusiste? —pregunta.
—Pues... Hace unos meses, en mi graduación. —respondo.
—Tendrás tiempo para practicar, si no lo haces, tus pies sufrirán toda la noche. —advierte. —Vamos rápido que aún tenemos que conseguir a un estilista.
Fuimos a una tienda donde Saori también compró sus zapatos. Debo admitir que tiene buen gusto para esto porque ella me ayudó a escoger el par que usaría. Ahora teníamos que encontrar a un buen estilista. Pero no sabíamos que sería difícil.
